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Bancos nucleares
Martes, Mayo 15, 2012 - 11:25

Casa de Bolsa del Caribe, Banco Santander y BBVA entre los que financian modernización de armas atómicas.

La paranoia es el único deporte en el cual el podio se encuentra invertido: todos los que compiten ganan. Por eso resulta tan aburrido. Gracias al desastre de Fukushima los sueños atómicos de Hugo Chávez quedaron descartados. De paso, quitó el suelo a los delirios de algunos analistas estadounidenses que anunciaban que Venezuela quería tener su propia bomba nuclear. Todo ello ocurrió hace un año. Como la realidad suele ser bastante más de lo que esperamos, en 2012 se reveló que en Caracas sí hay alguien ligado a las armas de destrucción masiva. Se trata de Casa de Bolsa del Caribe. Es lo que señala el reporte Don’t Bank the Bomb de la ONG ICAN (International Campaig to Abolish Nuclear Weapons) que revela cómo 322 bancos, fondos de inversión, compañías de seguros, casas de bolsa invierten y financian a la industria que construye las armas atómicas y los misiles que las trasladan.  Se trata de US$ 100.000 millones anuales. Casa de Bolsa del Caribe es la única de la Latinoamérica. Lo hace a través de sus inversiones en la italiana Finmeccanica, “la cual posee el 25% accionario de MBDA, un joint venture con EADS y BAE Systems: MBDA es el líder mundial en misiles y sistema de misiles que produjo más de 3.000 misiles en 2010”.  La compañía “construye los misiles nucleares para la Fuerza Aérea Francesa, lo cuales pueden ser lanzados desde el Mirage 2000N y el nuevo jet de combate Rafale”.

El informe revela también que, en el mundo hispano, el BBVA, el Banco Santander y el Grupo Entrecanales son parte del club. A nivel global hay algunas sorpresas. Es el caso de muchas compañías de seguros como MetLife, Prudential y la de servicios financieros American Express Company, la dueña de la tarjeta de crédito, que no parecen preocupados por la contradicción.

El informe incluye un pedido del Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu. “Los bancos y otras instituciones financieras deben ser llamados a hacer lo correcto y ayudar los esfuerzos para eliminar la amenaza de incineración radioactiva”.

Autores

Redacción AméricaEconomía