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Una cumbia para enseñar sobre salud materna
Lunes, Diciembre 30, 2019 - 15:00

En Mesoamérica el Banco Interamericano de Desarrollo apoya un proyecto que utiliza canciones populares traducidas a la lengua local para promover la salud materna.

Cuando caminas por el mercado de San Andrés Larráinzar —una pequeña localidad en el estado de Chiapas, en el sur de México— es probable que escuches una tonada conocida. Es inconfundible: son los acordes de La vida es un carnaval, de la cantante cubana Celia Cruz.

Pero cuando vas a comenzar a tararear la letra, te das cuenta de que la voz suena distinta: la canta otra intérprete en tzotzil, una lengua indígena, y está invitando a las mujeres embarazadas a que vayan a realizarse sus controles prenatales.

Las mujeres detrás de esta idea son Sandra Guadalupe Trejo y Karina Pinacho, doctora y nutricionista del centro de salud de la comunidad. Como la canción de Celia Cruz, así han transformado múltiples otras para promover la salud materna.

Cuando llegaron a San Andrés de Larraínzar en 2015, Sandra y Karina identificaron que sólo diez mujeres habían realizado sus exámenes prenatales antes de las 12 semanas, lo que aumentaba el riesgo de mortalidad infantil y materna. Pero, ¿por qué las mujeres embarazadas no estaban acudiendo al doctor? Uno podría creer que la respuesta estaba en la falta de especialistas o recursos, pero la verdad es que las barreras lingüísticas eran aún más determinantes: el municipio cuenta con una población mayoritariamente indígena y el 80% se comunica en el idioma tzotzil.

“La cultura es muy diferente. Hay servicios que (estas mujeres) difícilmente aceptan por creencias que tienen hace muchos años. No podemos cambiarlas de un momento a otro, pero tenemos que trabajar y darles ese enfoque de interculturalidad; que nosotros aceptemos y entendamos la postura que ellas tienen, su cosmovisión.” comenta Sandra.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apoya este y otros proyectos que priorizan los exámenes prenatales a través de la Iniciativa Salud Mesoamérica, una alianza público-privada entre la Fundación Carlos Slim, la Fundación Bill & Melinda Gates, el gobierno de España y los de ocho países de Mesoamérica: México, Belice, El Salvador, Honduras, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y Panamá.

En mayo de 2018 terminó la segunda fase de la iniciativa en Chiapas, que estuvo enfocada en mejorar la atención y proteger integralmente la salud materna e infantil. A través del programa se entrenaron a más de 1.300 trabajadores de salud y 800 parteras, se crearon 800 plataformas comunitarias en salud como la de las canciones en tzotzil, y se mejoraron los procesos hospitalarios. También se priorizó la interculturalidad en servicios de parto y se brindó apoyos en transporte.

La idea de las canciones empezó tras el análisis de los resultados médicos, dentro del contexto de las reuniones periódicas que realizaba la clínica. En ellas, las doctoras identificaron dos áreas a mejorar: un alto número de mujeres no realizaba sus exámenes prenatales antes de las 12 semanas, y el 11% no lo hacía después del parto.

Se identificaron dos áreas a mejorar: un alto número de mujeres no realizaba sus exámenes prenatales antes de las 12 semanas, y el 11% no lo hacía después del parto.

Sandra y Karina determinaron que la mejor solución a estos problemas era aumentar el número de agentes comunitarios, difundir mensajes educativos en medios de comunicación masiva y crear material didáctico para las clínicas.

Una de las maneras en las que decidieron difundir los mensajes en los medios de comunicación masiva fue a través de canciones. Sandra y Karina elegían tonadas populares de artistas conocidos y componían las letras sobre salud materna en español, para luego traducirlas a tzotzil y grabarlas en un estudio de producción profesional. La composición se realizó de manera colaborativa: participaron de manera activa personal de la clínica y voluntarios de la comunidad, entre ellos una persona que cantaba en tzotzil.

Al cierre de 2017, las canciones en tzotzil sobre salud reproductiva hicieron que el número de mujeres que asistía a sus exámenes se duplicara con respecto a 2015. “En cuanto a la captación temprana de las embarazadas, seguimos en pie. Es un trabajo que tiene que ser persistente a través del tiempo, de seguir intentando que las pacientes acepten el control prenatal. Afectan muchos factores de aquí en la comunidad que tenemos que trabajar, como la prohibición del mismo esposo o la suegra o el suegro de hacer uso de los servicios médicos,” comenta Sandra.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el primer examen prenatal se realice antes de la semana 12, y que al menos otros cuatro controles se lleven a cabo durante el embarazo. El primer examen tiene un rol crítico para estimar la duración del embarazo, detectar trastornos genéticos o congénitos, detectar y tratar anemia por deficiencia de hierro, tratar enfermedades de transmisión sexual y entender los factores de riesgo en el embarazo como consumo de alcohol y drogas.

Un estudio publicado en 2017 por el International Journal of Epidemiology —con datos de 52 países— estimó que seguir por lo menos una de las dos recomendaciones de la OMS reduce en un 32% el riesgo de mortalidad infantil.

A través de la Iniciativa Salud Mesoamérica, más de 270.000 mujeres en los municipios más pobres de Chiapas obtuvieron acceso a servicios de salud de calidad durante su embarazo. Entre 2016 y 2018, esto representó un incremento de un 76% en el número de mujeres que cumplieron el número de controles prenatales recomendado por la OMS respecto a los niveles del 2015. 

“Realmente salimos de nuestra zona de confort como médicos”, dice Sandra. “Creo que tiene que ser un trabajo persistente, y de seguro seguiremos trabajando para conseguir mejores resultados más adelante”.

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BID