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Sima Robot, el droide social que llegó a las escuelas chilenas
Viernes, Mayo 10, 2019 - 11:35

Hasta el momento se ha vendido de forma individual en varios países. En Chile, se implementa en al menos cuatro colegios, donde se busca potenciar el aprendizaje en niños de cuatro a ocho años.

¿Se imagina que un robot les diera la bienvenida a los niños en una sala de clases mientras ellos le sonríen y abrazan? Los robots sociales son habituales en las escuelas asiáticas, pero en América Latina el panorama es distinto. Desde mediados de 2018, la startups chilena Sima desarrolla un droide social accesible para padres y colegios que quieren potenciar el aprendizaje en niños de cuatro a ocho años.

La iniciativa nace en 2016 cuando el ingeniero Felipe Araya y la educadora Virginia Dias se dieron cuenta de la necesidad de crear robots sociales en América Latina que apoyaran el aprendizaje en una sala de clases. Al notar que no había otras iniciativas en la región, decidieron desarrollar una primera versión junto con un modelo de negocios y postular a Start-Up Chile, donde pudieron seguir trabajando en el proyecto.

Desde el primer momento quisieron ver cómo era la interacción del robot con los infantes, por lo que implementaron la tecnología tan pronto pudieron, realizarndo talleres y acercándose a jardines infantiles.

“Conseguimos ser la primera y única empresa de robótica social enfocada en educación. Decidimos desarrollar el producto y prototipar la primera versión con la premisa de lo que debería ser IA e interacción con los usuarios”, explica Felipe Araya, uno de los cofundadores de SimaRobot.

La impactante primera impresión

Más allá de lo que se pudiera planificar, con toda la tecnología detrás de este robot, para los cofundadores hubo un hecho clave que les demostró que su producto tendría éxito, pero que a la vez había cosas por mejorar. Se trata de un paso que todos los emprendimientos deben atravesar, y que Dias y Araya lo experimentaron tan pronto vio la luz su primera versión.

“Cuando entregamos la primera versión del robot a los niños, una de las cosas que hicieron fue abrazarlo e, incluso, se les desarmó. Nosotros no lo esperábamos. Manejamos la teoría de la interacción, sociabilización, desarrollo de competencias emocionales y sociales, entre otras cosas, pero no pensamos lo que pasaría en la interacción real”, dice Araya.

Este buen recibimiento dio paso a mejoras: aunque esto sucedió en una primera etapa, cuando el robot era solo un prototipo, Araya y Dias comprobaron la eficacia de probar lo más rápido posible el producto. Fue entonces cuando se dieron cuenta que no habían pensado en que los niños podían abrazar y pelearse por el robot, porque querían interactuar con él. Desde ahí que “entendimos que debíamos seguir desarrollando el hardware y hacer más robusto el cuerpo, para que así aguantara estas interacciones, y que no tuviera cables a la vista para que no hubiera riesgos, por ejemplo”.

Tras este mejoramiento, se encargaron de trabajar con las planificaciones escolares y de cómo los otros usuarios, los profesores, lo podían integrar dentro del aula.

"Hay muchas aplicaciones educativas, pero en un mundo virtual donde la interfaz es la pantalla. En cambio acá la interfaz es un ente que es capaz de moverse, hablar y comunicarse a través de gestos y expresiones. Más del 80% de la comunicación es no verbal, y nosotros buscamos potenciar esto", explica Araya.

Accesible en uso y en precio

“Se trata de un robot completamente interactivo con reconocimiento del lenguaje natural, que logramos a través de IA. Es capaz de ser autónomo con 8 grados de libertad, es decir, que tiene ocho puntos de movimiento independiente. También posee reconocimiento visual,  muestra expresiones visuales y puede dar información en su barriga, junto con videos y contenidos”, dice Araya.

Uno de los factores que Araya destaca en favor del robot es que se trata de una iniciativa a la que pueden acceder colegios y padres, en comparación con otros droides que resultan incalcanzables para varias personas debido a su millonario valor.  

De acuerdo con Araya, la diferencia del Sima Robot es que “no es un droide clásico como los que hoy en día se usan para aprender a programar, sino que interactúa con los niños y rompe con la dinámica vertical que existe con los profesores, que son una figura de autoridad que entrega contenido”.

Cómo funciona

Al ser pequeños, los niños suelen tener deseos de interactuar con ellos. Y para los profesores son un gran aliado, ya que estos pueden apoyar las clases con contenido relacionado o interactuando con los niños amigablemente. Esto se logra mediante la plataforma Sima Knowledge, donde los educadores pueden ingresar y subir los contenidos que alimentan los conocimientos del robot.

“Creamos una plataforma donde cualquier persona pueden enviar un mensaje de whatsApp fuese capaz de programar a Sima, subiendo contenidos. Hoy lo entregamos a los colegios con planificaciones escolares alineadas al currículo. Y hay posibilidad que los mismos profesores puedan personalizar interacciones que quieran hacer en clases”.

"Nosotros cobramos un servicio anual, que consiste el acceso a la plataforma de generación de contenidos a las planificaciones escolares para el uso del robot dentro de la sala de clases, con recomendaciones de uso. Además de una cantidad de robot listos para usar", dice Araya.

Los fundadores de Sima Robot ahora están detrás de otro proyecto, un robot social de servicios que quieren posicionar en todo lugar donde se necesire apoyo de este tipo. Es así como ya tienen un droide en una empresa de cowork en Chile, y se encuentran a la espera de la optimización del producto que les permita tenerlo terminado para su comercialización. 

"Uno de los desafíos que pasamos en esta primera etapa, donde el valor real es cómo programamos la IA, el reconocimiento de voz, los servicios que es capaz de aprender para entregarlos, tuvimos que pasar por un proceso de desarrollo de haerdwara bien importante, y hoy en día podemos hacer el robot según las especificaciones del cliente. Estamos físicamente en la u dechile en el lab, porque formamos parte de los emprendimientos de beucheg, con equipo de manufactura digital de avanzada, y ahora estamos, recién por la demandas que tenemos estamos pensando en pasar a la manufactura en China. Pero manejamos toda la cadena de valor". 

Autores

Daniela Arce