Todos conocemos el efecto demostración: si esa mujer tan inteligente y atractiva lleva casada tanto tiempo con ese tipo tan sin gracia y que tartamudea, por algo será. ¿No sería bueno quitárselo? En el mundo de los negocios ocurre algo parecido. Si Georges Soros y Bill Gates son accionistas de una “aburrida” constructora española, también por algo será. Sí, ese algo pueden ser sus balances o su futuro flujo de caja. Sea como sea, Carlos Slim decidió invertir en la hispana FCC. Y a lo grande: anunció la adquisición del 25,6% de su paquete accionario mediante Inmobiliaria Carso. La operación supone suscribir un aumento de capital por más de US$ 1.200 millones. ¿Por qué tanto interés? Tal vez tenga que ver control que FCC tiene sobre el 50% de Globalvia (el otro 50% es de Bankia), con inversiones en Chile y Costa Rica; empresa que, a su vez, tiene tres ofertas de compra: de un fondo chino, del fondo soberano de Malasia, Khazanah Nasional Berhard, y de la española Ferrovial. Slim no da puntada sin hilo.
Slim quiere ladrillos globales

Mediante Inmobiliaria Carso se apropia de la gigante española de la construcción FCC.
20 de Enero de 2015, 15:33
Autor:
Redacción AméricaEconomía