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Tres claves para un consumo consciente del plástico
Sábado, Septiembre 5, 2015 - 13:42

Cada día la reducción del plástico en la vida cotidiana se vuelve un reto: su extremada duración produce variadas complicaciones medioambientales.

La extrema duración de las bolsas de plástico hace que existan actualmente 250.000 millones de partículas de este material, con un peso total de 500 toneladas, flotando sólo en el mar Mediterráneo. Se trata de partículas que pueden asfixiar a las criaturas marinas que las ingieran accidentalmente o creyéndolas comida. 
 
Sin embargo, el problema de este complejo material no se da sólo en los océanos. También en la vida diaria de las personas. Se dice que la sociedad hoy es extremadamente “polimérica”, porque el plástico está en todas partes.
 
Una de las máximas preocupaciones es su lento avance hacia el desarrollo de mezclas que faciliten la biodegradación y su uso en dinámicas cotidianas en la vida moderna. Por ello, el consumo consciente es una de las principales premisas en este tema.
1. El chicle ya no es lo mismo…
 
Desde los años 50 en adelante, la goma de mascar ha incluido cada vez más polietileno y acetato de polivinilo, sustancias que se consideran tóxicas y que en ratas de laboratorio han producido varios tumores cancerígenos.
 
Estos elementos han ido reemplazando la goma sintética del chicle, cuya industria ha presionado para que la consideración preventiva internacional no sancione en una ley la prohibición de su uso.
 
Además, se trata de un producto que no es biodegradable, por lo que las dalños que origina en el medioambiente al ser desechado son variados.
 
Antes de esta intervención industrial, el chicle -que debe su nombre a la palabra tzictli, del pueblo aborigen mexicano náhuatl- utilizaba como elemento esencial un polímero gomoso que se obtiene de la savia del árbol manilkara zapota, originario de México, América Central y América del Sur tropical. 
 
Debido a su sabor dulce y aromático, numerosos pueblos amerindios lo utilizaban para masticar. Hoy, sin embargo, se ha transformado en una nueva forma de mascar pláctico.
2. El riesgo de los productos antiadherentes
 
Aunque el teflón es una gran ayuda  a la hora de lavar rápida y eficientemente los utensilios de cocina, lo cierto es que se están generando profundas dudas en cuanto a su uso. Se trata del artículo antiadherente más usado y se conoce que éstos liberan químicos  claramente tóxicos para la salud humana. 
 
Aunque hasta unos años el teflón era considerado inocuo, lo cierto es que estudios recientes indican que debe usarse con cierta precaución.
 
A partir de los 200 grados ya libera gases suficientes para hacer caer a un pájaro y sobre los 370 grados emana más de quince gases tóxicos, dos de los cuales son de naturaleza cancerígena.  La pregunta que se está haciendo ahora la ciencia es saber qué tipo de interacción podría darse entre el teflón y el aceite hirviendo, por ejemplo.
 
Por todo ello se recomienda usar otros elementos antiadherentes y en el caso de la cocina utilizar objetos hechos de hierro fundido, acero inoxidable o cobre.
3. No comprar productos con plásticos
 
Lo primero que se aconseja es dejar de comprar jugos, gaseosas y otras bebidas que vengan en botellas de plástico. Aunque más engorrosas, las botellas retornables ofrecen una dinámica mejor y, sobre todo, las botellas de vidrio.  En cuanto a jugos, el mejor consejo es tomar de fruta natural, cuya pulpa no viene embotellada.
 
Debe evitarse comer helado en vasos hechos de una resina sintética llamada poliestireno y, por supuesto, el uso de cucharas plásticas. 
 
En cuanto a yogurt, se recomienda hacer caseros, ya que resultan muchos más saludables que los adquiridos en el supermercado y se usa menos plásticos. 
 
El jabón de barra, por ejemplo, es más amistoso y conveniente que el jabón líquido, ayudando a reducir el uso de plástico.
 

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