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Querétaro, clave para las inversiones japonesas en México
Viernes, Noviembre 8, 2019 - 05:02

La reciente instalación de la sede corporativa de Toyota ubicada en Querétaro es uno de los elementos que detonaría el desarrollo de otros proyectos de inversión nipona en el estado mexicano.

En la región Bajío, Querétaro sobresale como un estado atractivo para el asentamiento de capitales japoneses, así como para reforzar la relación comercial con el país asiático, frente a retos latentes como la formación de personal y la incorporación de tecnología a los procesos productivos.

El interés de robustecer la relación entre Japón y Querétaro compete a diversos puntos y factores que estarían detonando estos vínculos, uno de ellos es la instalación de operaciones y sede de Toyota en el Bajío, a causa de la planta automotriz en Guanajuato y oficinas administrativas en Querétaro, expuso el exembajador de México en Japón, Carlos Almada López.

La reciente instalación de la sede corporativa de Toyota ubicada en Querétaro es uno de los elementos que detonaría el desarrollo de otros proyectos de inversión nipona en el estado, dado que el asentamiento de esta compañía suele estar acompañada del establecimiento de firmas de otros sectores económicos.

La futura ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) también es un foco de atracción para instalarse en la región de Norteamérica, especialmente dentro del territorio mexicano, en entidades como Querétaro, dado el incremento porcentual del contenido regional que determinan las nuevas reglas de origen para la industria automotriz.

“La ratificación del T-MEC dará mayor crecimiento y aunque establece que 40% de los componentes deberán ser fabricados en zonas de altos salarios, al incrementarse el total de 10 puntos porcentuales (en reglas de origen), México podrá tener una mayor participación. (...) El tratado traerá mayor inversión japonesa. Las nuevas reglas del tratado en la industria automotriz van a ser beneficiosas para México, el Bajío y Querétaro”, expuso.

Carlos Aldama destacó que en Querétaro las empresas japonesas encuentran beneficios que motivan la residencia de ejecutivos de la industria de autopartes.

En miras a las posibilidades de reforzar los lazos comerciales con Japón, entre ambas naciones surgen industrias con gran potencial de oportunidad para este fin: las industrias aeroespacial, farmacéutica, de energías no renovables, de perforación de aguas profundas y consumo del mercado interno.

A este escenario, refirió que se añade que México es la nación más atractiva fuera de Asia para las inversiones manufactureras.

En el 2000 en México se contabilizaba a sólo 300 empresas japonesas, número que ha incrementado a 1,200 instaladas actualmente.

El especialista en relaciones comerciales con Japón destacó que desde la firma del Acuerdo de Asociación Económica en el 2005 se han concretado inversiones japonesas en el país por 23,000 millones de dólares; aunado a que las exportaciones mexicanas hacia Japón se han duplicado.

A los lazos comerciales entre México y Japón se añade que la nación asiática sea el tercer receptor de agroexportaciones mexicanas, sólo después de Estados Unidos y Canadá.

Respecto a los retos que enfrenta la entidad y la región Bajío, el exembajador destaca la formación de personal especializado en mandos intermedios, un rezago paralelo al fuerte aporte en formación de perfiles operativos.

El cambio tecnológico que enfrenta el sector industrial en el mundo configura otros de los retos de Querétaro, dado que esto implicará sustitución de capital humano, como ya ha ocurrido en las nuevas plantas de las industrias automotriz y aeroespacial que han arribado a México; por ejemplo, en Aguascalientes hay nuevas plantas automotrices que han sustituido personal por nuevos aditamentos tecnológicos.

La vinculación con instituciones académicas, universidades y centros de investigación, tanto mexicanos como japoneses, será un punto medular para generar estrategias de adopción tecnológica y de formación de personal acorde con las nuevas tendencias de producción.

Autores

El Economista