El artista Sebastián Echevarría, conocido por su mote conceptual de Santa Rata, cuenta que fue convocado por la ONG 81 Razones que también trabajó con él en 2013 cuando en una performance similar pintó un mural con carbón y sangre de sus propios brazos para realizar la denuncia.
El artista Sebastián Echevarría, conocido por su mote conceptual de Santa Rata, desató su personal crítica contra el sistema carcelario y de justicia chileno al cumplirse un año más del fatal incendio que acabó con la vida de 81 reclusos en la Cárcel de San Miguel.
La acción de arte escogida fue la creación de un mural pintado con varios kilos de excrementos en el que se pueden apreciar 81 cruces, un escudo nacional y el mensaje "Justicia de mierda" que da nombre a la instalación.
"El acto de protesta se realizó en conjunto con la ONG 81 Razones, que vela por los derechos humanos al interior de las cárceles y que está formada por familiares de los muertos del incendio en la cárcel del 10 de diciembre de 2010. Se decidió llamar la atención sobre el fallo dictado por tribunales este 11 de septiembre del 2013 a favor de Gendarmería de Chile que no arrojó culpables sobre el incendio", cuenta Santa Rata quien a su vez lidera el Movimiento Artístico de Postguerrilla.
El artista y licenciado de la Universidad de Chile cuenta que fue convocado por la ONG que también trabajó con él en 2013 cuando en una performance similar pintó un mural con carbón y sangre de sus propios brazos para realizar la denuncia. "Esa vez la idea era trabajar con sangre y fuego, referentes de lo que sucedió al interior del penal", explica.
Al actualizar su acción de arte, argumenta que para nadie es un secreto que la justicia no se aplica a los más pobres del país y menos para las personas privadas de libertad, quienes forman el último escalafón social según las convenciones. "Con el eslogan de que la justicia es sólo para los ricos, pintamos 81 cruces de caca y un escudo nacional. Existe un resentimiento social muy grande que requería ser denunciado a través de un poder más deslenguado que el de la prensa y que es el arte", agrega.
"Cuestionamos esos términos sociales de justicia y otros valores para que haya reacciones, para provocar. Aunque sea en contra. Para eso son las esculturas, los murales, el arte y las miles de posibilidades artísticas. La paradoja es que necesitamos de la prensa para legitimizar lo que pasa y utilizar la experiencia estética del desborde, para que el mensaje llegue no sólo al poder o los conocedores, sino también a la nana y el obrero, a todo el mundo", asegura Santa Rata.
Sobre la monocromática paleta de colores con que se cubrió un área de 6 x 3 metros, asegura que la idea es que fuese vista desde la cárcel. La solución estaba formada por varios kilos de caca diluída en agua, que no importa de quién era y que la preparación se hizo más que nada para que no hubiese tanto olor con el calor del verano. También hubo una cuota de pintura para potenciar el efecto, el que se cumplió con creces. "Los presos participaban desde el interior gritando el nombre de sus compañeros muertos, insultando a carabineros y gendarmes. Había harto apoyo y una conexión especial", recuerda.
Así fue como, apenas terminado el permiso de la Intendencia para la acción de arte a las 12.30, el artista y los presentes fueron desalojados por Fuerzas Especiales. "Para mí era un tema artístico, de compañía, pero para los familiares de las víctimas era algo más serio. Me preocupaba que malinterpretaran la intención con un tema tan complicado. Pero el contexto permitió el apoyo en todo momento", dice.
* Fotografías Nacion.cl
