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El juego del Brexit
Jue, 18/04/2019 - 10:49

Farid Kahhat

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Farid Kahhat

Peruano, doctor en Relaciones Internacionales, Teoría Política y Política Comparada en la Universidad de Texas, Austin. Fue comentarista en temas internacionales de CNN en español, y actualmente es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP (Perú) y analista internacional.

Un ejemplo pionero de teoría de juegos aplicada al estudio de las relaciones internacionales fue el del juego a dos niveles. En el primer nivel, dos gobiernos negocian un acuerdo. Pero el acuerdo al que lleguan deberá ser ratificado por sus respectivos Parlamentos. Ello implica un segundo nivel de negociación entre cada uno de esos gobiernos y el Parlamento de su país.

Supongamos que conocemos las preferencias de todos los actores. De un lado, ambos gobiernos aceptarían las alternativas 1 o 2 como parte del contenido de un acuerdo. Supongamos ahora que, mientras el Parlamento del primer país solo ratificaría un acuerdo que contenga las alternativas 2 o 3, el Parlamento del segundo país solo ratificaría un acuerdo que contenga las alternativas 2 o 4. Con esa información podríamos deducir que la única alternativa en la cual se podrían poner de acuerdo todos los actores, con poder de veto sobre la decisión final, es la 2.

Algo similar ocurre con la negociación del Brexit. De un lado hay una negociación entre el gobierno británico y el Ejecutivo de la Unión Europea (UE). De otro lado, sin embargo, el acuerdo al que arribaron esas partes debía ser ratificado, respectivamente, por el Parlamento británico y por los 27 gobiernos que conforman la UE. Pero ese proceso ha llegado a un impasse, porque la alternativa en la que se pusieron de acuerdo el resto de las partes fue rechazada en tres ocasiones por el Parlamento británico.

Siguiendo el ejemplo, podría decirse que bastaría con saber cuáles son las alternativas que estaría dispuesto a ratificar el Parlamento británico y elegir una de ellas para resolver el impasse. El problema es que el Parlamento británico no solo ha rechazado por mayoría el acuerdo que arribaron su gobierno y la UE, sino que además ha rechazado todas las demás alternativas sometidas a votación. Es decir, no existe mayoría en favor de ninguna de las alternativas consideradas.

Aquí entra a tallar otro concepto afín a la teoría de juegos: el teorema de imposibilidad de Arrow. Una definición simplificada del mismo sería la siguiente: cuando un grupo (como el Parlamento británico), debe escoger entre tres o más alternativas, no existe sistema de votación que cumpla con requisitos mínimos de justicia y  que permita ordenar siempre las preferencias consistentes de los individuos (los parlamentarios), en un conjunto de preferencias consistentes para el grupo.

El impasse actual sería, en buena medida, consecuencia de los sistemas de votación aplicados. En el referéndum, por ejemplo, se presentó a los votantes una disyuntiva clara: permanecer dentro de la UE o abandonarla. Pero era una disyuntiva engañosa porque, mientras solo había una forma de permanecer en la UE, habían cuando menos cuatro formas de abandonarla (permanecer en el mercado común, permanecer en la unión aduanera, suscribir un tratado de libre comercio o salir sin un acuerdo). A su vez, en el Parlamento se suele votar cada alternativa por separado, sin que ninguna de ellas obtenga la mayoría requerida para su aprobación.

Habría que cambiar el sistema de votación (sea que vote la ciudadanía o lo hagan los parlamentarios), de modo tal que quienes voten se vean precisados a elegir su segunda o incluso su tercera opción cuando la alternativa que prefieren haya sido descartada o no tenga posibilidades de ser aprobada.

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