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Sebastián Pérez sobre Pablo Escobar: "Ningún Robin Hood pone una bomba en un avión"
Viernes, Agosto 25, 2017 - 07:40

El jugador colombiano se recupera de una lesión que sufrió en la rodilla izquierda. Según su opinión, el narcotraficante "marcó la historia de mi país y me duele".

Pablo Escobar, desafortunadamente, siempre estará ligado a un capítulo oscuro y sangriento de la historia de Colombia. Aunque cada vez pasa menos, a los colombianos que viven en el exterior aún les preguntan por el extinto capo del Cartel de Medellín.

De ese escenario, que puede resultar incómodo, no se escapa ninguna profesión. A cualquier colombiano lo pueden sorprender con preguntas en cuya respuesta estará presente la figura de Escobar. A Sebastián Pérez, volante de Boca Juniors, le tocó el turno de hablar de eso. Matías Bustos Milla, periodista de El Clarín de Argentina, le tocó el tema.

"¿Por qué para muchos (Pablo Escobar) era una especie de 'Robin Hood' y para otros es un 'demonio'?", pregunta Milla. La respuesta de Pérez resulta ilustrativa, clara, contundente. 

"Muchos tal vez creen que nosotros tenemos a Pablo Escobar como a un ídolo o un justiciero, cuando se trata de alguien que hizo mucho daño. Ningún Robin Hood pone una bomba en un avión".

El jugador, que trabaja en su recuperación tras una lesión en la rodilla izquierda, confirma que no han sido pocas las veces que le han preguntado por el capo.

"Yo hablo mucho con mi esposa y comentamos que estamos muy pegados a que nos hablen de él en cada lugar al que vamos. No me parece mal, cada persona puede comentar su pensamiento. Yo sólo cuento lo que me tocó vivir a mí y a mi familia. Era muy duro. La economía del país estaba muy mal y a esa generación no le era sencillo evitar caer entre la gente de Pablo. Colombia logró salir de eso, buscó cambiar su imagen y apoyar el deporte y la cultura. Cuando se menciona a la Argentina en el Mundo se habla de fútbol, del asado, de Maradona y de Messi. A los colombianos nos hablan del café y de Pablo a cada lugar que vamos. No es algo que nos genere orgullo. Marcó la historia de mi país y me duele".

En ese diálogo, Sebastián Pérez habló de cómo fue crecer en la misma ciudad desde la que Pablo Escobar ordenó atentados y asesinatos.

"No era fácil porque todo a su alrededor sembraba terror. A Pablo lo asesinaron en diciembre de ese año (1993), yo tenía pocos meses de vida. Pero siempre hablé con mis padres, tíos y amigos más grandes sobre lo que pasaba. Era una época en la que nadie quería salir de las casas porque no sabías cuándo y en dónde podía explotar una bomba. Quizá hubo gente de pocos recursos a los que les ayudó con cosas materiales, pero en el fondo ellos tampoco vivían en paz. Fue alguien muy malo. Después de tantos años, viendo las series de televisión, tal vez muchos lo toman a gracia o se ríen de lo que se cuenta. Pero hubo muchas muertes inocentes, mucha gente sufrió por el terror que se generó. Veían todos los días que mataban a seres queridos, a gente que estaba al lado de uno. Una época horrible".

¿Qué pasó después de la muerte de Escobar?, le pregunta El Clarín a Sebastián Pérez.

"Nunca se puede festejar ni celebrar la muerte de una persona. Pero la gente descansó, el pueblo estaba más tranquilo. En los años siguientes todavía había mucho temor, pero los más chicos podíamos estar en las calles. Medellín y Colombia ya no estaban en guerra".

Han pasado cuatro meses desde que Sebastián Pérez sufrió una lesión en la rodilla izquierda. Justo en ese momento empezaba a sumar minutos y a ganarse un puesto en el medio campo de Boca Juniors.

En esta entrevista con Clarín, Pérez también habló de Edwin Cardona, el colombiano que está recién llegado a Boca y que, de momento, recibe aplausos de la prensa argentina.  Vea: Golazo de Edwin Cardona en la pretemporada de Boca Juniors

"Él siempre jugó una categoría más alta que la mía en las Inferiores, pero lo conozco desde los 10 años. Compartimos muchos partidos desde pequeños porque me subían a jugar con ellos. Después nos encontramos en el primer equipo, en la selección. Es un crack, tiene una excelente pegada. Es una persona tranquila, de familia, que enfocándose bien va a explotar. Siempre jugó de "10" y siempre ha sido de los que no les importa nada, en el buen sentido. Cuando está la cancha llena o con presión es de los que pide la pelota, no se esconde nunca. Tiene mucha confianza en su juego y lo hace con libertad".

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El Espectador