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Sincrolab: Cómo entrenar al cerebro con la ayuda de la Inteligencia Artificial
Jueves, Septiembre 13, 2018 - 06:30

Esta plataforma digital está dirigida tanto a impulsar el desarrollo de capacidades cognitivas como a frenar su deterioro.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una patología psiquiátrica que padece entre un 2 y un 5% de la población infantil y puede manifestarse con o sin hiperactividad. Se trata de uno de los desórdenes más importantes dentro de la psiquiatría infantil, y se estima que su diagnóstico se ha incrementado en un 30% en la última década.

Hasta ahora, el tratamiento para este tipo de patología incluía tres áreas de actuación: la farmacológica, la psicológica y la psicopedagógica. Hoy, la tecnología, y en concreto la inteligencia artificial, viene a sumarse a ellas como una poderosa herramienta para ofrecer respuesta a un problema que amenaza con convertirse en pandemia.

Una aplicación para la estimulación cognitiva

La familia de Daniel decidió cambiar de domicilio cuando tenía 7 años. En principio parecía una buena idea. Se mudaban a una urbanización con piscina, a un barrio con más parques, más instalaciones deportivas. Sin embargo, el cambio de colegio sumado a un problema grave de salud en la familia hicieron que Daniel sufriera un fuerte estrés y tuviera serias dificultades de adaptación.

“La profesora del colegio nos dijo que Daniel no atendía en clase. De pronto se tumbaba en el suelo sin ninguna explicación. En casa estaba irritado, nervioso. No sabíamos qué le pasaba”, nos cuenta su padre, Daniel del Pozo. “A mi hijo le diagnosticaron déficit de atención”. Daniel comenzó a acudir a terapia y el psicólogo que le trató les recomendó el uso de una aplicación, llamada Sincrolab, para trabajar funciones cognitivas como la memoria de procesamiento a corto plazo y para mejorar su atención.

Sincrolab nace de la experiencia clínica

Sincrolab es una compañía dedicada al diseño y desarrollo de software de estimulación cognitiva basado en inteligencia artificial. Su innovadora plataforma digital está dirigida tanto a impulsar el desarrollo de capacidades cognitivas como a frenar su deterioro. Está indicada en niños con dificultades de aprendizaje, trastornos del neurodesarrollo o discapacidad intelectual y también en adultos con daño cerebral sobrevenido o patologías neurodegenerativas.

“Sincrolab nació desde la clínica” -nos cuenta Ignacio de Ramón, CEO y fundador de la empresa-. “Yo soy neuropsicólogo, y junto a María Laorden, la cofundadora de Sincrolab, hemos estado trabajando en clínica durante muchos años con pacientes con trastornos del neurodesarrollo. Veíamos que necesitábamos un software que cubriese las necesidades que nosotros teníamos: que nos permitiese trabajar de manera remota con nuestros pacientes, para aumentar la frecuencia de la estimulación cognitiva, que pudiera establecer entrenamientos adaptados a cada uno de ellos, y que pudiéramos diseñar los tratamientos de manera rápida y ágil. Nos pusimos a trabajar con ingenieros para desarrollar este software que actualmente cumple con esas 3 necesidades que nosotros teníamos en la consulta”.

La tecnología de Sincrolab se apoya en tres pilares: la tecnología asociada a un motor de inteligencia artificial, la plataforma web, que permite tener en tiempo real toda la información de la evolución de los pacientes y las aplicaciones de estimulación cognitiva, que recogen toda esa información y la adaptan en tiempo real a cada uno de los pacientes.

“Nuestro motor de inteligencia artificial está diseñado para que aprenda de cada una de las ‘partidas’ jugadas y del rendimiento que tienen los pacientes en el día a día tras el trabajo en las aplicaciones móviles. Recoge esa información, la compara con el grupo más parecido a ese paciente y prescribe el mejor tratamiento posible. Es decir, cada una de las personas que entrena con Sincrolab contribuye a mejorar la prescripción a los demás usuarios. Cuantos más datos tiene nuestra plataforma y cuantos más pacientes trabajan con ella, mayor capacidad tiene para predecir y precisar el entrenamiento en concreto de un paciente”, nos explica Ignacio.

Aprender jugando

“El uso del juego en la estimulación cognitiva no es algo nuevo. En lo que nosotros hemos innovado es en conseguir que el software que hemos desarrollado nos proponga el mejor entrenamiento para cada uno de nuestros pacientes: eso es un aporte de valor por parte de Sincrolab para los pacientes y para los profesionales”, continúa Ignacio.

“El trabajo con niños tiene que ser a través del juego, porque el lenguaje de los niños es el juego. Y, si los niños pueden trabajar y mejorar sus capacidades a través del juego, creemos que los mayores también, es decir que podemos ‘gamificar’ nuestras tareas de rehabilitación y estimulación cognitiva para conseguir mayor adherencia a los tratamientos, mayor motivación y por tanto mejores resultados”.

Daniel nos cuenta cómo a su hijo no solo no le costó entrenar con Sincrolab, sino que lo disfrutaba. “A él le gustaba, él lo pedía, ‘oye que tengo que hacer Sincrolab’, era ya como un hábito de juego” -nos cuenta- “fue muy fácil que Daniel hiciera el entrenamiento. Todos los días antes de cenar nos poníamos unos 20 minutos. Al ser en la tablet y ser videojuegos, era un medio muy atractivo para él. No nos costaba nada que hiciera los ejercicios porque él no lo veía como una tarea, sino como una diversión”, corrobora Daniel.

Los juegos de Sincrolab están basados en paradigmas experimentales procedentes de laboratorios de neurociencia cognitiva. Es decir, cada uno de esos juegos está pensado para saber en cada momento qué procesos cognitivos se están estimulando. Daniel entrenaba con Sincrolab aspectos como la atención, la capacidad psicomotora, la estrategia y la resolución de problemas, principalmente. Pronto, los progresos fueron evidentes: atendía más en clase, en casa se mostraba mucho menos irritable y era más autónomo a la hora de hacer los deberes. “Al principio se frustraba un poco, porque no leía los enunciados y cuando empezaba el juego decía que no sabía hacerlo. Con Sincrolab aprendió que debía leer las instrucciones para ser capaz de solucionar los problemas por sí mismo, y eso le ayudó mucho a mejorar su atención y a resolver los problemas del colegio”.

“Los progresos de Daniel nos llegaban a través de los informes que el psicólogo nos proporcionaba cada mes, veíamos los gráficos que mostraban todos sus avances. Así que teníamos constancia de esas mejoras de una forma objetiva”. Nos cuenta que Daniel mejoró en su autoestima, en su sociabilidad y en la confianza en sí mismo, ya no le asustaba afrontar nuevos retos: “En general, una mejora bastante positiva en cuanto a comportamiento y a autonomía, sobre todo. Un balance muy positivo”.

Un ‘medicamento digital’ llamado Sincrolab

Hoy en día, la neurociencia nos dice que la importancia del cerebro no está en la capacidad, sino en la conexión. Es decir, un cerebro que funciona muy bien es un cerebro que tiene muchas conexiones.

Un punto disruptor también importante de Sincrolab tiene mucho que ver con la transformación del modelo: en lugar de trabajar sobre una función o una capacidad cognitiva, trabaja sobre varias de manera simultánea. “Lo que hace Sincrolab al trabajar varias funciones de manera complementaria es que además de mejorar esas funciones, sobre todo mejora la conectividad cerebral”, nos explica el doctor Javier Quintero, especialista en psiquiatría que utiliza Sincrolab como herramienta terapéutica. “Hicimos un trabajo con magnetoencefalografía en el que vimos que a los tres meses de trabajo de estimulación cognitiva con Sincrolab éramos capaces de observar cambios en la conectividad del cerebro. Es decir, el cerebro empezaba a conectarse entre diferentes regiones de una manera mucho más funcional y eficaz. A mí es lo que me parece más rompedor de esta plataforma, que tiene una gran consistencia científica. Por eso es una herramienta de uso técnico, de uso clínico”.

“Sincrolab no es un brain trainer accesible a cualquier usuario”, nos aclara Ignacio: “Sincrolab es una plataforma de estimulación cognitiva profesional que solo pueden manejar y prescribir profesionales del sector de la salud mental o de la educación. Es como si fuese un ‘medicamento digital’, como si fuese un fármaco. ¿Por qué? Porque la plataforma está basada en lo que el profesional establece que es necesario trabajar, es el profesional quien debe interpretar los resultados y de esos resultados aprende la inteligencia artificial”.

La posibilidad de incrementar la frecuencia y la intensidad del tratamiento es un beneficio clave para el profesional de la salud mental
Para los profesionales de la salud mental, los beneficios son muy claros: “El principal beneficio que obtenemos cuando incorporamos ese tipo de estrategias es que nos permite incrementar la frecuencia y la intensidad del tratamiento. El paciente no tiene que venir al centro cada día a estimularse, estar 15 o 20 minutos haciendo tareas cognitivas; lo puede hacer en su casa, cuando a él le encaje mejor y le sea más cómodo, y además puede hacerlo todos los días. Al mismo tiempo, el profesional obtiene toda la información de lo que está ocurriendo a través de los informes que le proporciona la plataforma: sabe cuándo entrena, cuándo no entrena, cómo lo hace, qué resultados tiene y cómo va evolucionando”, apunta el doctor Quintero.

“El tiempo es fundamental cuando hacemos entrenamiento cerebral. El cerebro nos da lo que se llama ventanas de oportunidad. Si las aprovechamos es estupendo y la facilidad de mejorar la capacidad de la función o la habilidad en ese momento es maravillosa. Si lo hacemos más tarde, recuperar eso es muy difícil”, concluye.

Apoyo eficaz para educadores y psicopedagogos

Sincrolab ha emprendido recientemente una línea de trabajo dirigida específicamente a los colegios, Sincrolab School, con dos objetivos fundamentales: el primero, seguir trabajando con aquellos alumnos que presentan dificultades de aprendizaje y cuyos procesos cognitivos tienen que ser estimulados porque ya existe un déficit, como pueden ser niños con trastornos de atención. El segundo, trabajar de manera preventiva con alumnos que todavía no han mostrado síntomas, pero que están en niveles de riesgo.

La plataforma también está siendo utilizada en colegios de educación especial. Cristina Courel es profesora del Colegio de Educación Especial Princesa Sofía de Madrid. “Yo trabajo con niños con discapacidad intelectual moderada o severa, asociada a otras patologías, niños con diversidad funcional. Tenemos niños con parálisis cerebral, niños autistas, niños hiperactivos…”, nos explica. “Hace cuatro años comenzamos un proyecto piloto de neurocognición, para investigar cómo el trabajo directo sobre las capacidades neurológicas puede mejorar toda la vida de nuestros alumnos. Hemos introducido Sincrolab en la vida diaria del colegio. Ahora mismo están trabajando con la plataforma en nuestro centro 17 alumnos y alumnas de entre 10 y 21 años”.

El estudio pretendía comprobar hasta qué punto una aplicación desarrollada, en principio, para niños sin discapacidad, podía ser beneficiosa para este tipo de alumnos. Los resultados son alentadores: “Estamos demostrando que, efectivamente, trabajando con las funciones ejecutivas mejoran en todos los aspectos de la vida diaria, tanto curriculares como sociales” -prosigue – “Hay niños que están aprendiendo a leer con 20 años, se han dado cuenta de que las palabras son conceptos porque hay uno de los juegos, por ejemplo, en el que aparece un gato y la palabra gato, un paraguas y la palabra paraguas, y el siguiente nivel es la sombra de un paraguas y la palabra paraguas. A base de trabajar con esto han aprendido que eso que para ellos no significaba nada es un paraguas, y ahora ven esa palabra y son capaces de leerla. Todo esto, a nivel curricular y a nivel vital les ayuda muchísimo. Sincrolab no les enseña a leer, pero les permite adquirir esas capacidades que necesitan para poder aprender a leer, o a resolver un problema de matemáticas”.

Cristina nos cuenta que, como docentes, la aplicación les ha aportado algo muy valioso: la posibilidad de personalizar e individualizar los entrenamientos, de trabajar con niveles muy diferentes a la vez. Y, pese a las reticencias iniciales de los padres ante estos nuevos métodos sin fichas ni libros de texto, para las familias el balance final también es muy positivo “Nos dicen que sus hijos son mucho más creativos en casa, resuelven mucho mejor los problemas, hablan mucho más, porque eran niños que a lo mejor no eran capaces de contar lo que les pasaba y ahora sí… Desde luego la experiencia ha sido altamente satisfactoria”.

“Nosotros entramos en Wayra con un producto muy incipiente que todavía no estaba en el mercado. Wayra nos apoyó desde el inicio en todos los desarrollos finales de nuestro producto, y sobre todo en pasar de ser un grupo de científicos que estaba intentando desarrollar un producto de innovación a ser realmente una compañía. Poner un producto en el mercado es complicado, y nos han ayudado en todo lo que tiene que ver con el marketing, las estrategias comerciales, a la hora de buscar partners… sin el apoyo de Wayra y de Telefónica habría sido muy complicado dar ese paso”, señala Ignacio.

A día de hoy, por Sincrolab han pasado ya cerca de 3.000 pacientes con más de 100.000 partidas jugadas. Actualmente 50 centros utilizan Sincrolab y cerca de 200 profesionales ya han testado y prescrito la aplicación. Cuenta con una media mensual de 200 pacientes activos, 50 centros utilizan Sincrolab y cerca de 200 profesionales ya han testado y prescrito la aplicación.

La compañía también ha comenzado su proyección internacional: tienen un acuerdo con una fundación en México que está distribuyendo la plataforma, y han mostrado interés en sus soluciones profesionales de Portugal, Brasil y Paraguay.

Salud en una tablet

La sanidad es un derecho humano fundamental. Sin embargo, el acceso a servicios de calidad en este ámbito sigue estando muy determinado por múltiples factores, como el lugar donde se haya nacido. La tecnología tiene un potencial inmenso a la hora de igualarnos a todos.

Nacho lo tuvo claro desde el principio: “Cerca del 75% de los pacientes que tiene una enfermedad mental no recibe un tratamiento adecuado. La tecnología creo que comienza a dar una respuesta a esta necesidad que tenemos actualmente”.

De la misma opinión es el doctor Quintero, que ve en herramientas como Sincrolab una oportunidad de llegar adonde antes no se había llegado: “Un niño que vive a 250 km de su centro de salud especializada no puede de ninguna manera desplazarse todos los días hasta la consulta. Gracias a tecnologías como esta, cualquier niño de cualquier lugar del planeta va a tener la posibilidad de acceder a un programa de estimulación cognitiva de calidad desde su casa, simplemente disponiendo de una tablet. La tecnología nos va a permitir democratizar el acceso a recursos sanitarios. Vamos a ser capaces de llegar a más pacientes, de ayudar a más gente”.

“Vivimos en un mundo tecnológico” – reflexiona Cristina – “y en educación no podemos quedarnos atrás, tenemos que mirar al futuro. La tecnología en la educación, sobre todo en los centros de educación especial, hace que nuestros alumnos puedan integrarse en la sociedad y tener mucha más autonomía. Para las personas con diversidad funcional es una ayuda vital el que se desarrollen estas tecnologías, y la inclusión social y la autonomía que adquieren favorece no solo la educación, sino toda su vida”.

Daniel es un ejemplo claro de los beneficios que la tecnología aporta a la vida de las personas: “A nosotros la tecnología nos ha ayudado a resolver los problemas cognitivos que tenía nuestro hijo. Ahora mismo, Daniel no tiene ningún problema de aprendizaje, de hecho, ha sacado el curso con buenas notas”, nos comenta su padre, orgulloso.

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