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El eterno retorno
Jueves, Abril 9, 2015 - 08:45

Una década dorada para América Latina está llegando a su fin. Se trata de un término de ciclo que abre más dudas que certezas. ¿Cómo se puede reimpulsar el crecimiento económico y mantener los avances sociales de los últimos años?

¿Estamos condenados a volver siempre al mismo lugar? Nietzsche y Kierkegaard creían que sí, al igual que el matemático francés Henri Poincaré. Según él, un sistema dinámico circunscrito a un volumen espacial finito, tarde o temprano vuelve a su estado inicial.

América Latina parece estar dándoles la razón. Después de una década de crecimiento económico casi ininterrumpido, precios históricos de sus principales materias primas, una avalancha de capitales internacionales y políticas sociales que lograron sacar de la pobreza a más de 60 millones de latinoamericanos, la región está viendo reaparecer sus viejos fantasmas.

“Es un fin de ciclo”, advirtió la OCDE en un informe reciente. “Esta brusca desaceleración económica no es coyuntural, sino que ha venido para quedarse”.

Se trata de un pronóstico ampliamente compartido. “Nuestro futuro será distinto, porque probablemente los precios de los commodities no volverán a estar tan altos”, afirma Sergio Bitar, un ex ministro chileno y actual director del programa Tendencias Globales y el Futuro de América Latina del centro de estudios Inter­American Dialogue, con sede en Washington. “Esto requerirá de una mayor austeridad en las finanzas públicas y el gasto social”.

La pregunta que se hacen muchos economistas, políticos y altos funcionarios de gobierno es una interrogante ya clásica en la región: ¿desperdició América Latina, una vez más en su historia, una oportunidad de oro para avanzar en su desarrollo?

El enorme avance en la reducción de la pobreza que acompañó a este ciclo de crecimiento y que ha creado una nueva clase media emergente, parece decir lo contrario.

Sin embargo, a las políticas sociales proactivas de muchos gobiernos, como los programas de transferencias condicionadas, hay que agregarle otro factor: los bancos. En efecto, las instituciones financieras de la región han aplicado una política crediticia tan expansiva, que durante los últimos años los préstamos crecieron a doble dígito.

“Es verdad que millones de personas han salido de la pobreza”, afirmó hace poco Alicia Bárcena, secretaria general de la Cepal. “Pero no son clase media por su capacidad de ahorro, sino por su capacidad para endeudarse comprando bienes importados”.

Las preguntas cruciales

En una conferencia internacional realizada a fines de enero en la República Dominicana, más de 70 expertos, académicos, empresarios, representantes de centros de estudios y organizaciones internacionales de toda la región, incluyendo a seis ex presidentes latinoamericanos, se reunieron para debatir el estado actual de la región y proponer políticas futuras. Y una de las principales conclusiones del III Foro Internacional de Santo Domingo fue, según su declaración final, que “el modelo de desarrollo económico y social de los últimos 10 años, basado en la exportación de materias primas sin ningún valor agregado, se está agotando”.

¿Y ahora qué hacer? Es una interrogante de la que surgen otras. “La transición desde un modelo basado en altos precios de materias primas y bajos costos de financiación, a uno exactamente inverso, abre varias interrogantes para el futuro de la región”, afirmó Daniel Zovatto, director regional para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), una organización intergubernamental con sede en Estocolmo, Suecia, y que fue uno de los organizadores del evento de Santo Domingo.

Entre estas preguntas están: ¿cómo reactivar el crecimiento a la luz de la baja estructural de los precios de los commodities? ¿Cómo podrá la región sostener los avances sociales conquistados dada la menor expansión económica? ¿Cómo podrán los gobiernos enfrentar las expectativas de las nuevas clases medias –como el acceso a una mejor infraestructura en salud, educación y otros bienes– sin desencadenar frustraciones e incluso protestas? En definitiva, ¿cuáles son las reformas estructurales que se tienen que implementar para seguir avanzando?

Tres frentes

“La región tiene que apostar por aumentar la productividad, porque durante la década dorada no invirtió con suficiente fuerza en elevar las capacidades en infraestructura, educación e innovación”, afirmó en ese encuentro en Santo Domingo José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la CEPAL y ex ministro de Economía de Argentina. “O crecemos o no podremos seguir reduciendo la pobreza”, sostuvo.

De hecho, la baja productividad ha sido un constante freno al crecimiento de América Latina. Desde los años 90, la región sólo ha aumentado su productividad en 1,6%, mientras que países como Corea del Sur la han casi triplicado.

Los participantes del foro identificaron otros ámbitos en los que la región requiere de reformas urgentes y profundas si quiere seguir avanzando en su desarrollo. Uno de ellos es la capacidad fiscal. Actualmente, el nivel de recaudación apenas bordea, en promedio, el 20% del PIB, un nivel muy por debajo de las naciones de la OCDE y que, en el mediano plazo y ante un menor crecimiento económico, hace casi imposible sostener las actuales políticas sociales. “El gran tema pendiente de la región es el de acometer una verdadera reforma fiscal”, sostuvo Manuel Alcántara, un politólogo latinoamericanista de la Universidad de Salamanca (España). En línea con este análisis, la declaración final del III Foro hizo un llamado a que los países de la región suscriban internamente pactos fiscales, concordados con el sector público, privado y la ciudadanía, para sostener las políticas sociales e impulsar una fiscalidad más acorde a las nuevas necesidades de desarrollo. No es fácil, como demuestran los casos de Michelle Bachelet en Chile y Enrique Peña Nieto en México.

Un tercer gran desafío es el anhelo histórico de diversificar la matriz productiva. Carlos Mesa, ex presidente de Bolivia, lo expresó de manera clara: “La pregunta que aún está vigente es si el éxito de nuestra región va a seguir dependiendo de la exportación de los recursos naturales”. De acuerdo al ex gobernante, hay “que dar valor agregado a la producción, no se puede prescindir de las materias primas, hay que convivir con ellas y sacarles partido, pero también hay que cambiar la matriz productiva y diversificar los mercados”.

Más allá de los minerales y otros commodities, una posibilidad que se vislumbra para América Latina es que ésta se puede convertir en uno de los grandes productores y exportadores de alimentos y en la generación y suministro de energía limpia. “Ahí está nuestro futuro”, afirmó Sergio Bitar.

Mientras tanto el cobre, el petróleo y otras materias primas siguen bajando, y las monedas de la región devaluándose respecto del dólar (lo que no es necesariamente malo). Como sea, una sensación de cambio de época recorre la región. “Ya no hay excusas”, afirmó Daniel Zovatto. “Tuvimos que hacer las reformas en la época de auge, y como no las hicimos, las tenemos que hacer ahora aunque sea más difícil”.

Autores

Víctor Herrero