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El reto de México sigue siendo la impunidad
Mar, 28/03/2017 - 09:06

Armando Román Zozaya

Seguridad en México: resultados “en un año”
Armando Román Zozaya

Armando Román Zozaya es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el CIDE, México; Maestro en Estudios de Desarrollo por la Universidad de Oxford (Reino Unido), y Doctor en Integración Económica y Monetaria de Europa por el Instituto Ortega y Gasset-Universidad Complutense de Madrid (España). Ha sido profesor en la Universidad de Oxford (Mansfield College), en la Universidad Metropolitana de Londres y en el University of Stanford Centre in Oxford. Es editorialista del periódico Excélsior (México).

A comienzos del presente mes, 11 cadáveres aparecieron en Boca del Río, Veracruz. Hace un par de días, en Ecatepec, Estado de México, una persona que conducía un auto Audi fue baleada. Anteayer, en la colonia Del Valle, Ciudad de México, un joven fue asesinado durante un asalto.

Este tipo de historias y tragedias no tiene nada de novedoso: por muchos años ya, los mexicanos hemos estado inmersos en un ambiente de violencia. De hecho, nos hemos habituado a vivir entre secuestros, asesinatos, extorsiones, violaciones, balaceras, “cristalazos”, robos a casa habitación, etcétera.

Pero una cosa es que la violencia sea lo normal y otra que esto sea aceptable. ¿Qué se requiere para construir un país en el que en cualquier momento, a cualquier hora, en cualquier lugar, la violencia no sea la norma sino la excepción?

Más allá de si estamos hablando de delincuencia organizada o del ratero de la esquina, el problema parece ser la impunidad: en el país se cometen millones de delitos al año pero un altísimo porcentaje de ellos ni siquiera es denunciado. De esta forma, los incentivos para delinquir, ser “gandaya”, andar de pandillero, etcétera, son altísimos. Si la impunidad es fundamental para entender lo que ocurre, la pregunta crucial sería, entonces, ésta: ¿qué explica la impunidad?

Seguramente son muchas las variables que dan cuenta de la impunidad. Entre todas ellas hay algunas que, me parece, son evidentes: autoridades corruptas y/o incapaces; ciudadanos que le “sacan provecho” a la impunidad (pasarse los altos, jamás pagar las cuotas de mantenimiento del condominio, hacer un dineral extorsionando, secuestrando o traficando drogas, etcétera); altos costos para acceder a la justicia (tiempo, esfuerzo, dinero, paciencia) y ausencia de rendición de cuentas de parte de quienes, se supone, gobiernan.

Tal vez mi diagnóstico no sea atinado o sea muy limitado. Pero hay algo que es innegable: la solución a la impunidad pasa, necesariamente, por las autoridades: mientras el gobierno (en todos sus niveles) no haga valer la ley en serio, será imposible abatir la impunidad. No quiero decir que esto sea todo lo que se requiere, pero, es esencial.

¿Qué nos dicen al respecto quienes nos quieren gobernar a partir de 2018? López Obrador sostiene que, con él, no habrá corrupción (esto ayudaría mucho a eliminar la impunidad). Pero resulta que siempre ha estado rodeado de corruptos. Resulta asimismo que, cuando fue jefe de Gobierno del entonces DF, la corrupción no desapareció y la inseguridad en la ciudad (producto de la impunidad) alcanzó niveles escalofriantes.

Por su parte, Margarita Zavala, posible candidata del PAN, no ha presentado una estrategia de combate a la impunidad. Asimismo, parece que ni siquiera comprende lo elemental sobre el tema. Por ejemplo, en una reciente entrevista con el periodista Jorge Ramos, no sólo “cantinfleó” sino que evidenció que, según ella, la inseguridad (asociada a la impunidad) se reduce a un problema de comunicación (¿?).

Sea quien sea el o la candidata del PRI, de ese partido no podemos esperar sino lo de siempre: corrupción y, sí, más impunidad. Esto es porque el o la candidata será parte, lo quiera o no, de los “arreglos” que el PRI ha establecido este sexenio. Por ejemplo, ¿un futuro presidente del PRI investigaría en serio si es verdad que el prófugo Javier Duarte financió la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto con recursos del erario veracruzano?

La impunidad nos está acabando. Los que quieren ser Presidente no ofrecen soluciones reales. Se nos vienen, al parecer, años de más de lo mismo. ¿Aguantará el país esto?

*Esta columna fue publicada originalmente en Excélsior.com.mx.

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