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Revolución en el aula
Jueves, Marzo 29, 2012 - 16:26

Conozca cómo han evolucionado las metodologías de enseñanza en los programas MBA, y los roles de profesores y alumnos.

"Cuando fue el momento de elegir dónde cursar mi programa de MBA, tenía opciones entre varias de las más prestigiosas escuelas de negocios de EE.UU., pero luego de visitar Darden y observar la dinámica en sus aulas, no tuve dudas. Los profesores ponen énfasis en el ambiente que se crea en el salón, y se aseguran que los estudiantes aprovechen todo lo más posible en cada sesión". Así se expresa Evan Smith, estudiante en la Darden School of Business, cuando explica las cualidades que lo llevaron a elegir su Alma Mater. ¿Pero qué cualidades hacen una metodología o estilo de enseñanza la mejor opción?

En el proceso de aprendizaje y enseñanza los actores fundamentales son los alumnos y profesores, mientras que el recurso en juego es el conocimiento que fluye en todas direcciones. AméricaEconomía se acercó a las aulas de postgrado en administración y negocios para entender las actuales metodologías de enseñanza devenidas del cambio de modelo educativo -de centrado en el profesor a centrado en el estudiante. Así como la influencia que ejercen las nuevas tecnologías, los cambios culturales, económicos y epistemológicos.

Los métodos

Repetidas veces Darden ha sido resaltada por medios de comunicación como Poets & Quants por la excelencia de sus métodos de enseñanza que la hacen liderar el índice de satisfacción de los estudiantes. Tanto esta como Harvard, otra que ocupa las cimas de varios ránkings, coinciden en mostrar un predominio del estudio de caso -70% y 80% respectivamente- entre los métodos de enseñanza utilizados a fondo, según datos publicados por la Business School Association

El estudio de caso, que ya empleaban Herbert Spencer y Max Weber como método de análisis, busca examinar un fenómeno, proceso o hecho desde todas las aristas posibles.

Rodolfo Rivarola, director académico del EMBA en la argentina IAE, señala que efectivamente este método convoca la participación activa de los estudiantes. "En cualquier caso, se trata de generar una tensión en el aula, que mantenga en vilo la atención de los estudiantes. Algunos profesores logran esto al generar un pin pon muy dinámico entre ellos. Otros prefieren lograr la tensión con la profundidad de las preguntas al abordar el caso. Sin embargo, en cualquiera de los casos, lo más importante, lo que define la calidad del profesor, es que tenga un conocimiento sólido y valioso que ofrecer a los alumnos".

Desde Incae en Costa Rica, donde el empleo del estudio de caso ya data de varios años, su rector Arturo Condo refiere que en sus aulas "existe una mínima transmisión de información de parte de los profesores, siempre en relación a temas muy especializados o específicos. Pero lo importante es que el estudiante se prepare en el debate y en la consideración de los factores e implicaciones de la situación bajo análisis. Lo más importante es para qué sirve, cómo la usa, cómo toma decisiones utilizando un concepto. Es mucho más el entrenamiento de pensar en problemas y decidir cómo actuar".

Rivarola comenta además sobre un método más reciente, el case in point. “Se usa el aula como caso, el profesor intenta que se generen dinámicas semejantes a las que suceden en las organizaciones, para que los estudiantes puedan aprender sobre la base de una experiencia propia. Esta manera, en cierta medida, puede resultar más efectiva porque el alumno se involucra más allá del proceso analítico, vinculándose también desde otras dimensiones como la emocional". 

Por otra parte, el profesor de IAE llama la atención a un elemento que es consecuencia del uso extensivo de las nuevas tecnologías de la información por las generaciones más jóvenes y está suponiendo un reto para los profesores en cuanto a la preparación de las clases. "Los estudiantes de generaciones más nuevas, que han interactuado con las plataformas multimedias toda su vida y están habituados al consumo simultáneo de varios tipos de información, necesitan además una dosis de entretenimiento y distracción, porque su capacidad de concentración presenta ritmos distintos que las de generaciones más viejas. Esto hay que tenerlo en cuenta, ¿cómo hacer para incluir la distracción en la clase? Hay toda una corriente en la pedagogía que apunta a incluirlas".

Daniel Maranto, director del departamento académico de Administración y Operaciones y profesor del MBA en la escuela de negocios mexicana EGADE, insiste en que, si bien la generalidad de los alumnos se muestra receptiva y prefiere este tipo de metodologías más participativas en comparación a la forma de comunicación más unidireccional que establece la conferencia magistral, es cierto que se corre el riesgo de que una situación no quede cerrada luego de un debate y el alumno se pregunte qué puede hacer con ese conocimiento. "Para que el alumno luego de tanta discusión no termine con una sensación de incertidumbre, es preferible cerrar la sesión con preguntas orientadas a la reflexión sobre qué mensajes se desprende de toda la discusión, para amarrar los contenidos. El modo más interesante en que puede funcionar es cuando los mismos estudiantes responden, y el profesor en todo caso complementa".

Efectivamente, Evan Smith afirma que la diferencia entre el método más participativo del caso y el receptivo de la conferencia es abismal, "los más talentosos profesores guían al estudiante en el proceso de investigación y luego en el uso de la información adquirida para elaborar los argumentos a presentar en las discusiones. Por último, el buen profesor se asegura con sus intervenciones de que el alumno se lleve de la clase los conceptos más importantes".

Los profesores 

Según Fernando Larraín, director del MBA de la chilena Universidad Adolfo Ibáñez, en general a los profesores "se les exigen varias cosas, un buen manejo de clase, que sepan usar las teconologías relacionadas con los cursos, y permitir espacios de participación y que sepan manejar bien las tensiones y discusiones en la sala de clase".

Santiago Iñiguez, presidente de la española IE University y autor de The Learning Curve, volumen que analiza varios de los cambios experimentados tanto al interior de las escuelas de negocio como en la institución universitaria en general, concede especial significación al impacto de las tecnologías móviles y de información en la educación. "El acceso a contenidos e información es virtualmente infinito. El conocimiento se genera en múltiples fuentes y su la transmisión a través de multicanales revoluciona la manera de aprender y enseñar". 

Como resultado de este proceso, Iñiguez argumenta que "la figura del profesor ha pasado de ser el centro del aula, a ser el facilitador, pero sigue siendo central, pivotal, en todo el proceso. Es el orquestador de la clase, pero se exige que tenga un perfil mucho más interactivo con el alumno, que esté familiarizado con las nuevas tecnologías y que sepa cómo integrar tecnología y pedagogía. En definitiva, que sea más el que identifica las tendencias, las ideas, y las sabe transmitir con eficacia, y menos el maestro que ocupaba una posición central en el encerado como en las clases antiguas".

De hecho, varios estudios han notado que entre los estudiantes se extiende la idea de preferir acceder al conocimiento con la lectura de papers, o el consumo de videos, o cualquiera entre tantas variantes y formatos, y hacerlo en los tiempos y desde los lugares que decidan. Mientras, la disposición de acudir al aula para escuchar a un maestro se va concentrando cada vez más en aquellos profesores con excepcionales dotes inspiradoras.

Sobre esto, Rivarola reflexiona que si ahora se pone tanto énfasis en las habilidades motivadoras de los profesores es porque "el conocimiento es ubicuo, hay montones de alternativas, por tanto lo que gana valor es la capacidad del profesor de guiar, dar dirección, secuencialidad y estructura al conocimiento que está por todas partes".

Al respecto, Maranto insiste en que "la tecnología debe ser una herramienta de apoyo para el profesor. El talento de este debe estar más en capitalizar de la habilidad que ya tienen los estudiantes, más familiarizados con el manejo de las distintas plataformas, y motivarlos a explotar esos recursos en la búsqueda de información y datos relevantes". 

Rivarola incluye el poder de la network profesional del profesor como uno de los atributos que lo convierte en mejor maestro. "Ni siquiera esta tiene que ser tan amplia, sino profunda e inteligente, con acceso a nodos que lo ayuden a amplificar el conocimiento que puede trasmitir, y a recibir nuevos conocimientos de otras fuentes".

Los estudiantes

Una vez más, Poets & Quants dedica un artículo a notar el hecho de que las escuelas de negocios compiten por atraer a los alumnos más brillantes. La razón la apunta Larraín cuando dice que con el uso de métodos participativos como el del caso, "la profundidad del debate, y del conocimiento que se pueden llevar los estudiantes de la sesión, depende en gran medida de ellos mismos".

La misma razón justifica la voluntad que han venido manifestando las escuelas de negocios de internacionalizar más sus estudiantes. Los profesores insisten cada vez más en fomentar la diversidad entre los alumnos porque "las investigaciones demuestran que el análisis de diferentes situaciones en el aula gana con la intervención de representantes de distintas culturas, nacionalidades, sexos y etnias. Así los alumnos empiezan a ver cosas que habitualmente no notan, porque se dan por asumidas, y les pasaron inadvertidas hasta entonces porque crecieron con ellas”, señala Rivarola.

Maranto apunta que, dado el progresivo avance del proceso de globalización, estudiantes de distintas culturas aprenden del intercambio con colegas de otros países. "Los estudiantes de estos programas son profesionales que buscan tener más responsabilidades en sus empresas. Y una vez en esas posiciones deberán coordinar acciones con personas de diferentes nacionalidades. Por tanto, a través de la interacción con diferentes nacionalidades en clase, los estudiantes que tienden a ser más reservados y respetuosos de la jerarquía también aprenden a interactuar con personalidades más extrovertidas e irreverentes, ganando en capacidad de argumentación informada y de interacción en equipos de trabajo, lo cual necesitarán cuando estén en contextos multinacionales".

Evan Smith señala otra razón por la cual el grupo se convierte en una fuente de valor para el estudiante individual. "Cuando entre los compañeros de clase se generan lazos que nos convierten en una comunidad cercana, los colegas influyen incluso a niveles personales. Esto cambia la dinámica de la relación que no es ya de competencia, sino de colaboración dentro y fuera del aula. Es muy ventajoso para todos cuando los miembros del grupo disfrutan también de los éxitos del colega, esto de alguna manera, genera un clima más propositivo que redunda en el beneficio de todos en la clase, porque el intercambio de ideas es más abierto y por tanto más fructífero”.

Autores

Jennifer P. Roig