Detectar los aspectos en los que los empleados enfrentados pueden estar de acuerdo es esencial para crear un buen clima de negociación.
Un espacio de trabajo nunca está exento de conflictos. Sin embargo, el desafío está en tratar de resolverlos de la mejor forma posible para que dañar el clima laboral y afectar el rendimiento de la empresa.
A continuación te dejamos unos consejos extraídos de una publicación de EAE Business School y Harvard Deusto en su blog Retos Directivos.
1. Detecta el problema a tiempo: si percibes un conflicto en tu equipo de trabajo, no te quedes como un simple espectador, actúa. Un conflicto no resuelto puede convertirse en algo peor. Toma las riendas y reúne a tus empleados para resolverlo lo antes posible.
2. Considera el problema desde una perspectiva amplia: así evitarás que el conflicto entre dos trabajadoresprovoque bandos y acaba siendo un problema mayor.
3. No intentes imponer paz: espera el momento más apropiado y reúne a las personas enfrentadas, no irrumpas en medio de una discusión entre ellos y les obligues a callar.
4. Ten clara la solución: conoce la causa del conflicto y piensa una solución adecuada. Deja que se expresen, que muestren sus puntos de vista, pero no seas comprensivo ni tomes partido. Hazles entender que ellos también deben ceder y cambiar de actitud.
5. Incide en los objetivos comunes: detectar los aspectos en los que los empleados enfrentados pueden estar de acuerdo es esencial para crear un buen clima de negociación y te puede ayudar a alcanzar un diagnóstico compartido sobre la naturaleza del problema.
6. Muestra optimismo: haz ver a tus empleados que consideras relativamente sencillo llegar a un acuerdo para resolver el conflicto, si cada uno de los trabajadores enfrentados pone algo de su parte.
7. Céntrate en el problema: es vital que limites el debate a la cuestión laboral. Ataja cualquier suspicacia, ironía o valoración de carácter personal que hagan los implicados entre ellos.
8. Profesionalidad por encima de personalidad: apela a la profesionalidad de los empleados. Acepta que es normal que existan desavenencias entre personalidades diferentes, pero hazles entender que no se puede permitir que éstas dificulten el trabajo.
9. Llega a acuerdos y ponlos por escrito: lo ideal sería alcanzar un acuerdo compartido por todos, pero si no es así, intenta arrancar al menos compromisos parciales. Define claramente una serie de acciones específicas para mejorar el funcionamiento del grupo de trabajo y ponlas por escrito para que nadie las cuestione.
10. Realiza un seguimiento de la situación: realiza una evaluación periódica del éxito del proceso tanto a nivel individual como colectivo, y si la situación mejora refuerza la sensación de éxito con elogios verbales.
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