Pasar al contenido principal

ES / EN

A comer pescado: cambio necesario en la matriz alimenticia peruana
Vie, 05/04/2019 - 09:31

Max Schwarz

Los detalles del potencial dormido de la minería peruana
Max Schwarz

Max Schwarz es Doctor en Ingeniería Industrial, y Profesor Asociado a la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas de la Universidad de Lima (Perú).

El Perú cuenta con un abundante recurso biológico marino y una biomasa significativa, capaz de cubrir las necesidades proteicas de la población a lo largo de la costa peruana, cuya explotación está subdesarrollada en un mercado actualmente distorsionado por pésimos hábitos de consumo y una compleja relación de inequidades institucionales estructurales. A eso se suma una cuestionable regulación inexplicablemente restrictiva, que ha promovido la informalidad pesquera artesanal e industrial en los mercados. Esto no permite convertir la enorme ventaja comparativa que representa el mar peruano en una ventaja competitiva importante que pueda servir como palanca del desarrollo nacional.

Se calcula que el potencial perdido como impacto económico podría agregar a la producción un total de US$3.500 millones adicionales, incluyendo un valor ganado del 34%, con crecimiento de consumo interno capaz de vencer nuestros problemas de anemia y desnutrición, sobre la base de nuestros actuales recursos biológicos marinos disponibles. 

Increíblemente, a pesar de la enorme riqueza marina existente, en el Perú el consumo de carne es principalmente de pollo, que representa el 53% de nuestro consumo total de carne, con un promedio superior a los 48kg/persona-año, un valor significativamente más alto que el de otros tipos de carne como el pescado (12,8Kg/persona-año), el cerdo (6,5Kg/persona-año) o el vacuno (5,5Kg/persona-año).

No se necesita mucha investigación para determinar que el pescado es cuatro veces más nutritivo que el pollo, a un costo relativo 50% inferior al del ave tradicional, con grandes ventajas competitivas, puesto que el pescado no requiere de insumos extranjeros para su desarrollo; el pescado solo requiere ser gestionado con una tasa de extracción que pueda operar de manera sustentable para la conservación del recurso.

Recordemos que el pollo se alimenta de maíz principalmente importado, las vacunas para el pollo son importadas y el pollo que llega a las mesas de los comensales peruanos está lleno de suplementos artificiales que logran acelerar el crecimiento del ave hasta lograr los fines comerciales del mercado avícola nacional. Nada de esto pasa con el pescado. Sin embargo, la extracción del pescado en el Perú es principalmente (75%) para la producción de harina de pescado, en plantas industriales que la producen como un commodity exportable, mientras que la pesca de consumo humano se reduce a un 25%, entre productos frescos, congelados, enlatados y curados, de los cuales el 12% está destinado a un consumo local que no crece, porque la demanda no lo sustenta. Es que la cultura de comer pescado y derivados del mar simplemente no existe, no se ha desarrollado, no está articulada para ser masiva y no es parte de una política estatal para alimentarnos del abundante mar que tenemos en nuestras narices.

El consumo de pescado es una necesidad en el Perú que debe ser parte de una política pública nacional promotora, que permita lograr un cambio en la matriz de consumo del ciudadano común, transfiriendo capacidades para rentabilizar el consumo, enfocándose en la pesca de consumo humano directo, que genera tres veces más ingresos y cuatro veces más empleo que la concentración en el actual desarrollo de harina de pescado, logrando rentabilidades superiores, con un potencial adicional de mercado exportador que puede desarrollarse para el sector congelados.

El problema, sin embargo, requiere articular múltiples aspectos, como el cambio cultural en la alimentación de los potenciales futuros consumidores desde niños, con una intervención generacional de largo plazo enlazada con una adecuada política promotora que articule la cadena de suministro desde la investigación ictiológica y de preservación del recurso, hasta la puesta del producto final en la mesa del consumidor y en los estantes de los principales mercados mundiales, eliminando la intermediación innecesaria y promoviendo la generación de valor agregado para enriquecer la cadena hasta hacerla competitiva. Hay que generae una marca peruana que pueda ofrecer una solución alimenticia de consumo interno sustentable, y una inmejorable y competitiva oferta exportable adicional para el mundo.

Países
Autores