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Argentina: sí al gradualismo económico, ¿y al gradualismo judicial?
Mié, 23/03/2016 - 08:50

German Fermo

Argentina en default: la única opción es una solución de mercado
German Fermo

Germán Fermo es Director de MacroFinance y de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina). Posee un Ph.D. en Economía en la  Universidad de California y una especialidad en estrategia de opciones en ETF's y monedas.

Será imposible evaluar la gestión del presidente Mauricio Macri si no entendemos el despilfarro fiscal que heredó de la administración anterior. Con la soja más alta y las tasas más bajas de la historia, todavía tenemos que escuchar que en la Argentina no hay cloacas, ¿quién fue el verdadero buitre de la déKada perdida?

Ningún gobierno en el país desde el retorno a la democracia ha tenido un contexto internacional tan favorable y aun así estamos quebrados. El peronismo menemista emitió deuda en moneda extranjera para financiarse, el peronismo kirchnerista emitió pesos para financiarse. Ambos fueron fiscalmente deficitarios, en su esencia básica han sido idénticos: gastaron más de lo que había y cuando el estado gasta de más. Lamentablemente, toda la sociedad debe pagar las consecuencias del despilfarro pasado y esto es inaceptable. 

El periodo 2009/2011 fue para las economías exportadoras de commodities un hecho irrepetiblemente positivo que dio una oportunidad única de que sus respectivos bancos centrales pudiesen incrementar sustancialmente sus reservas en dólares. A esto hay que sumarle que desde 2008 vivimos en un entorno de tasas históricamente bajas en donde fondearse en moneda extranjera ha sido sustancialmente barato. Cuando se escucha a la administración anterior describir al deseKilibrio actual parecía que lo conciben como un evento exógeno, como si otro hubiese gobernado en estos 12 años. Pues bien, los resultados de la gestión anterior se pueden resumir contundentemente en tres calamidades con altísimo costo social para la nación argentina: 

A) desde el 2007 la inflación acumulada supera el 550%, 

B) al Banco Central lo dejaron con reservas negativas, 

C) Formidable déficit fiscal tanto nacional como provincial. 

Argentina, como Nación, ha sido saqueada. ¿Se entiende? Porque si no entendemos esto será imposible comprender y evaluar la gestión del gobierno del Presidente Macri.

Comprendo las razones de un gradualismo económico. Ser gradual en lo económico implica preservar la herencia K por muchos años: acostumbrémonos a observar a un Banco Central muy restringido y con pocos grados de libertad. Acostumbrémonos también a observar a un Ministerio de Hacienda muy restringido y con pocos grados de libertad y soy redundante bien a propósito. Ambos equipos saben que la restricción política es enorme, Argentina votó cambio gradual y eso no puede generar otro efecto que mejoras en cámara lenta, no existe apoyo de la sociedad para otra cosa. Los argentinos entonces debemos comprender que el gradualismo económico tiene costos, los variados y muy significativos problemas que hoy padece la Argentina, fruto de la gestión anterior, estarán aquí para acompañarnos por muchos años: inflación, desempleo estructural, escasez crónica de dólares, déficit de inversión real, etc.

Por lo tanto, Cambiemos desde lo económico quizá no pueda ser otra cosa que cambiar en cámara lenta y quizá sea la única alternativa posible desde la restricción política. Paradójicamente entonces, el gradualismo económico de Cambiemos preservará muchos aspectos de la administración anterior por años enteros. Por ejemplo, Argentina hoy padece de una crónica incapacidad para generar empleo. En este enfoque gradual dicha incapacidad probablemente perdure, los que hoy no tienen trabajo no verán mejoras sustanciales en el futuro cercano, así funciona un sistema gradual, nada es gratis en economía y a la hora de evaluar la gestión de Macri deberíamos contemplar que si le pedimos costos en cámara lenta no deberíamos reclamarle beneficios en cámara rápida. Entonces, si decidimos ser graduales, seámoslo en forma simétrica.

Sin embargo, no comprendo las razones de un gradualismo judicial. El despilfarro fiscal ha sido tan enorme, tan evidente y tan costoso a nivel social, que me irrita aún más que el sacrificio económico que como ciudadanos argentinos seguramente todos deberemos afrontar en los próximos años como consecuencia de la déKada heredada. El costo social no es un invento macabro del presidente Macri sino una consecuencia lamentable y directa del formidable despilfarro fiscal de la administración anterior, con gradualismo económico o shock, el costo social ya se siente y seguirá con nosotros por mucho tiempo, lamentablemente lo que pudo ser distribución de riqueza hacia quien más lo necesita, terminó siendo administración de pobreza. 

A esta altura, puedo comprender las razones de un gradualismo económico, pero no acepto un gradualismo judicial. No me basta con que me digan “La plata no está”, quiero saber “Por qué no está”, “¿Se la llevó alguien, fue mala-praxis, fue sólo mala suerte?”, “Y sería muy útil intentar recuperarla” aun cuando esto último seas utópico. Mucho pobre pudo dejar de serlo en la déKada perdida, mucho déficit pudo ser superávit, el déficit de reservas del BCRA pudo haber sido ahorro genuino en dólares y pudo haberse transformado en escuelas públicas, hospitales públicos, infraestructura.

Mucha pobreza pudo haberse evitado en lo que fue una de las décadas más favorables para las economías latinoamericanas de los últimos 100 años. Repito: los precios de los commodites en los años que precedieron a la actual gestión han sido históricamente altos, fue la gran oportunidad de ahorrar y erradicar pobreza. Alguien a esta altura debería explicar por qué no está lo que debería estar. Argentina ha sido muy exitosa en replicar una y otra vez el mismo paradigma de injusticia social: el despilfarro de unos pocos los termina pagando la sociedad toda, simplemente no es justo, alguna vez deberíamos decir basta y evolucionar éticamente, dejando de aceptar lo que es sencillamente inaceptable.

Un déficit fiscal que pudo ser superávit, un Banco Central sin reservas que debería estar nadando en dólares, explican la realidad de una Argentina que ha sido saqueada. La déKada perdida fue para la Argentina una chance extraordinaria de erradicar la pobreza sustancialmente y re-transformar al país entero en base a la inclusión vía educación de los más pobres. Sin embargo, nada de eso ocurrió y como ciudadanos argentinos pagadores de impuestos tenemos todo el derecho de preguntar por qué y quién generó semejante descalabro fiscal. 

Cada peso que “se fue” es un peso menos para hospitales públicos, para escuelas públicas, para infraestructura pública. ¿Nos habrá llegado el momento de pedir rendición de cuentas? Estoy cansado de comenzar cada ciclo político argentino pagando los formidables costos del ciclo que se fue.

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.

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