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Friedrich Hayek, la aplicación Waze y el tráfico en las ciudades
Mar, 04/02/2014 - 11:30

Alfredo Bullard

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Alfredo Bullard

Alfredo Bullard es un reconocido arbitrador latinoamericano y autor de "Derecho y economía: El análisis económico de las instituciones legales". Es socio del estudio Bullard Falla y Ezcurra Abogados.

Cuando me quejaba del insufrible tráfico limeño, unos amigos me preguntaron si usaba Waze.

Se trata de una aplicación gratuita que puede ser descargada en tu smartphone. A primera vista parece un simple navegador que, con un mapa y un GPS, te permite llegar de un lado a otro de la ciudad en un corto tiempo. Sin embargo, en realidad funciona de una manera diferente.

Conectado a Waze, tu teléfono le informa al sistema qué calles estás recorriendo incluyendo, además, la velocidad a la que te mueves. Por otro lado, te permite informar a otros dónde hay calles en mal estado, cierres por obras, accidentes de tránsito, presencia de policías, embotellamientos de tráfico, etc.

El sistema identifica, entonces, qué calles están más congestionadas. Cada uno de los miles de usuarios de Waze genera, espontáneamente, información que es procesada para sugerirte la mejor ruta.

Los resultados son sorprendentes. He conseguido reducir mi tiempo de viaje (y con ello mi estrés) en 20% o 25%. Te sugiere rutas que a primera vista parecen absurdas, pero que, para tu sorpresa, reducen tu tiempo de viaje, sea mandándote por calles laterales o simplemente enviándote a avenidas que esperarías, por la hora, encontrar congestionadas, pero que no lo están en realidad. Entonces ahorras tiempo, gasolina y buen humor.

Conforme se generalice más el número de usuarios, se reducirá el tráfico en el agregado.

Al sugerir a los usuarios dirigirse a vías menos congestionadas, descongestiona las más congestionadas y permite un uso más racional del espacio público en las calles.

Waze genera orden o, al menos, reduce el caos. Posiblemente su uso tenga un impacto mucho mayor en ordenar el tráfico que los esfuerzos que usan planificación, instalación de semáforos inteligentes (que suelen parecer semáforos brutos) y operaciones policiales. Es probable que en unos años Waze o un sistema parecido venga ya instalado en todos los automóviles.

Este orden no es planificado ni diseñado. No hay una autoridad estatal dando órdenes a nadie de cómo circular y qué calles tomar. El tráfico se ordena a través de reacciones espontáneas de los automovilistas que generan información a otros automovilistas.

Lo sorprendente es que Waze no es el primero en su género. Ya otros mecanismos similares han surgido antes con singular eficacia, coordinando conducta sin planificación: el sistema de precios en el mercado por medio de reglas institucionales genera abundante información que coordina cuánto producir y cómo consumir.

El lenguaje, ciertas regulaciones jurídicas (hacer cola por ejemplo) o ciertas formas de organización social (o incluso de gobierno) se originan por interacciones similares.

El propio internet es un sistema con un origen similar. Wikipedia reúne enormes volúmenes de información sobre la base de la coordinación espontánea de aportes individuales. TripAdvisor genera información sobre viajes, restaurantes, hoteles y transporte sobre la base de los comentarios e interacciones de los usuarios, lo cual permite escoger mejores opciones con más precisión y comodidad que usando una agencia de viajes o una guía de turismo convencionales.

Waze es un ejemplo de lo que Friedrich Hayek llamaba órdenes espontáneos. No son consecuencia del diseño consciente planificado, sino de la suma de miles o millones de decisiones individuales. Son consecuencia de la acción humana aunque no son fruto de un diseño central. Son resultado del conjunto de procesos de ensayo y error que se coordinan sin necesidad de una autoridad central que organice las cosas.

La intervención del Estado crea muchas veces obstáculos para que la acción humana espontánea cree órdenes que, en procesos evolutivos inconscientes, generen instituciones que funcionan mejor que las construidas de manera consciente.

No tengo ninguna duda de que, el día en que se estatice un sistema como Waze, el resultado será mayor congestión en el tráfico.

*Esta columna fue publicada originalmente en el centro de estudios públicos ElCato.org.

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