Pasar al contenido principal

ES / EN

¿Por qué dormir de lado es más saludable para el cerebro?
Lunes, Noviembre 16, 2015 - 08:03

Estudio de científicos estadounidenses explica cómo el cuerpo humano adopta la mejor manera para que el descanso también sea efectivo en el desarrollo del organismo.

Investigadores de la Universidad de Stony Brook de Nueva York (Estados Unidos) determinan que dormir en posición lateral, en comparación con dormir boca arriba o boca abajo, ayuda a eliminar más eficazmente los residuos del cerebro, reduciendo así las posibilidades de desarrollar enfermedades de carácter neurológico como Alzheimer o Parkinson. 

Durante años expertos han señalado que dormir boca abajo no es recomendable porque el cuello permanece girado durante horas para poder respirar, por lo que se modifica la curvatura cervical siendo más susceptible de padecer cervicalgias, tendinitis, dolores de origen ligamentarios u otros problemas músculo-esqueléticos.

Para llegar a esta conclusión, los científicos utilizaron imágenes de resonancia magnética de contraste dinámico para captar el sistema glinfático del cerebro de un grupo de roedores: se trata de un complejo proceso que actúa como motor de limpieza de desechos y otras soluciones químicas dañinas del cerebro.

Tras revisar las posturas más comunes a la hora de dormir y compararlas con la efectividad del funcionamiento del sistema glinfático, descubren que la posición lateral -sea del lado que sea- favorece en mayor medida este proceso diario durante la etapa de sueño nocturno.

“Se trata de la posición más popular para dormir en los humanos y en la mayoría de los animales, incluso en los salvajes. Parece que hemos adoptado la posición lateral del sueño para limpiar más eficientemente nuestro cerebro de los desechos metabólicos que se acumulan mientras se está despierto”, explica Helene Benveniste, líder del estudio.

“El análisis mostró consistentemente que el transporte glinfático fue más eficiente en la posición lateral en comparación a las otras”, concluye Benveniste en el informe final publicado en la revista Journal of Neuroscience.

 

Autores

El Mundo/ LifeStyle