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Startups sociales, ¿un buen negocio?
Jueves, Septiembre 21, 2017 - 08:30

Acá las principales conclusiones de emprendedores e innovadores que se reunieron en encuentro organizado por Ship2B, Loogic e Impact Hub Madrid.

Financiar empresas con valores sociales, medioambientales, educativos o saludables. Y que sea rentable. El pasado 5 de spetiembre se llevó a cabo en Madrid el evento destinado a emprendedores "Invertir en tecnologías que cambian el mundo", y que fue organizado conjuntamente por Ship2B, Loogic e Impact Hub Madrid.

En la instancia se presentaron Xavier Pont, cofundador y director del área de inversión de Ship2B; Javier Martín, CEO de Loogic; y Nacho de Ramón, CEO de Sincrolab.

En el portal de BBVA se recogieron algunos de las principales conclusiones del encuentro, las que reproducimos a continuación. 

El cofundador de la catalana Ship2B dijo que la inversión de impacto social en el mundo es muy pequeña. En un mercado financiero mundial de en torno a US$ 193 billones, la inversión socialmente responsable (ISR) es de US$ 7 billones de  y la inversión de impacto representa US$ 114.000 millones. La diferencia entre la ISR y la inversión de impacto es que la primera se centra en minimizar el impacto negativo de las inversiones y la segunda financia proyectos de impacto positivo.

Pont destacó el modelo anglosajón: “Reino Unido nos lleva 15 años de ventaja, empezaron con aceleradoras, incubadoras, fondos y consultoras”, señaló, que incidió en la importancia del apoyo estatal. “En un momento dado, estos inversores” -explicó el cofundador de Ship2B-, “consiguen que el Gobierno apueste de una manera decidida por la inversión de impacto y el emprendimiento social”.

Reforzar este ecosistema es uno de los objetivos de BBVA Momentum, que cumple este año su sexta edición. Por primera vez participan emprendedores de cinco países —España, México, Estados Unidos, Colombia y Turquía— con proyectos que aspiran a cambiar el mundo. De las 700 candidaturas, 87 han sido seleccionadas y durante siete meses reciben formación y ‘mentoring’ de especialistas del banco para desarrollar su proyecto.

Nacho de Ramón es CEO de Sincrolab, plataforma que desarrolla inteligencia artificial para la estimulación cognitiva de los pacientes, y en el encuentro dijo que este proyecto surgió cuando los científicos e ingenieros de la empresa vieron que cerca del 40% de los pacientes con traumatismo y daño cerebral no recibían el tratamiento adecuado.

Para Pont este es un ejemplo de modelo de impacto social. “Para nosotros existe un triángulo mágico que engloba tecnología, emprendimiento e impacto social. Si los emprendedores sociales se alían con el sector científico y tecnológico y colaboran se pueden generar infinidad de proyectos valiosos”, dijo el innovador catalán.

Y aunque la inversión de impacto aspira a ser rentable y sostenible tampoco hay que olvidar el por qué se hacen las cosas: “A la hora de definir el impacto social necesitamos ver en los emprendedores lo que les motiva. No solo vale que lo que ponen en marcha sea social, necesitamos ver que les mueve algo más, que hay una intencionalidad clara de querer cambiar la sociedad”.

Autores

AméricaEconomía.com