Diversas decisiones que se han tomado prácticamente desde las elecciones presidenciales de 2018 han causado un alto costo en términos de certidumbre, que es factor clave para la inversión. A ello hay que añadir los efectos que tuvo de la pandemia, aunque en menor medida, dice un think tank local.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), que dirige Carlos Hurtado, advirtió que, si bien algunos indicadores macroeconómicos han mejorado, como la inversión privada, el consumo y el empleo, la economía mexicana se encuentra lejos de una recuperación hacia sus tendencias previas a la pandemia o al 2018.

Aunque la coyuntura señala varios elementos optimistas para la reactivación de la economía, "es importante considerarlos con cautela y evitar interpretaciones apresuradas que generen expectativas equivocadas”, señaló.

Explicó que, para el caso de la Inversión Fija Bruta, tuvo un repunte mensual de 2.9% en marzo de 2022. “Si bien el margen se ve positivo, está en un nivel 13% menor al de julio de 2018. Más aún, es prácticamente igual al de febrero de 2020, antes de la pandemia de covid-19”.

Dentro del índice de inversión resalta el repunte mensual de 5.2% en construcción, tanto residencial como no residencial. Signo de reactivación conforme la economía regresa a su actividad normal.

Por el contrario, la inversión en maquinaria y equipo se contrajo 1.3% durante el mes, precisó el análisis.

"A menudo se ha comentado en este espacio y en muchos otros que diversas decisiones que se han tomado prácticamente desde las elecciones presidenciales de 2018 han causado un alto costo en términos de certidumbre, que es factor clave para la inversión. A ello hay que añadir los efectos que tuvo de la pandemia, aunque en menor medida”, recordó el CEESP.

En tanto, el avance de la producción industrial ha sido favorable en el proceso de recuperación de la economía. Pero también es insuficiente para recobrar lo perdido tanto en su nivel como en su tendencia.

De acuerdo con el CEESP su valor aún está 0.7% por debajo de su nivel prepandemia y es 3.5% inferior a julio de 2018. Respecto a la tendencia que mostraba hasta febrero de 2020, el indicador se sitúa 9% por debajo en abril pasado.

El consumo es el que muestra un desempeño favorable, por la mayor movilidad y el adelanto de transferencias de gobierno y la llegada de remesas.

En marzo el consumo privado se incrementó 0.7% respecto a febrero. Con ello acumuló nueve meses ininterrumpidos con cifras positivas, con lo que superó en 8.5% su nivel del mismo mes del año pasado, y en 2.9% al de prepandemia y al de julio del 2018.

Para el CEESP los resultados de los indicadores aún parecen reflejar efectos de comparación con meses que podrían haber resentido todavía parte de los efectos finales de la pandemia, por lo que no sería extraño observar todavía cierto efecto rebote en los primeros meses de este año.

Por ejemplo, el empleo formal medido por la afiliación al IMSS en mayo pasado disminuyó en dos mil 855 registros respecto al mes previo.

Ello muestra la dificultad que tienen las empresas para abrir nuevos puestos de trabajo formales en un entorno de creciente incertidumbre y pocos incentivos para invertir más allá de lo necesario para mantener la operación de las empresas”, dijo el CEESP.