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Cloud y el rol cambiante del CIO
Mié, 27/04/2011 - 09:47

Ricardo Villarte

Cloud y el rol cambiante del CIO
Ricardo Villarte

Ricardo Villate es el responsable de la gestión y dirección de la consultoría e investigación de IDC de América Latina. Con más de 15 años de experiencia en las industrias TI y financiera en Latinoamérica, ha ocupado en IDC diversos cargos. Antes de convertirse en vicepresidente de Investigación y Consultoría para la región, fue gerente general de Cono Sur (Argentina, Chile, Perú). Y antes de eso, fue director de hardware, software, servicios y programas de investigación de telecomunicaciones para Latinoamérica.

En el mundo de hoy, la tecnología que utiliza una empresa es un factor determinante de su nivel de competitividad y productividad. Por ende, el máximo director de la estrategia de sistemas de una empresa, el CIO, se está convirtiendo en una de las personas que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso en la organización.

El principal reto que tiene para lograrlo, sin embargo, es que en la mayoría de los casos debe invertir demasiado tiempo en la operación de los sistemas existentes y no le alcanza el presupuesto para innovar más rápidamente. Esto parece estar cambiando. Los llamados “servicios en la nube” (o cloud services por su nombre en inglés) prometen cambiar radicalmente el modelo de inversión tecnológica.

Los servicios en la nube son productos, servicios y soluciones de consumidor y negocios que se ofrecen y se consumen en tiempo real sobre Internet. A pesar de que los servicios en nube no son un concepto nuevo, un estudio reciente realizado por IDC en América Latina revela que la mayoría de los CIOs de las empresas de 100 o más empleados no conocen o no están familiarizados con el término. 

No obstante el desconocimiento que aún existe en nuestra región acerca del concepto, sus implicaciones y beneficios, el fenómeno de los servicios en la nube ha tomado cada vez más auge a nivel global, lo que indica que la adopción de los mismos en América Latina es algo inevitable. Así lo demuestra el hecho de que el número de empresas que han decidido adoptar los mismos se ha triplicado en los últimos doce meses (aunque sigue siendo una minoría), y que entre las empresas que tienen algún nivel de familiarización con el concepto,  el número de las mismas que está considerando adoptar los servicios en la nube o que ya los ha adoptado se ha incrementado en 13% en los últimos seis meses.

La razón del éxito de esta nueva tecnología es simple: la nube y los servicios en la nube ofrecen una serie de beneficios que las empresas no pueden ignorar, tales como son la flexibilidad para escalar el número de usuarios a medida que se requiere y de forma más fácil, el concepto de “pago por uso”, que hace posible pagar solo por lo que se consume y efectivamente se utiliza, reduciendo así la necesidad de hacer una inversión grande en tecnología y pasando entonces de ser un costo de capital a convertirse en un gasto operativo, y la facilidad para dar soporte de manera remota a sucursales, entre otras cosas.

De manera análoga a otros modelos de servicios, una empresa que, por ejemplo, necesite poder de cómputo en un pico de producción o ventas puede "activar" el uso de capacidad extra en 'la nube' vía una conexión a internet, y "apagar" el servicio una vez vuelva a un nivel de demanda más bajo, pagando así solo lo que se usa, pero a su vez teniendo acceso a capacidades altamente eficientes y seguras provistas por las empresas más sofisticadas del ramo y con infraestructuras o funcionalidades de última tecnología.

En vista de lo anterior, la pregunta que surge es, entonces, ¿cómo impactarán los servicios en la nube, y la adopción de los mismos, el rol del CIO o jefe de informática? 

Una cosa queda clara: los servicios en nube modificarán la organización con o sin el liderazgo del CIO. Los servicios en la nube pública, por su naturaleza, serán fáciles de adoptar a través de las diferentes áreas de la organización. En algunos casos, será tan sencillo como hacer varios clics y proporcionar un número de tarjeta de crédito para empezar a usarlos. El CIO deberá tomar el liderazgo y proporcionar una serie de parámetros para el uso de esta tecnología dentro de la empresa, manteniendo a la vez la flexibilidad y permitiendo la innovación, si no quiere perder el control de la manera como se está utilizando la tecnología en la empresa.

A la vez, el CIO deberá ser consciente de que su rol no es el de impedir la agilidad del negocio estableciendo tal nivel de control que se limite la flexibilidad, por lo que su papel se deberá transformar en el de “proveedor de servicios” interno, de manera que se convierta en un gerente del portafolio de funcionalidades provistas a la empresa, a través de una mezcla de servicios en nube pública, privada e híbrida.

Existen cuatro elementos claves de la práctica de manejo de servicios en la nube que el CIO “proveedor de servicios de TI” debe tener en cuenta en su nuevo rol:

1.- Un sistema de manejo de precio/costo total de propiedad, que permita hacer seguimiento de las nuevas métricas. Métricas tales como latencia de aplicación por tipo de usuario, o uso unitario de procesamiento por usuario por mes, que han reemplazado a la tradicional manera de medir eficiencia: numero de servidores por usuario. La definición de estas nuevas formas de medir uso es clave para atarlo a la definición del modelo de negocios y a la contabilidad de la organización.

 2.- Un sistema de seguimiento de portafolio que capture y describa los diferentes acuerdos de nivel de servicios disponibles al usuario final, sean estos provistos por la nube privada o la pública. Cada 'servicio' provisto, ya sea por la nube propia o 'privada' o por un tercero en la nube 'publica' debe ser descrito en términos claros y cuantificables. Dado que el numero de servicios puede llegar a ser alto, un repositorio con su definición y un catalogo que permita a las áreas de negocios entender y activar cada servicio debe ser mantenido centralmente.

 3.- Un tablero de control o cuadro de métricas de uso de servicios en nube privada y pública. El tablero de control debe permitir observar el uso de los servicios en tiempo real. También debe permitir relacionar los niveles de uso con niveles de gasto y presupuesto.

4.- Un proceso de control de calidad que describa cómo se están utilizando los niveles de servicio en términos de métricas de calidad y cumplimiento con estándares de seguridad y privacidad. El proceso debe definir los procedimientos de adquisición, uso, mantenimiento y calidad de los servicios en la nube. Debe incluir criterios y estándares claros de seguridad, comunicación, y gobierno. Y debe permitir ser mejorado de manera continua.

IDC estima que la adopción de los servicios en la nube en América Latina ganará tracción en los próximos años, llegando a un crecimiento compuesto del 67% en promedio entre el 2010 y el 2015. Los servicios en la nube afectarán, sin duda, el modelo de negocios que existe en la actualidad. A medida que las empresas se vayan moviendo hacia el uso de los servicios en la nube, estos  darán surgimiento a una ola de innovación y evolución de los modelos de negocios que permitirá, entre otras cosas, que las empresas medianas y pequeñas crezcan más rápidamente y las empresas más grandes  rediseñen el costo de su estructura de TI. Así mismo, la adopción de tecnologías será más sencilla, las aplicaciones se crearán y utilizarán más fácilmente, y dependerá del CIO transformar su rol para manejar una súper arquitectura, que pueda orquestar la TI a través de los dominios tradicionales y de próxima generación.

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