Pasar al contenido principal

ES / EN

El miedo del Kremlin al pueblo ruso
Mar, 30/07/2019 - 09:49

Miodrag Soric

Reanudación de relaciones diplomáticas Cuba-EE.UU.: buen comienzo, pero tardío
Miodrag Soric

Miodrag Soric es Editor Jefe en Deutsche Welle Radio.

Lo que fortalece son las victorias. La oposición fue la vencedora moral en el conflicto en Moscú con el poder estatal. ¿O quién defiende a un policía que golpea con una porra a una chica tendida en el suelo simplemente porque exige elecciones justas? ¿Quién aplaude a los hombres del servicio secreto que se llevan a jóvenes ensangrentados porque hacen uso de su derecho a manifestarse? ¿Quién se pone del lado de los policías enmascarados que con pastores alemanes amenazan a los manifestantes? La simpatía recae en los manifestantes, y es siempre así. Las imágenes de los golpes implacables por parte de los matones del Kremlin crean repulsión. Estos dejan claro que en Rusia el poder prevalece ante el derecho. En una democracia es al revés.

Millones de personas han visto las imágenes en que se golpea a los manifestantes. La gente ha mostrado su indignación al respecto en Rusia y en todo el mundo. Las empresas occidentales, como Siemens, Wintershall o Daimler, que continúan invirtiendo en allí, deberían verlas también. Las que ahora sigan apoyando al régimen, tendrán que justificarse en Occidente.

Unas elecciones irrelevantes

¿Cómo se ha llegado hasta tal punto en Rusia? Se trata de las elecciones locales al Parlamento de la ciudad de Moscú el 8 de septiembre. Es sorprendente, porque dicho organismo tiene poco poder de decisión. Debido a su insignificancia, nadie se había interesado por estas elecciones locales, ni siquiera los votantes. Sin embargo, esta, vez docenas de figuras de la oposición quisieron presentar su candidatura, hecho que impidió el Kremlin con motivos poco convincentes. De ahí, las protestas. La cuestión es: si el Gobierno reacciona con tanta brutalidad por una votación sin importancia ¿qué sucederá entonces cuando se planteen las verdaderas cuestiones de poder, como la elección a la Duma estatal o las elecciones presidenciales?

La élite de poder, que cogobierna con el presidente Putin, teme cada vez más a su pueblo, y no le faltan razones para ello. El aparato estatal es corrupto. Es el responsable de que el nivel de vida de los rusos haya disminuido durante años, la economía se está estancando, la infraestructura fuera de las grandes ciudades está decayendo y los jóvenes cultos están abandonando el país. Desde la llamada reforma de las pensiones, millones de personas mayores se sienten engañadas por el Estado. Desde hace años, el presidente Putin promete mejoras a sus compatriotas. Pero ya casi nadie lo cree. Los votantes amenazan con dar la espalda al Gobierno. Esta es la razón por la que los políticos de la oposición no pueden presentarse a las elecciones. Esta es también la razón por la que se controla la prensa y se persigue a los periodistas independientes. El Kremlin teme a las protestas como el diablo al agua bendita; una reacción típica de poder en un Estado arbitrario.

El fin del miedo

Dicha élite de poder actual aún se mantiene a flote, pero tiene miedo a perder sus prebendas. Sin embargo, los políticos de la oposición desafían a la élite, porque han perdido cualquier temor incluso sacrificando sus carreras, siendo encarcelados y criminalizados, aceptando persecuciones y arriesgando sus vidas y las de sus compañeros de batalla. Estos ganan autoridad, especialmente cuando el Estado usa la violencia contra ellos, como sucedió el sábado pasado (27.7.2019).

Países
Autores