En 2000, Honda dio a conocer el prototipo de Asimo que ha tenido actualizaciones en 2002, 2005, 2007, y hasta llegar al actual robot, modelo 2011.
Asimo falló un penal. Levantó las manos en señal de algo parecido a la decepción consigo mismo. Algo imposible, pues Asimo no puede tener sentimientos o algo parecido al libre albedrío.
Ante unas 150 personas reunidas en un auditorio del WTC de la Ciudad de México, Asimo tuvo otro chance para patear la pelota. Ajustó la distancia entre su pie y el balón, entre el balón y la portería miniatura, corrigió el ángulo de golpeo del disparo anterior, recalculó todas las variantes y golpeó el balón en una trayectoria que depositó a la pelota en las redes.
Asimo levantó los brazos alternadamente en un gesto de celebración, aunque en realidad el nombrado por Honda como el robot humanoide más avanzado del mundo no puede experimentar gozo, tristeza, amor, o cualquier otra emoción.
Es difícil comprender que dentro de esa carcaza blanca con una mochila a la espalda y rostro de cristal negro sólo haya circuitos, motores, articulaciones mecánicas, cámaras de video, sensores, y décadas de experimentación.
Entre 1986 y 1993 Honda experimentó con robots que sólo tenían piernas y sostenían una consola en el sitio donde una persona tendría la cadera. Entre 1993 y 1997 la empresa japonesa presentó su primera versión de robot humanoide.
En 2000 se dio a conocer el prototipo de Asimo que ha tenido actualizaciones en 2002, 2005, 2007, y hasta llegar al actual robot, modelo 2011.
Asimo es el acrónimo de Advanced Step in Innovation Mobility, mide 1.30 metros de altura, pesa 49 kilos. Durante su primera presentación en la Ciudad de México, la noche del jueves, mostró que sus movimientos sugieren conductas como duda, aprobación, negativa y cuestionamientos; demostró que puede caminar hacia adelante, retroceder sin problema, mover la cadera a manera de una bailarina de hawaiano, lleva el ritmo de la música (en este caso un mariachi), sostener objetos con las manos, y, algo que en realidad deslumbra: correr. Lo hace en pequeños saltos, es decir, despegando por fracciones de segundo los pies del piso, en un prodigio de equilibrio para un robot.
De acuerdo con Honda, el robot humanoide "evoluciona hacia una máquina autónoma con la capacidad de tomar decisiones y determinar su comportamiento acorde a su entorno. Estos avances acercan a Asimo un paso más hacia un uso práctico en ambientes donde coexiste con personas".
Por mientras, las investigaciones para hacer a Asimo más eficiente y compacto han servido para desarrollar otros campos, como prótesis, fabricación de circuitos cada vez más pequeños, para caminar rumbo a la creación de un robot más, humano, que ayude en tares simples a personas que requieran que no pueden valerse por sí mismas.