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Brexit, ¿sí, no? ¿O qué?
Jue, 24/01/2019 - 09:59

José Roberto Concha

Dos años del TLC entre Colombia y Chile
José Roberto Concha

José Roberto Concha es el director del Consultorio de Comercio Exterior (Icecomex)  y jefe del departamento de mercadeo y negocios internacionales de la universidad Icesi (Colombia). Con un Master of Management y un Phd en Mercadeo de Tulane University en New Orleans, Estados Unidos. Trabajó durante 13 años como gerente de mercadeo en Miles Laboratorios y en Sucromiles, y por 16 años se desempeñó como gerente general de empresas del país y del exterior como Comolsa, Valores en Carvajal S.A., Offsetec en Quito, Ecuador y Zona franca Palmaseca. Dicta cátedras en negocios internacionales y mercadeo en la Universidad Icesi y dicta cursos en estas materias en Ecuador y Bolivia en los MBA de Espol y de la Universidad Católica, respectivamente.

Estos días han sido testigos de una de las crisis más importantes del gobierno británico: el rechazo casi unánime de la Cámara de los Comunes ante el acuerdo presentado por Theresa May para retirar al Reino Unido (UK) de la Unión Europea (UE), un acuerdo llamado Brexit. Después de dos años de negociaciones con la UE, la consumación del Brexit está planeada para este 29 de marzo.

¿Pero qué es lo que está pasando? El 23 de junio de 2016 se realizó el referéndum sobre la permanencia del UK en la UE. Como resultado, el 52% de los votantes fueron partidarios de abandonarla.

Casi un año más tarde, el 29 de marzo de 2017, tras conseguir la aprobación del Parlamento Británico, el UK comunicó su intención de abandonar la UE. Sin embargo, la semana pasada el Parlamento rechazó el acuerdo del Brexit alcanzado por el gobierno británico (representado por May) con la UE, con 432 votos en contra y 202 a favor, dejando al UK en una cuenta regresiva acelerada para encontrar la mejor opción que le permita abandonar la UE sin causar estragos a su economía.

El parlamento votó en contra del acuerdo, especialmente los conservadores, por la salvaguarda existente para impedir la restitución de los controles fronterizos entre Irlanda del Norte, que es parte de UK, y la República de Irlanda que es miembro de la UE. Después del Brexit (si se concreta), esa demarcación será la única frontera terrestre del Reino Unido con el bloque regional.

Durante décadas la frontera tuvo barreras y retenes con soldados y paramilitares. Unas 3.700 personas perdieron la vida durante el conflicto entre nacionalistas irlandeses y unionistas británicos hasta 1998, cuando el acuerdo del Viernes Santo propició un pacto que dio fin al conflicto y prácticamente borró la frontera. Como el UK e Irlanda son parte de la UE, hay un libre tránsito de personas y mercancías entre Irlanda e Irlanda del Norte, sin necesidad de revisiones aduaneras. El Brexit pone fin a este libre tránsito y altera vidas y negocios, a la vez que socava el frágil proceso de paz.

¿Cuál es la propuesta del acuerdo entre UK y UE? El acuerdo de salida propuesto por May incluyó una "salvaguarda" para impedir la reinstalación de una frontera estricta mediante la concertación de una asociación aduanera entre UK y la UE después del Brexit. Los detractores esgrimieron diferentes argumentos: este escenario sentenciaría a UK al fracaso en sus intentos para concertar otros acuerdos comerciales internacionales, y además el país quedaría sujeto a normas aduaneras y comerciales en las que no tendría voz ni voto. Asimismo, los aliados políticos de May de Irlanda del Norte también plantearon objeciones contra la salvaguarda, porque les da un trato distinto con respecto a otras países del UK.

Una salida de la UE sin acuerdo sería catastrófica para el UK, según los expertos. La libra esterlina se podría depreciar hasta en un 25%, la inflación se dispararía al 6,5% y en la misma medida caería el PIB. No habría términos claros en las relaciones comerciales entre las islas británicas con la Eurozona, igualmente que la infraestructura de transporte (como el tren Eurostar y las conexiones aéreas) se estancaría. Entonces, ¿qué opciones quedan?

Theresa May ha comparecido este lunes en el Parlamento para presentar una alternativa al acuerdo de salida de la UE, reclamando a los diputados que clarifiquen qué alternativas proponen para solucionar el escollo de la frontera irlandesa. May ha reiterado su intención de respetar la votación de 2016 y ha rechazado las llamadas a celebrar un segundo referéndum. El Legislativo estudiará el proyecto y tendrá hasta el 29 de enero para decidir, sin embargo, es poco probable que el Partido Laborista acepte la propuesta.

Un segundo escenario posible es que alguna alternativa presentada en el transcurso de la semana por los representantes a la Cámara obtenga una mayoría parlamentaria, opción con pocas probabilidades, pues es difícil el quorum en el Parlamento. Por otro lado, los principales grupos de la Unión Europea se han mostrado a favor de prolongar el plazo del Brexit si Londres lo solicita, a condición de que el gobierno británico deje claro cuál es el objetivo de esa prórroga, es decir que sería necesario un entendimiento entre la Primer Ministro y la oposición.

Una última opción es realizar un segundo referéndum, idea a la que se suman varios líderes de opinión como el propio ex-Primer Ministro Británico Tony Blair, pero May ha rechazado las llamadas a celebrar una segunda consulta, porque, en su opinión, esta "dañaría la cohesión social en el Reino Unido". La situación es difícil y todos los posibles escenarios son complicados. El tiempo se agota, solo quedan 10 semanas para que venza el plazo en que Reino Unido debe decidir si pasará a ser un país tercero. Y crece el riesgo de un no acuerdo con un Brexit mucho más duro.

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