Es una realidad que se hicieron cosas positivas en el transcurso de este sexenio; sin embargo, los pendientes aún son muchos.

He aquí un ejemplo de los puntos a favor, y en este caso en infraestructura. El gobierno federal, en sus últimos días al mando de Felipe Calderón, puso en marcha el nuevo libramiento de Culiacán, que tiene una extensión de 22 kilómetros y significó una inversión de mil 570 millones de pesos.

No obstante, está por inaugurar la carretera México-Tuxpan, la cual reducirá a tres horas el tiempo entre el Golfo de México y el Distrito Federal, y eso significará el incremento de intercambio de mercancías que podrán salir o entrar por el golfo.

El libramiento forma parte del paquete carretero Pacífico Norte, que es integrado por el Libramiento de Mazatlán, con sus ramales de liga, con una extensión total de 59 kilómetros, así como la modernización de una autopista Mazatlán-Culiacán de 181,5 kilómetros, actualmente en operación.

Cabe comentar que el tamaño del paquete inicialmente incorporaba más obras; sin embargo, se redujo para hacerlo más asequible a los participantes, dada la situación que presentó el mercado financiero; por lo que uno de los retos más importantes fue la obtención de fuentes de financiamiento para asegurar su realización.

En este sentido, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), que dirige Alonso García Tamés, y el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), que encabeza Rubem Hofliger Topete, pusieron a disposición de todos los participantes un financiamiento engrapado preferente por tres mil 700 millones de pesos y un crédito subordinado por mil 850 millones de pesos, respectivamente.

En cuanto a la carretera de México-Tuxpan, de 85 kilómetros de montaña, logrará darle un nuevo respiro al Golfo de México a través del puerto de Manzanillo, que crece exponencialmente año con año a ritmos de 20%.

Dicha infraestructura, que encabeza ICA al mando de Alonso Quintana, cuya inversión equivale a mil 475 millones de pesos para la construcción del tramo Ávila Camacho-Tihuatlán de la carretera México-Tuxpan, en los estados de Puebla y Veracruz, reducirá el trayecto de la capital del país al Golfo de México de seis a 2,5 horas.

No obstante, el complejo en su totalidad representa una inversión de ocho mil 267 millones de pesos y la generación de mil 500 empleos directos.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx