Pasar al contenido principal

ES / EN

Cambiemos y el nuevo relato argentino: ¿gradualismo o miedo?
Mar, 16/02/2016 - 09:14

German Fermo

Argentina en default: la única opción es una solución de mercado
German Fermo

Germán Fermo es Director de MacroFinance y de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina). Posee un Ph.D. en Economía en la  Universidad de California y una especialidad en estrategia de opciones en ETF's y monedas.

Todo lo relativo a la administración anterior es mejor, lo cual no es justificativo para convertirse en mediocre. Por momentos me pregunto si los argentinos no estaremos otra vez fumándonos un nuevo relato. "Cambiemos", cuando en realidad no está cambiando nada relevante. El relato anterior terminó siendo un moco verde, virósico y pegajoso, ¿no estaremos corriendo el riesgo que el actual gobierno de Mauricio Macri termine sólo en un globo amarillo revoloteando sin sentido en el aire?

O me voy a pasar cuatro años escuchando esta sanata: queremos cambiar, somos re buena gente, pero el costo político es tan elevado que lo vamos a hacer muy despacito porque las próximas elecciones son en 100 AÑOS, por lo cual tenemos todo el tiempo del mundo para ajustar ¿?

Insisto, comparar a esta gestión contra la anterior, la de Cristina Fernández de Kirchner, no es una vara para determinar qué tan buenos son los muñecos actuales.

Desde que nací observo a los argentinos confundir el significado de “mejor” versus “óptimo”. Obviamente que estamos mejor si nos comparamos con lo que pasó, ¿Y cómo no estarlo?, pero humildemente, mis expectativas como ciudadano (y ni hablar como economista) eran mucho más elevadas respecto a lo que estoy observando en estas primeras semanas de gestión de este nuevo gobierno de Macri, nada de lo que veo me suena a óptimo. Todo me parece demasiado en cámara lenta como si la economía real pudiera resistir en las condiciones actuales una eternidad.

Por momentos me parece que hay tanto miedo a cambiar big-time que nos escudamos en el gradualismo y no recuerdo que en la Argentina el gradualismo haya funcionado alguna vez, bue... En realidad, nada ha funcionado en esta incomprensible tierra del Sur en la que decidí vivir pero aun así me gusta idealizar en la posibilidad de que alguna vez como nación hagamos las cosas correctamente, ¿Me convierte esto en un idealista criollo utópico? Tal vez. Ojo, que si bien el gradualismo te ahorra el costo político del ajuste también te genera el costo político de no lograr tracción en una economía real que desde años necesita varios shocks positivos y capacidad de generar empleos y retornos o sea: ser gradualista también tiene sus costos.

Le explicaba a un amigo -que no es economista- la diferencia entre gradualismo y shock diciéndole: “es como jugar al fútbol, tenés jugadores que siempre juegan seis puntos, nunca se equivocan, pero tampoco te ganan campeonatos”.

No caben dudas que el equipo económico y monetario actual está conformado por profesionales con razonable sentido común y formación técnica, aspecto al que claramente nos desacostumbramos en la última década. Relativo a lo que tuvimos que padecer, el actual equipo bien podría definirse como una especie de “dream-team criollo”, pero tampoco nos relajemos con el benchmark contra el cual estamos comparando, recuerden que hasta la administración K parecía buena cuando la comparábamos con la de De la Rúa. Pero el estado de la economía argentina requiere mucho más que sentido común y refloto otra vez la divergencia entre “estar mejor” y “converger a la optimalizad”.

Recuerdo que en los años K muchas veces criticaba el concepto de “Precios Cuidados” indicando que en una economía seria los precios no los controla el burócrata de turno sino que con disciplina fiscal y monetaria los precios se cuidan solos. Y aquí estamos hoy en día, con un esquema de “Precios Cuidados” similar al nefasto anterior y quizá hasta más complejo, me esperaba mucho más en esta dimensión. Controlas precios porque no podés controlar la inflación, el control de precios es nada más y nada menos que el reflejo del fracaso de la política monetaria y fiscal como anclas del sistema. Nos pasamos una década así, yo esperaba otra cosa del actual Gobierno. ¿Gradualismo o miedo al costo político de hacer lo que hay que hacer?

Me imaginé una estancia mucho más enérgica y contundente frente a la inflación y sin embargo aquí estamos, los precios están subiendo agresivamente ante un Banco Central que no se anima a poner las tasas bien de punta para que hagan su trabajo y a un equipo económico que se atrevió a muy poco cambio a nivel estructural. ¿Será Precios Cuidados la única respuesta a la inflación? ¿Se dan cuenta la diferencia entre óptimo y mediocre?

Parecería que la dirección encarada por el Gobierno es razonable y está muy bien que así sea, lo celebro, pero tengo la sensación de que en el estado actual de cosas la Argentina se enfrenta a dos preguntas simultáneas: dirección y además velocidad de la dirección.

Claramente, no sólo es un tema de derivada primera (dirección) sino que también involucra a la derivada segunda (aceleración).

En la actual Argentina arrasada, estar en la dirección correcta puede ser totalmente insuficiente si los cambios no se implementan a velocidad óptima. Tanto gradualismo, tanta sonrisa, tanto globo amarillo, quizá esconda a un gobierno con enorme miedo a hacer lo que hay que hacer para que la economía real del país comience a traccionar de una vez.

Ojo, la elección presidencial no la ganó el PRO, la perdió el Peronismo y por esa razón no jugaría otra vez la misma carta de sonreír a la camarita y que el tiempo devengue su curso. Sigo con mi duda existencial: ¿gradualismo o miedo?

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.com.

Países
Autores