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¿Por qué nos antojamos de algo dulce al tomar café?
Miércoles, Septiembre 6, 2017 - 10:11

Una investigación reciente demostró que la relación del café con los receptores de adenosina, no solo mantiene despierto a quien lo ingiere, sino que crea un mayor deseo de consumir algo dulce.

¿Alguna vez se le ha despertado un antojito de acompañar ese cafe de la tarde con una chocolatina, o con una de esas tortas que se exponen en la mayoría de cafeterías donde pide un capuchino? la ciencia parece haber encontrado la respuesta a esta pregunta.

De acuerdo con una investigación realizada por los científicos Ezen Choo y Benjamin Picket, la respuesta es la relación que tiene el café con los receptores de adenosina, una sustancia que ayuda a relajarnos y que está relacionada con el sueño.

Como es bien sabido, el café bloquea estos receptores, por lo que nos mantiene activos y sin sueño. Sin embargo, Choo y Picket encontraron una especie de “efecto secundario” de este bloqueo: la gente pierde ligeramente la capacidad para saborear lo dulce, lo que irónicamente incrementa sus deseos de comer más este tipo de alimentos.

De esta manera, la nueva investigación publicada en el Journal of Food Science, se une a evidencia anterior que asegura que la adenosina, además de regular el sueño, tiene mucho que ver con la regulación de la forma como se perciben los sabores.

El profesor asistente en ciencias de la alimentación, y quien participó en el estudio, Robin Dando, señaló que “cuando tomas café con cafeína, cambia la forma como percibe los sabores. Así que si comes alimentos en el momento o poco después de ingerir estas bebidas, es muy probable que la percibas distinto”.

Para adelantar el estudio, el equipo dividió a los voluntarios en dos grupos. Al primero le dieron una taza de café descafeinado pero con 200 miligramos añadidos de cafeína, una cantidad que se asimila a la cantidad presente en el café sin descafeinar. Al segundo grupo le dieron el café descafeinado sin la adición de cafeína. En las tazas de café de ambos grupos se añadió la misma cantidad de azúcar.

El resultado fue el previsto por los investigadores: quienes consumieron la bebida con cafeína añadida reportaron un nivel de dulzura menor al del otro grupo.

No obstante, una segunda parte del estudio podría contradecir - o por lo menos, poner en duda- el impacto real, en términos fisiológicos, del café. ¿Por qué? porque al peguntarle a los participantes si se sentían más alerta, ambos grupos reportaron el mismo incremento en la atención y la vivacidad, y no fueron capaces de predecir si estaban tomando café descafeinado o no.

“Creemos que hay un efecto placebo en el acto de tomar café”, explicó Dando, quien añadió: “piensen en el perro de Pavlov. El acto de tomar café –con el sabor y el aroma – casi siempre viene seguido de un incremento en la atención. (…) Esto parece demostrarnos que lo importante es la acción de tomar café, es el hecho de hacer cosas para sentirte más despierto”. 

Autores

El Espectador