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Tres claves para la competitividad de los emprendimientos
Martes, Agosto 11, 2015 - 08:33

Por Cynthia Cuculiansky, socia en BDO Argentina.

Michael Porter nos dice que “la competitividad de una organización depende de las personas que la componen”. Brillante la simpleza con la que define la complejidad y el grado de impacto que tiene el lugar de las personas en un negocio.

Si pensamos a la competitividad como la generación de resultados, la posibilidad de tener un negocio sustentable en el tiempo, definir y crear un buen producto o servicio, y que el negocio responda a las necesidades del mercado y a la vez sea flexible para adaptarse a los vaivenes típicos de la economía Argentina, ¿de qué o quiénes estamos hablando?

¿Quiénes gestionan el día a día? Las personas. Muchas veces son ellos los que toman pequeñas decisiones que van marcando el rumbo de su negocio. Por eso la competitividad depende de las personas. Porque las finanzas no se manejan solas, requiere de personas decidiendo, los productos no se auto-desarrollan, es la cabeza de la gente la que tracciona las empresas.

Las personas son las que hacen de su organización o emprendimiento un negocio competitivo con resultados y sustentable en el tiempo,  o los que llevan su proyecto al fracaso. Por eso es imprescindible que cuentes con talento en tu organización. Quiero presentarte tres claves para la competitividad de los emprendimientos:

Al talento hay que salir a buscarlo adecuadamente. Me he topado con gran cantidad de emprendedores y dueños de pymes que suponen que hacer un proceso de selección formal está orientado a las grandes corporaciones.

Entonces, ¿qué suelen hacer? Lanzarse a la riesgosa aventura de buscar a una persona con un foco muy, pero muy claro: “que sea gente de confianza”. Entonces llaman al amigo del amigo, al hermano del cuñado, y van bollando entre los referidos, amparados y esperanzados en que una persona de confianza los ayudará a crecer.

Confianza es la palabra clave que hace que las pymes crean que están eximidas de un proceso profesional para seleccionar talento. Es un pensamiento mágico que supone que la confianza pone en ejercicio al talento. Y este es el primer error en el que caen este tipo de organizaciones. El talento bien seleccionado es capaz de demostrar su confiabilidad a través de los resultados que va generando en el tiempo. También considero prioritario entender el estilo de la organización. Conocer hacia dónde va su organización.

Por ejemplo: si nos pidieras que busquemos un responsable de administración, o un financiero para su empresa, no focalizaría en el hoy de tu emprendimiento. El  foco es la composición del escenario que como emprendedor o empresario visualizas para su negocio a futuro, a tres o cinco años. El estilo, es decir la cultura de la empresa y la visión sobre su negocio a cinco años serán norte en esta búsqueda.

Tener un Inventario. A veces me cuesta comprender que los empresarios no duden ni un segundo en hacer el inventario de manera sistemática, que les permita saber exactamente cuál es su stock disponible en productos, pero que hayan omitido por completo pensar cuál es el stock de habilidades que tiene disponible para hacer un desarrollo sustentable de su negocio. Es decir, ¿con qué habilidades se cuenta  para desarrollar nuevos mercados y negocios, para la gestión de costos, para la implementación de sistemas, para conseguir financiamiento, para generar nuevos canales? Incluso, hay habilidades que muchas veces desconozca de las personas que trabajan con usted. Tener un Inventario de Talentos, un mapeo claro, es una herramienta muy potente para tomar decisiones diariamente, sobre todo frente decisiones estratégicas.

Un equipo que crece, amalgama fortalezas y muchas veces expone debilidades. En este momento, la pyme devenida en organización que crece, debe asumir otro desafío respecto del talento: detectar a las personas claves y las habilidades que están en la organización.

La retención del talento es el  otro tema clave para la competitividad de la empresa. En el mercado hay cientos de modelos de retención de talentos, con acciones y programas de desarrollo. Cualquiera de ellos puede ser un éxito total o un fracaso descomunal en igual proporción.

Estoy convencida que el plan de retenciones hay que trabajarlo muy seriamente, pero con los talentos. Ellos deben ser los protagonistas de ese plan que los proyecta en el tiempo en su empresa.

Aseguro que, cuando convoco al talento al proyecto del armado del plan de retención, en ese mismo momento, el talento está haciendo el ejercicio de visualizarse a si mismo dentro de cinco años en su empresa y le va resultar mas fácil definir lo que necesita para crecer personalmente, profesionalmente y para hacer crecer a su empresa también. 

¿No cree que ésta es la mejor ecuación para un acuerdo Ganar – Ganar? Entonces, sí. Puede estar tranquilo porque generó un entorno de competitividad y confianza en su empresa.

Autores

Cynthia Cuculiansky