Una vez al año, la Federación de Industrias Alemanas organiza el "Día de la industria", en el que altos directivos se reúnen con los principales políticos. Esta vez, en un lugar de eventos de Berlín con un antiguo encanto industrial, pero sin aire acondicionado. Hacía calor y, sin embargo, los asientos en el gran salón estaban repletos. Poco antes de las 14 hrs., después de muchos oradores políticos anteriores, la líder del Partido Verde, Annalena Baerbock, entró en el escenario.

Quien esperaba que Baerbock comenzara de inmediato con el tema favorito de Los Verdes, la protección del clima, se equivocó. Habló de Europa, el mercado común, el poder económico, las relaciones con Estados Unidos y China, la inteligencia artificial y 5G. Su mensaje: por supuesto, las empresas tienen que ganar dinero. Aunque a la economía le siguió más tarde la ecología. Pero de una forma grata para los empresarios.

En lugar de riesgos, Los Verdes hablan de oportunidades, y, en lugar de costos, de expectativas de retorno de empresas dedicadas a la protección del clima y sostenibilidad. "Lo que proponemos, en el área de la competitividad, en el campo de la ecología en el centro de la economía, en el campo de la protección del clima como motor de la innovación, en el campo de la diversidad no es algo totalmente absurdo, si no que hemos trabajado en estos conceptos durante años", explica la portavoz económica del grupo parlamentario de los Verdes, Kerstin Andreae. "Hacemos cosas basadas en evidencias, muy orientadas a los hechos".

Un trabajo minucioso

Los Verdes han recorrido un largo camino. Se acabaron los días en los que reclamaban que el precio de la gasolina debía elevarse. "Tuvimos algunas ideas que no encajaban en el contexto de la política económica", dice la economista Andreae en entrevista con DW.

El partido aprendió con los años. Se recopilaron experiencias en investigación y se hicieron estudios. La relación entre Los Verdes y la economía actual es "fundamentalmente diferente" que en el pasado, dice Andreae.

Esto es claramente visible en Baden-Württemberg, donde Los Verdes han estado gobernando durante ocho años. "Al principio también se dijo que sería un desastre para  la economía, pero ocurrió lo contrario". Pero eso no significa que el partido ecológico sea ahora el candidato preferido por los empresarios para gobernar.

Puntos de encuentro y diferencias

En lo que respecta a la política, la Confederación de la Industria Alemana evita tomar partido. Trabaja con los elegidos para la Cancillería y los ministerios. Los Verdes pronto podrían estar allí. El clima y la protección ambiental cobrarían aún más importancia.

Por eso es importante para el empresariado escuchar y discutir con Los Verdes sobre asuntos políticos. Recientemente, el presidente del BDI, Dieter Kempf, y Baerbock dieron una entrevista a la revista Wirtschaftswoche. "Los intereses de la industria y el progreso ecológico no se oponen", afirmó Kempf. Las empresas alemanas son cotizadas en todo el mundo para solucionar problemas. Pero también reconoció que hay aspectos en que están muy distantes de Los Verdes.

Los Verdes piden a los europeos que lideren con el ejemplo, estableciendo estándares en protección del clima, seguridad laboral y sostenibilidad. El presidente de BDI, Kempf, consideró que eso era ingenuo. A su juicio, se debe buscar socios en todo el mundo y encontrar soluciones juntos.

Pero Los Verdes de hoy se han vuelto pragmáticos. La economía lo aprecia y espera que haya pautas políticas claras que den certeza a la planificación. No hay nada que los empresarios teman más que a la inseguridad. Sin embargo, juzgarán a Los Verdes por la forma en que implementen su agenda ambiental. Se puede exigir mucho desde la oposición. En el banco del gobierno, a menudo, muchas cosas se ven muy diferentes.