En su penúltimo día en Colombia, Francisco llegó a Medellín, ciudad que en el pasado fue conocida por ser el centro de operaciones del temido narcotraficante Pablo Escobar.

Colombia. El Papa Francisco pidió este sábado a los colombianos ayudar a sus compatriotas que tienen hambre de dignidad y de Dios, en un exhorto para que el país sudamericano enfrente la pobreza y la desigualdad social que generan violencia.

En su penúltimo día en Colombia, Francisco llegó a Medellín, una ciudad al noroeste del país que en el pasado fue conocida por ser el centro de operaciones del temido narcotraficante Pablo Escobar.

La lluvia y las nubes le impidieron abordar un helicóptero desde el aeropuerto donde aterrizó para viajar al sitio de la misa al aire libre, por lo que debió hacer el recorrido en automóvil ocasionando un retraso en la agenda.

Cientos de personas salieron de sus casas a lo largo de la ruta de 43 kilómetros cuando se enteraron que Francisco viajaba por carretera.

Cuando llegó con una hora de retraso, vistió por algunos minutos el sombrero, el bolso de cuero y la manta tradicional de los cafeteros colombianos.

"Gracias por su paciencia, por su perseverancia y por su coraje, por las horas que han pasado acá incluso bajo la lluvia, lamentablemente hubo un atraso significativo", le dijo a la multitud, excusándose por la demora.

En una homilía a cientos de miles de personas en campos enlodados, Francisco invitó a los colombianos a ir a lo esencial, a renovarse e involucrarse más con la sociedad para promover el amor, la reconciliación y la paz.

"La renovación supone sacrificio y valentía, no para considerarse mejores o más pulcros, sino para responder mejor al llamado del señor", dijo Francisco.

El líder de los 1.200 millones de católicos en el mundo promueve un mensaje de reconciliación mientras Colombia trata de sanar las heridas de un conflicto interno de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos.

La nación de 49 millones de habitantes está divida entre quienes apoyan la reincorporación a la sociedad de los más de 7.000 excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que firmaron la paz con el gobierno y quienes la rechazan y exigen que paguen cárcel por sus crímenes y delitos.

"Él viene para dar un mensaje de paz, de esperanza. Es especialmente importante para los jóvenes. Él va a ayudar a que ellos cambien la mentalidad hacia la paz", dijo Angie Alvear, una ama de casa de 28 años que vestida de blanco llegó en la madrugada para asistir a la misa.

Paz con las FARC. El viernes, en la ciudad de Villavicencio, el Papa pidió a los colombianos escépticos ante el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC un compromiso sincero de reconciliación y perdón para que prosperen los esfuerzos por poner fin al conflicto y salir de la violencia y el rencor.

Francisco también ha utilizado su viaje al país predominantemente católico para denunciar la desigualdad social que todavía afecta a Colombia, que sufre de extrema pobreza en algunas zonas rurales.

El máximo jerarca de la Iglesia Católica pidió a los gobernantes leyes para enfrentar las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad social, que dice estimula la violencia.

"Hoy a nosotros se nos pide crecer en arrojo, en un coraje evangélico que brota de saber que son muchos los que tienen hambre, hambre de Dios, hambre de dignidad, porque han sido despojados", dijo el Papa ante una multitud estática.

Medellín es una ciudad transformada desde que el Papa Juan Pablo II la visitó en 1986, cuando los enfrentamientos entre cárteles del narcotráfico, grupos paramilitares y guerrilleros irrumpían en los barrios pobres y el pontífice se conmovió por la violencia.

La ciudad, ahora anunciada como un modelo de desarrollo urbano, instaló teleféricos por las escarpadas montañas que la rodean para evitar a los residentes de la clase trabajadora una penosa escalada y construyó bibliotecas en barrios que alguna vez fueron campo de batallas armadas entre bandas rivales.

    El temido narcotraficante Escobar fue asesinado a tiros en la ciudad en una operación de la policía respaldada por Estados Unidos en 1993. Recientemente fue resucitado como personaje de la popular serie de Netflix Narcos.

Antes de regresar a Bogotá por la tarde, Francisco visitará un hogar para niños abandonados y se reunirá con sacerdotes y monjas. El domingo concluirá su visita a Colombia con un viaje a la caribeña ciudad de Cartagena.