Esta es una fecha especial para IBM. Celebramos 100 años de vida y lo hacemos en uno de los mejores momentos de la compañía.
En 1911, fue fundada bajo el nombre de Computing Tabulating and Recording Company, la que posteriormente como muestra de sus ambiciones globales, fue renombrada como International Business Machines. Hoy, tras un siglo de vida, sigue vigente como empresa líder: recientemente se ubicó como la tercera marca más valiosa del mundo, según el ránking de BrandZ y posee el récord de registro de patentes en los Estados Unidos por décimo octavo año consecutivo.
En 1962, el presidente de IBM, Thomas Watson Jr., participó en una charla para futuros líderes en la Universidad de Columbia. En esa oportunidad, planteó que de las 25 compañías líderes de Estados Unidos de 1900, sólo dos quedaban en la lista de 1961. Ahora, de las 25 compañías líderes de 1961, son contadas las que siguen dentro de esa lista. IBM es una de ellas.
Pero pocas personas saben que en sus inicios IBM era una pequeña empresa que fabricaba balanzas, relojes de control y máquinas cortadoras de fiambre. Hoy es una compañía globalmente integrada, con más de 400.000 empleados, que evolucionó hacia la industria de las tecnologías de información.
Sin duda durante estos 100 años hemos aprendido lecciones. Vivimos momentos buenos y momentos malos, pero lo que más nos enorgullece es el sentimiento de haber aportado al progreso. Algo tan cotidiano como ir de compras a un supermercado está infundido en innovaciones de IBM: el punto de venta, el código de barras, la cinta magnética de las tarjetas de crédito/débito o el disco duro en el cual se procesa la transacción.
Esto es porque IBM ha sido reconocida por su capacidad de innovar. Desde la primera patente obtenida para tarjetas perforadas, hasta las actuales en analítica, los inventores de IBM siempre fueron pioneros en extender los límites tecnológicos para crear una solución a una necesidad de las personas. Eso se ha traducido en cinco premios Nobel que han salido de nuestras filas.
De su esfuerzo emergieron las memorias, los computadores personales, disquetes, discos duros, los fractales, el mainframe; participamos en la creación del Sistema del Seguro Social de EE.UU., aportamos con nuestro conocimiento en la llegada del hombre en la luna, fuimos claves en el desarrollo de la banca personal y creamos el primer sistema en línea para reservas aéreas (SABRE), el cual aún sigue en uso. Todas estas contribuciones ilustran cómo la empresa ha aportado al mundo moderno y a la vez son una muestra de cómo evolucionamos.
Porque si hay algo que hemos aprendido en estos 100 años es a transformarnos. Gracias a esa lección hemos podido sobrevivir turbulencias económicas, cambios en el mundo político, social y en la industria de la tecnología.
Esta capacidad de reinvención ha sido el combustible que nos permite celebrar este aniversario en una posición de liderazgo. Sin ella, quizás nos habríamos estancado en algún producto que nos resultase cómodo, o quizás habríamos desaparecido. Es por ello que seguimos adelante y hoy tenemos una nueva visión: la de un mundo más inteligente, donde estamos pensando -por ejemplo- en cómo será la medicina en los próximos años cuando logremos crear medicamentos personalizados según el genoma de las personas, o el sistema Watson (que derrotó a los campeones de Jeopardy!) comience a ayudar a los doctores para establecer sus diagnósticos.
También tenemos una visión de cómo la tecnología debe ayudar a la urbanización sin precedentes que está viviendo el planeta, para que podamos construir sistemas urbanos más inteligentes, capaces de generar ciudades más seguras, eficientes y amigables con el medio ambiente para sus habitantes.
Cambios de tecnología, cambios de paradigmas, cambios en el mundo.
Pero en IBM tenemos una constante que se ha mantenido a lo largo de los años. El compromiso de generaciones de empleados IBM que a través de su talento han buscado el progreso. Progreso que impulsa la transformación del mundo, y la de IBM.
