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El nuevo mercado farmacéutico mexicano
Jue, 25/08/2016 - 08:07

Iván Franco

México: mercados de consumo antes y después de la crisis
Iván Franco

Economista del ITAM (México), con estudios de Econometría en la misma institución. Es consultor de negocios para diversas organizaciones en America Latina. @IvanFranco555

La industria de medicamentos alopáticos de México se ha transformado en los años recientes. Con la modificación del marco regulador que permitió la producción de medicamentos genéricos, el mercado pasó de los monopolios de patentes a un mercado concurrido y competido. 

Antes de 1998 sólo había medicamentos protegidos por patentes con precios de monopolio. Estos medicamentos eran distribuidos casi en su totalidad por un cuarteto de mayoristas que también se benefician con parte de las rentas monopólicas. 

Actualmente, la lucha por el mercado se da en el segmento de genéricos que representan más del 85% del valor total de medicamentos del país. Por esta razón, los grandes laboratorios y sus incondicionales distribuidores han tenido que modificar sus expectativas y negocios ante dos nuevos jugadores que emergen poderosos: los laboratorios de genéricos y las cadenas de farmacias.

Mercado actual. Hoy en día, los medicamentos de patente se siguen vendiendo a precios de monopolio, pero la competencia de los genéricos ya es abrumadora. En este sentido, el negocio de los grandes distribuidores no está en los genéricos porque proveen muy poco margen de ganancia. La distribución de genéricos usa otro tipo de redes, destacando la distribución directa. El poderío absoluto que solían tener los distribuidores como Marzam, Nadro y Fármacos Nacionales ya no existe porque los medicamentos de patente disminuyeron sensiblemente su penetración. Como ejemplo, está la inminente desaparición del cuarto distribuidor, Casa Saba.

De acuerdo con el de registro de medicamentos de la autoridad sanitaria COFEPRIS, en México existen casi 6 mil permisos otorgados para producir casi 2 mil tipos de medicamentos, en su mayoría genéricos. Un total de 274 laboratorios farmacéuticos se reparten el mercado de medicamentos, tanto de prescripción como de libre venta. Aunque sólo 38 laboratorios producen la mitad de los medicamentos del país, no hay indicios de concentración. El mercado está completamente desregulado y cualquier empresa que cumpla con los requisitos sanitarios puede producir un medicamento. La pregunta relevante es, ¿cómo pueden coexistir 274 laboratorios? 

Sobreoferta y discriminación de precios. En cualquier mercado de consumo es anormal que operen más de 10 empresas fuertes en una sola categoría. El caso de medicamentos es extraordinario y requiere un análisis especial. 

De acuerdo con COFEPRIS un medicamento genérico cuenta con múltiples laboratorios productores. Por ejemplo, el analgésico de última generación conocido como ketorolaco tiene 67 permisos donde prácticamente igual número de laboratorios lo manufacturan. Loratadina, un remedio básico para las alergias en México cuenta con 64 permisos. Sildenafil, mejor conocido como Viagra en su marca patentada, cuenta con al menos 30 jugadores peleándose el mercado. Y así sucesivamente. 

Las razones que explican la abundancia de laboratorios son:

1. Los precios de los medicamentos no están regulados como en otros países. Aunque todos los medicamentos en México contienen la leyenda de “precio máximo al público”, dicho precio máximo se ubica muy por arriba del precio real del medicamento. Esto incentiva ofertar un sinfín de medicamentos por debajo del supuesto precio máximo. 

2. Los laboratorios no compiten con sus precios, sino con sus marcas. En México la competencia opera bajo una dinámica de segmentación, donde cada laboratorio captura un nicho de consumidores usando un nivel de precio distinto. Un medicamento igual tanto en forma farmacéutica como en presentación, digamos Loratadina, tiene precios que van desde 13 pesos hasta 122 pesos. Una diferencia de casi 9 veces para dos versiones que son bioequivalentes (iguales) ante la autoridad sanitaria. Este comportamiento es consistente en toda la lista de medicamentos de COFEPRIS.

De acuerdo con decenas de expertos que consultamos, –tanto médicos como farmacéuticos– existen diferencias en la calidad de los medicamentos. Por esta razón los precios varían tanto. Sin embargo, es poco creíble que sólo la calidad determine las amplias brechas de los precios. Constatamos que los laboratorios utilizan su marca y reputación para marcar precios dependiendo de la percepción –buena o mala– que tiene el consumidor o el médico que prescribe el medicamento. Según el consenso de la industria, no es lo mismo un medicamento producido por Pfizer que uno producido por un laboratorio emergente de bajo precio.

Los otros líderes. Al año 2016, en México hay cerca de 55 mil farmacias tanto de cadena como independientes. Se estima que al menos unas 13 mil farmacias cuentan con un consultorio anexo y un médico. Las consultas médicas que dan las farmacias son gratuitas o bien, tienen un costo muy bajo. La supremacía del mercado comienza con las cadenas que tienen a su propio médico prescriptor. Farmacias Similares y Farmacias del Ahorro tienen este modelo de negocio y son los dos líderes en el mercado nacional.

Otra forma de liderar al mercado de medicamentos es por medio de la marca. Walmart, Comercial Mexicana, Soriana, Farmacias del Ahorro y otras cadenas más, cuentan con una línea de medicamentos genéricos de marca propia. En algunos casos, como Farmacias del Ahorro y Walmart, la cadena no vende otros medicamentos genéricos que no sean los de su marca. 

Farmacias Similares, es la cadena líder en número de sucursales –no así en facturación– con aproximadamente 5,120 farmacias. Le siguen Walmart, Farmacias GI y Farmacias del Ahorro. Las nueve cadenas líderes facturan cerca de un 60% de la venta de medicamentos del país en 2015. El resto se lo reparten el resto de farmacias independientes, minicadenas de farmacias y otros canales.

Las cadenas tienen suficiente poder negociador para establecer precios por abajo del promedio de mercado, como el caso de Walmart, que es la cadena de farmacias con los precios más castigados, pero también los más bajos de México.

Aspectos positivos. Sin lugar a dudas, la llegada de los genéricos es la mejor noticia que pudo haber recibido la industria y los consumidores en México. Guste o no, la empresa Farmacias Similares fue el eje disruptivo del gran cambio. A partir de ahí, COFEPRIS aprobó miles de sustancias. Hecho que redujo los precios de los medicamentos en México. 

La crítica al sistema mexicano es que las personas pagan de su bolsillo la mayoría de sus gastos de salud, incluyendo los medicamentos. Esto es contrario a lo que ocurre en otros países, donde las aseguradoras y otras entidades pagan al menos parte del costo. Además, en algunos países europeos, Chile y Estados Unidos, los precios de los medicamentos están limitados. 

Por estas razones, es importante vigilar las amplias brechas de precios de medicamentos genéricos en México. Si la calidad difiere es necesario aumentar los estándares para otorgar permisos. Por otro lado, establecer precios tope reales para no generar sobreoferta de medicamentos y evitar el incentivo a producir medicamentos de baja calidad. Finalmente, observar que los nuevos líderes operen en condiciones que favorezcan el uso responsable de medicamentos a la población y que se juegue en un ambiente de verdadera competencia.

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