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Vacuna propia, ensayos clínicos y COVAX: ¿qué países de América Latina están más cerca de una vacuna para el COVID-19?
Lunes, Agosto 3, 2020 - 09:35

Brasil participa en tres ensayos clínicos y México busca crear su propia vacuna. Además, como otros países de Latinoamérica, ya solicitaron participar en el proyecto COVAX, que busca garantizar un acceso rápido y equitativo a las vacunas a fines de 2021. A continuación, una revisión a las estrategias que están siguiendo los distintos países de nuestra región.

La urgencia de un antídoto es incuestionable. Este lunes, América Latina se convirtió en la región con mayor cantidad de contagios por coronavirus, superando por primera vez a Norteamérica. Para ser exactos, la cifra alcanzó los 4.340.214 casos confirmados. 

Dado este escenario, los países saben que el tiempo vale oro y deben hacer sus apuestas ya. Brasil lo tiene más que claro, al punto de que ya aprobó la realización de ensayos clínicos para una tercera potencial vacuna contra el COVID-19. Con más de 2,1 millones de personas infectadas, esta nación tiene el segundo peor brote del mundo después de Estados Unidos, lo que lo convierte en lugar ideal para el testeo. 

Argentina, por su parte, iniciará recién las pruebas de la vacuna Pfizer y BionTech en agosto, al igual Chile junto a la farmacéutica Sinovac Biotech. Ambos buscan asegurar el suministro del medicamento si este logra su aprobación. 

En cambio, México ha optado por una estrategia distinta. El gobierno ha presentado cuatro proyectos de vacuna ante la Coalición para las Innovaciones de Preparación para la Epidemia (CEPI), para obtener financiamiento. La idea es crear una vacuna propia, para luego liberarla al resto de los países solicitantes. 

Independiente de la elección de participar en un ensayo clínico o buscar un antídoto dentro del territorio, según GAVI, uno de los líderes de la iniciativa COVAX, diseñada para garantizar un acceso global para las vacunas COVID-19, a la fecha han recibido 75 solicitudes de países para ser parte del proyecto. "Entre el grupo hay representantes de todos los continentes y más de la mitad de economías mundiales del G20", precisaron para AméricaEconomía. 

Este fondo está codirigido por GAVI, la Organización Mundial de la Salud y la Coalición CEPI, y busca administrar de forma rápida y equitativa las vacunas, asegurando el suministro de 2 mil millones de dosis para fines de 2021 a las naciones que se sumen a esta campaña. "Se mantendrá una flexible asignación de dosis para desplegar en brotes severos y para abordar los problemas de salud pública más urgentes". 

La anterior es una alternativa para todos. En el caso de los ensayos clínicos, el laboratorio es quien finalmente elige dónde realizará sus pruebas correspondientes. En un estudio de fase 3, el factor clave es el epidemiológico. La circulación viral dará cuenta si la vacuna entrega o no protección. Los países pueden postular, pero será el laboratorio quien determine en qué lugar su estudio entregará mayores resultados certeros. 

Según explica el Dr. Miguel 0'Ryan, miembro del Comité de Asesores Científicos de la Estrategia Nacional de Vacunas COVID-19 de Chile, la compra de vacunas "va a depender finalmente de utilizar los mecanismos habituales que tiene el país, que es a través de su Programa Nacional de Inmunizaciones, asesorías del Consejo Asesor de Vacunas que da cuenta los mejores candidatos. Luego, debe  ser aprobado por el Instituto de Salud Pública y finalmente, si hay o no negociación, se hace de forma cerrada a través de licitaciones". 

Brasil

El único país latinoamericano que hasta la fecha ya tomó una decisión de compra es Brasil. El gobierno llegó a un acuerdo con la farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford para comprar 100 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19. La compra contempla tres lotes, el primero será entregado en diciembre. La inversión alcanzó los US$127 millones, un riesgo si se considera que la vacuna aún no ha sido aprobada. 

Independiente de esta decisión, el país se ha adherido a tres ensayos clínicos. La última vacuna elegida es desarrollada de forma conjunta por la farmacéutica estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech, y partirá en agosto. 

Las otras pertenecen a la china Sinovav y la alianza Oxford-AstraZeneca. Sinovac ha acordado entregar suficientes dosis para inmunizar a 60 millones de brasileños si su vacuna es efectiva, mientras que AstraZeneca entregará 30 millones de dosis. 

Brasil, además, es parte de la iniciativa que busca la colaboración mundial para crear la vacuna contra el COVID-19, COVAX. 

Argentina

En el caso de Argentina, Pfizer y BionTech seleccionaron al Hospital Militar Central Cosme Argerich para llevar a cabo la prueba de su vacuna a partir de agosto. El centro de salud precisó que brindarán la infraestructura logística y hospitalaria para el desarrollo de las pruebas. Ya hay inscritos más de 15 mil voluntarios.

Este ensayo beneficiará al país en caso de que la vacuna sea aprobada. En paralelo, científicos de la Universidad Nacional de San Martín y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas informaron que están avanzando hacia el desarrollo de vacunas orales e inyectables. El proyecto está en etapa preclínica. 

Argentina forma parte además, de la iniciativa COVAX.

Chile

En agosto, Chile comenzará las pruebas de la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac Biotech, como parte de un convenio que contempla la participación de más de 2 mil voluntarios. Si el resultado es positivo, el país asegura al menos 10 millones de dosis. 

Según el miembro del comité asesor, Dr. Miguel O'Ryan, existen otros tres estudios más en carpeta. Con respecto a la definición de compra, señala que "vamos a hacer varios ensayos por un lado; por otro lado, será dependiendo del éxito de los mismos. En paralelo estamos conversando para definir posibles mecanismos ventajosos para adquirir vacunas". 

Esta no es la única estrategia. El ministro de Ciencia, Andrés Couve, aseguró que están en contacto con CEPI para ser parte de COVAX, quienes serán los encargados de negociar con los productores en nombre de los países. 

Colombia

El presidente colombiano ha informado que el gobierno se ha "aproximado" a proyectos privados sobre vacunas contra el coronavirus. Se han adelantado conversaciones con Sinovac, SinoPharm y CanSino. 

Mientras tanto, otros investigadores se han centrado en crear alternativas como la extracción de plasma sanguíneo de personas recuperadas de COVID-19 para su utilización en tratamientos de nuevos pacientes que contraigan el virus. El Instituto Distrital de Ciencia Biotecnología e Innovación en Salud (IDCBIS) está a cargo del proyecto. 

En entrevista con Xinhua, Bernardo Camacho, director del IDCBIS, explicó que con "la inyección del plasma se busca contrarrestar fuertemente la replicación del virus en el individuo para evitar que siga progresando a estados más severos, o crónicos y graves". Tras la primera fase de estudio en 10 pacientes y la publicación científica de sus resultados, se continuará con el desarrollo de un estudio controlado y aleatorio que culminará en septiembre. 

México

El gobierno de México presentó cuatro proyectos de vacuna contra el coronavirus ante la Coalición para las Innovaciones en Preparación de la Epidemia (CEPI). El objetivo es obtener financiamiento para el desarrollo de estas iniciativas y ayudar en la búsqueda de un antídoto. 

Los proyectos están siendo desarrollados por el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que plantea una vacuna recombinante que ya se trabajó para combatir el zika y el dengue; el segundo fue presentado por Avimex y el IMSS, que ha creado inmunización de uso veterinario y busca aplicarlo en humanos; el Instituto Gould-Stephano con colaboración del ITESM, UABC e IPN, presentaron el tercer proyecto que es una vacuna de ADN; y el cuarto proyecto lo tiene la Universidad Autónoma de Querétaro en colaboración con el IPN. Estas vacunas se encuentran en ensayos preclínicos, los cuales consisten en evaluar la seguridad en animales.  

La iniciativa Jonas Salk México, del Instituto Gould-Stephano, se originó hace más de 130 días como una iniciativa social y sin fines de lucro. En noviembre comenzarían con las pruebas clínicas, pero siempre y cuando logren conseguir financiamiento. 

Según el Dr. José Manuel Aguilar, líder científico de Jonas Salk y presidente del Instituto Gould-Stephano, "la tecnología de nuestra vacuna es rápidamente adaptable ante el surgimiento de nuevas cepas o de otros patógenos en los próximos años".

México se mantiene en la carrera de conseguir una vacuna propia, para luego dar acceso a quienes la necesitan. De todas maneras, el país forma parte de COVAX, con el fin de asegurar una vacuna.

Perú

Farvet desarrolló una vacuna junto al Laboratorio de Bioinformática y Biología Molecular de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Actualmente, está siendo probada en alpacas. La proteína diseñada usa varias secuencias del genoma del virus, entre ellas una nacional, de cepa aislada por el Instituto Nacional de Salud. 

De forma paralela, altos ejecutivos y profesionales peruanos vinculados al área de la salud, se han organizado voluntariamente en el “Comando Vacuna”, para ayudar al gobierno a gestionar su adquisición y aplicación. 

Panamá

Panamá podría convertirse en el “hub humanitario”, desde donde se distribuirían las vacunas contra el COVID-19 a los distintos países de América Latina. El presidente Laurentino Cortizo aseguró que existen las condiciones para la operación de su país, de un centro de redistribución en la región, que tendría su base en el Centro Logístico Regional de Asistencia Humanitaria (CLRAH) que opera en Panamá para el almacenaje, redistribución de insumos y administración de recursos humanos frente  emergencias. 

"Es una tremenda oportunidad que tiene Panamá, no solo para poder tener acceso (a la vacuna), sino para poder servir a la región", mencionó Cortizo, citado por la agencia Xinhua.

Autores

Gianni Amador y Josefina Martínez