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Viaje al centro del cerebro: neuróloga quiere saber qué ocurre cuando nos golpeamos la cabeza
Jueves, Diciembre 18, 2014 - 15:38

El objetivo de la doctora Teena Shetty es alcanzar un conocimiento más profundo sobre lesiones cerebrales traumáticas, diagnósticos y tratamientos más rápidos que reduzcan sus consecuencias a futuro.

Por GE Reports Latinoamérica. Hilary Monaco es cinta negra en Taekwondo y sabe recibir golpes. No se preocupó mayormente cuando durante una práctica en el otoño pasado su sparring le asentó una fuerte patada en la cabeza.

Dos semanas después avanzó a la ronda final de un importante torneo, donde recibió otro golpe en la cabeza; pero esta vez, su cuerpo le manifestó una seria advertencia. “Al día siguiente no podía ponerme de pie, estaba mareada y no podía enfocar la mirada en la computadora y ni siquiera ver la pantalla pues me provocaba un fuerte dolor de cabeza”, comenta Monaco. Sus amistades de inmediato la llevaron a la sala de urgencias, donde se le diagnosticó una contusión cerebral.

Monaco, con 25 años y estudiante de posgrado en biología computacional en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center y la Cornell University de Nueva York, lógicamente se preocupó por su cerebro y por sus posibilidades de seguir practicando su deporte favorito, por lo que acudió en busca de la Dra. Teena Shetty, neuróloga del Hospital de Cirugía Especializada de Manhattan y asesora en neurotraumatología de los equipos Mets y Gigantes de Nueva York.

El objetivo de Shetty es alcanzar un conocimiento más profundo sobre lesiones cerebrales traumáticas, diagnósticos y tratamientos más rápidos que reduzcan sus consecuencias a futuro. Comenta que las contusiones son particularmente difíciles de diagnosticar objetivamente incluso con los equipos más avanzados, como el escáner IRM. Su investigación obedece a necesidades reales, explica. “Se conoce mucho sobre las contusiones, pero todavía no tenemos un instrumento óptimo para revisarlas”.

En 2013, Shetty puso en marcha un programa de investigación en su hospital en busca de biomarcadores característicos del cerebro, como microderrames y cambios en el desplazamiento del líquido cefalorraquídeo. Estos estudios podrían ayudar a los médicos a diagnosticar una contusión con mayor precisión, a elegir la terapia correcta y mejorar el tratamiento y la recuperación de los pacientes.

Shetty desea tener cada vez más personas inscritas en el programa. “Quisiera tener toda la información posible para mi trabajo”, explica. Busca pacientes entre 15 y 50 años que hayan tenido una contusión severa en un periodo no mayor de 10 días.

El proyecto, patrocinado por Head Health Initiative, una asociación de US$60 millones entre GE y la NFL, tiene dos objetivos: ayudar a los médicos a encontrar relaciones entre síntomas físicos y cambios en el cerebro que puedan detectarse mediante tecnología médica como la IRM. GE utilizará esta información para fabricar mejores escáneres de IRM.

“El IRM común fue diseñado para observar el tejido blando, vasos sanguíneos y estructuras anatómicas”, comenta Shetty. “Al comparar lo que observamos en las imágenes del cerebro completo con los síntomas obtenidos con el examen neurológico en el consultorio, comenzamos a establecer relaciones”.

Shetty y su equipo comenzaron recopilando gran cantidad de datos clínicos de pacientes como Monaco. “Los pacientes son sometidos a cuatro rondas de pruebas de imagenología y revisiones dentro de las 72 horas de la lesión y después al cabo de 10 días, uno y tres meses. “Queremos ver cómo cambian, responden al tratamiento y sanan sus cerebros”, Shetty explica. “Existen muchas hipótesis de lo que ocurre en el cerebro, pero pocas respuestas”.

Para sus estudios, Shetty trabaja con una máquina de IRM diseñada por GE para detectar  biomarcadores específicos: microderrames provocados por neuronas dañadas; cambios de tamaño en diferentes regiones del cerebro; cambios metabólicos en células cerebrales y su capacidad para transmitir señales. “A diferencia de un moretón común, la fuerza del impacto no se focaliza en un sitio específico”, explica Ajit Shankaranarayana, supervisor del desarrollo de las aplicaciones neurológicas del IRM en GE Healthcare. “El golpe se propaga por todo el cerebro y por ello los síntomas aparecen en diferentes partes del mismo”.

Shankaranarayana comenta que su equipo está utilizando los resultados de las investigaciones de la Dra. Shetty en el desarrollo de un escáner sensible de cuerpo completo capaz de penetrar en lo más profundo del cerebro. Podría estar equipado con un nuevo software imagenológico para medir los biomarcadores críticos. “El mecanismo del escáner IRM normal debe cambiar”, comenta. “La medicina necesita urgentemente esta tecnología”.

La agencia Centros para el Control y Prevención de Enfermedades calcula que en los Estados Unidos se presentan 1.7 millones de casos de lesiones cerebrales traumáticas, resultando en 52 mil muertes.

Igual que otros pacientes inscritos en el programa, Monaco se sometió a los estudios imagenológicos y el tratamiento. La Dra. Shetty monitoreó sus síntomas y supervisó su recuperación. “Lo primero que me dijo es que dejara de pensar”, Monaco rememora. “Si tienes una pierna rota, no camines, me dijo. Si tu cerebro está lesionado, debes dejarlo reposar”.

Lo extraño es que los médicos no han encontrado todavía la manera de lograr que sus pacientes dejen de pensar. “Mi tratamiento fue muy riguroso”, dice Monaco, “pero no tiene por qué ser igual en un futuro; esta investigación puede ayudar a ello”.

Durante las primeras semanas se abstuvo de mirar TV, leer, escuchar música, usar su computadora y su smartphone. “Estamos todos tan conectados que no es fácil dejarlo, pero lo más difícil fue abandonar la lectura”, comenta.

Hoy, Monaco se encuentra de regreso en el circuito de Taekwondo. “La consulta con la doctora Shetty fue un verdadero aprendizaje”, explica. “Al hablar con ella comprendí que ese primer golpe que recibí me había provocado también una contusión”.

El programa de investigación Head Health incluye en la actualidad a la Universidad de California – San Francisco (UCSF) y el Hospital Metodista de Houston. La meta de GE es fabricar las herramientas requeridas por sus empresas asociadas y poner a su alcance el desarrollo científico que con el tiempo ayudará a proporcionar una mejor atención médica, explica Amy Gallenberg, encargada del trabajo de investigación de la GE Head Health Initiative.

“Head Health Initiative proporciona una gran plataforma para beneficio no sólo de atletas, sino también de los miembros de nuestras fuerzas armadas”, comenta. “Necesitamos conocer mejor el cerebro”.

 

Autores

GE Reports Latinoamerica