Pasar al contenido principal

ES / EN

Un perro en libertad es un perro feliz
Jueves, Enero 5, 2017 - 14:47

Encadenar a las mascotas es considerada por expertos una forma de maltrato y afecta tanto la salud física como emocional del animal.

"Amarrar a un animal, encerrarlo o enjaularlo va en contra de su naturaleza. Recordemos que los perros fueron domesticados por el humano  hace miles de años, pero su antepasado es el lobo. Hay que comprender que su naturaleza es  hacer ejercicio, buscar a su presa y socializar con su amo", explica el médico  veterinario  Victor Girón y Amaria Hernández, presidente y coordinadora del Área Educativa del Programa Integral de Salud y Control Animal Poblacional. “Estar amarrado frustra al animal de ser él”, agregan.
 
"Entre las consecuencias físicas para el perro  están las laceraciones y llagas  causadas por collares o lazos  ajustados; traqueítis crónica, por la constante presión de  escapar del confinamiento; enfermedades dermatológicas, cuando carece de un lugar para resguardarse del sol y la lluvia; atrofia muscular, cuando no tiene actividad física, dietas adecuadas o pasa toda su vida atado o confinado, ahorcamiento o asfixia, que lo lleva a la muerte", indica Hernández.
 
Entre las secuelas psicológicas de su confinamiento está el aumento de agresividad y estrés, al no poder  huir, por lo que  toman conductas de ataque; inseguridad y miedo; conductas neuróticas, por la falta de socialización con personas, animales y objetos; conductas obsesivas compulsivas, como lamido excesivo en  patas y cola, arrancadura de cabello o  ingestión de piedras, platos o correas.
 
Beneficios
 
"Cuando el animal vive dentro de casa o en un lugar adecuado, se le facilita a los dueños percibir conductas anormales causadas por enfermedad, así como tener mejor control de su alimentación. Se favorecen los vínculos afectivos", complementa.
 
Estudios demuestran que los perros que están bien socializados son propensos a aprender con mayor rapidez, son capaces de adaptarse con mejor eficacia a las situaciones nuevas y tienen temperamento más tranquilo, amoroso y obediente.
 
 
Los beneficios  también son para el humano. Se ha demostrado que los animales de compañía, como el perro, ayudan a reducir el estrés, especialmente en personas con depresión. Cuando el animal es parte de una manada, se siente incluido y feliz, y  un perro feliz es saludable.
 
Por lo mismo, los amos deben comprender que los animales son seres vivos que tienen necesidades de movimiento, protección del clima, alimentación, agua y cuidados veterinarios.
 
"Hay que educar a los niños en la compasión y la empatía hacia los animales al preguntarles cómo se sentirían si todas sus vidas las pasaran amarrados a un poste debajo del sol, soportando frío, hambre y soledad", añaden Girón y Hernández.
 
"Es una crueldad tener encadenado al animal. Los perros y otras mascotas responden a rutinas o hábitos que hay que atender", concluyen.
 
Consejos
 
- Para evitar encadenar o aislar a  los perros, es responsabilidad del amo tomar las siguientes medidas.
- La castración ayuda a que los canes  no marquen territorio.
- Enseñarles a hacer sus necesidades en lugares adecuados —patio, terraza, periódico o en la calle y, posteriormente, recoger las heces del suelo—.
- Cuando el can necesite  alta demanda de actividad física, tener tiempo para pasear y jugar con él  cada día para que canalice su energía y no haga travesuras.
- El espacio apropiado  para el can debe permitir que  se refugie de las inclemencias climáticas, caminar  y recostarse,  mostrar su conducta normal,  alimentarse y beber agua, alejado del lugar donde hace sus necesidades. También debe interactuar con la familia varias veces al día. 

Autores

Brenda Martínez/ Prensa Libre