Pasar al contenido principal

ES / EN

San Pablo y Río de Janeiro, amenazadas por prolongada sequía
Martes, Febrero 3, 2015 - 16:15

El ministro de Energía de Brasil, Eduardo Braga, dijo que el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff estaba planeando medidas para ahorrar a través de un consumo más eficiente, como una forma de evitar apagones.

La peor sequía en varias décadas amenaza con dejar sin servicio de agua potable a los habitantes de dos de las ciudades más importantes de Brasil. Esto, debido a que los bajos niveles de las reservas hídricas en el sudeste del país, desde donde se genera aproximadamente el 70% de la electricidad consumida en el país más grande y poblado de Sudamérica.

El ministro de Energía de Brasil, Eduardo Braga, dijo que el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff estaba planeando medidas para ahorrar a través de un consumo más eficiente, como una forma de evitar apagones. Sin embargo, estos ya se han producido luego de que el operador de la red eléctrica nacional ordenara los cortes para evitar una crisis en el sistema, sobrecargado por el clima seco y las altas temperaturas.

“Vamos a lanzar un programa de eficiencia energética que ciertamente tendrá un efecto positivo", dijo Braga a periodistas después de reunirse con funcionarios del sector, aunque no especificó qué medidas serán tomadas, salvo que no se racionará el consumo eléctrico. Las autoridades han negado que esto sea necesario, pues han recurrido a las plantas térmicas para compensar la menor generación de las hidroeléctricas.

Multas a malgastadores. Pese a ello, lo cierto es que las grandes ciudades de Brasil necesitarán casi con seguridad un racionamiento quizás no de luz, pero sí de agua, empezando por Sao Paulo, donde virtualmente éste ya opera. La compañía de agua Sabesp ha dicho que podría ser necesario un racionamiento con cortes de agua de hasta cinco días si es que la situación no mejora en el reservorio de Cantareira, que está a un 5 por ciento de sus capacidades.

La situación crítica también afecta al estado de Espírito Santo, donde las autoridades ya hablan de un “escenario de alerta”. La situación llevó al gobernador Paulo Hartung a pedir a las federaciones industriales que ahorren. “Estamos estudiando todas las posibilidades para la producción de agua con calidad que pueda ser consumida por la población”, dijo. En la región se han perdido cultivos de piña y caña de azúcar debido a la falta de agua y se está pensando multar a quienes malgasten agua lavando automóviles o mojando veredas.

Autores

Deutsche Welle