El refinamiento de azúcar con azufre le cierra mercados a Brasil.

La luz de ozono es poco utilizada en Brasil en el refinamiento del azúcar, pero una compañía de Pernambuco, Gasil, se atrevió y acaba  de cerrar un contrato  para abastecer con sus equipos a China AMC Engineering. Éstos serán instalados en el complejo industrial San Buenaventura en Bolivia, un proyecto estatal. Gasil también vendió la tecnología para dos plantas chinas, cuenta Raimundo Silton, su director.

Entre las brasileñas que ya adoptaron el uso del ozono en reemplazo del sistema tradicional en base a azufre se encuentran algunas plantas del Grupo Cosan, de Bunge –que firmó el contrato recientemente– y de grupos del Nordeste. El cambio al ozono no es banal: Brasil no exporta azúcar refinada a mercados importantes, como Europa o EE.UU., porque el sistema de blanqueo por azufre está prohibido para alimentos. Las empresas importan azúcar bruta brasileña y lo aclaran con descolorantes químicos, lo que la encarece. Eso podría cambiar con esta tecnología: “Con el crecimiento del número de multinacionales entre los productores de azúcar en Brasil, el uso de nuestra tecnología debería aumentar”, apuesta Silton.