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Tendencias y desafíos en Educación Ejecutiva
Martes, Febrero 1, 2011 - 15:18

Gabriel Aramouni es director del Centro de Educación Empresarial de la Universidad de San Andrés e integrante del Comité de Miembros de Unicon.

Ante los profundos cambios que surgen de un contexto de negocios competitivo y volátil y a continuos avances tecnológicos disruptivos -que han generado organizaciones globales en red, incrementalmente complejas e inexorablemente interconectadas-, el imperativo es innovar y reinventarse para sobrevivir.

Esto mismo obliga a revisar y expandir el concepto de aprendizaje organizacional, de modo que las empresas puedan desarrollar de manera sustentable nuevas y mejores capacidades para una adecuada gestión de sus negocios y recursos, adaptadas a las nuevas formas y modelos en gestación.

De aquí se deriva también la necesidad de un replanteo y reinvención de la educación ejecutiva, que debe ser tan dinámica, flexible y proactiva como las propias organizaciones, traccionando a su vez modificaciones de base en las universidades, escuelas de negocios y consultores que quieran ofrecer soluciones educacionales integradas, innovadoras y eficaces para contribuir con éxito al crecimiento y competitividad empresarial. Asistimos a un cambio de fondo en esta cadena de valor.

Los esfuerzos tradicionales dirigidos al desarrollo de competencias individuales van cediendo lugar ante la necesidad de constituir y gerenciar arquitecturas que permitan construir y apalancar capacidades organizacionales estratégicas.

Este cambio en el foco de las empresas no pasa desapercibido para los jugadores que operan en el terreno del aprendizaje y la educación corporativos, que también están obligados a reinventar sus propuestas y sus métodos de trabajo. 

Las organizaciones que han recurrido a la educación ejecutiva para el desarrollo de sus líderes están exigiendo ahora una mayor integración del aprendizaje con la creación, formulación y ejecución de sus estrategias de negocios, requiriendo programas más sofisticados que ayuden a sus directivos y gerentes a enfrentar los desafíos actuales en contextos turbulentos. Se percibe un aumento de la brecha entre lo que ellas requieren y lo que se ofrece en el mercado tradicional de educación ejecutiva.

Así se desprende de una reciente investigación realizada en Unicon-University Consortium for Executive Education-, conducida por la Dra. Marie Eiter, directora senior de Educación Ejecutiva de la Sloan School of Management del MIT.

La clave es integrar intervenciones de aprendizaje con procesos estratégicos de negocios, con mayor énfasis en el contexto, de modo que una experiencia de formación exitosa debe estar embebida en el marco de la cultura y estrategia de la organización y apoyada por su alta dirección. 

La educación ejecutiva es un insumo de un proceso de cambio mayor. Se trata de desencadenar el liderazgo y las capacidades organizacionales a través de experiencias centradas en el aprendizaje, la reflexión, el descubrimiento y el diálogo, combinando nuevas metodologías activas, a partir de diseños renovados surgidos de un relevamiento previo de cada organización o industria. 

El aprendizaje corporativo se ha movido de un proceso educativo hacia una práctica estratégica de liderazgo.

Aumentan las demandas de programas, tanto customizados como abiertos, basados en la aplicación, focalizados en las soluciones, en el coaching individual, en el desarrollo y gestión de proyectos, en el fortalecimiento de equipos y de redes sociales, en prácticas de action learning y en la construcción de comunidades virtuales permanentes. En suma, se pide mayor valor, construcción de conocimiento colectivo y mejores rendimientos de la inversión.

¿Quiénes ganarán en este nuevo escenario? Los que demuestren conocer la realidad de las empresas y anticipar sus requerimientos de gestión, con una visión integral; los que sepan escuchar sus necesidades y traducirlas en el diseño, implementación y seguimiento de soluciones integradas; los que cuenten con equipos técnicos de profesionales de educación ejecutiva que cooperen proactivamente con las áreas funcionales y de capacitación de las organizaciones; los que puedan demostrar innovación, flexibilidad y acompañamiento continuo; los que estén dispuestos a construir relaciones de coopetencia con otros actores; los que integren el faculty con practitioners seniors muy reconocidos, basados en investigación y práctica profesional efectiva; los que participen de redes internacionales y aseguren prestaciones de calidad de clase mundial; los que ofrezcan un ámbito de pertenencia que favorezca vínculos de confianza, de largo plazo y de alto nivel; last but not least: los que propongan una adecuada relación precio/prestación/retorno de la inversión.

Es el difícil pero apasionante arte de construir conocimiento para la acción.

Autores

Gabriel Aramouni