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La disyuntiva latinoamericana
Mar, 29/05/2018 - 09:53

Pascal Beltrán del Río

Elección 2012: el qué y el cómo
Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río Martin es periodista mexicano, ha ganado dos veces el Premio Nacional de Periodismo de México en la categoría de entrevista, en las ediciones 2003 y 2007. En 1986 ingresó en la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se licenció en Periodismo y Comunicación Colectiva. De 1988 a 2003 trabajó en la revista Proceso; durante este tiempo publicó el libro Michoacán, ni un paso atrás (1993) y fue corresponsal en la ciudad de Washington, D.C. (1994-99), además de Subdirector de Información (2001-2003). Fue dos veces enviado especial en Asia Central y Medio Oriente, donde cubrió las repercusiones de los atentados terroristas de septiembre de 2001 y la invasión de Irak.

Salvo en Venezuela, donde el régimen se ha atrincherado en el absolutismo y no permitió siquiera un asomo de oposición real en las votaciones del pasado 20 de mayo, los países más poblados de América Latina están decidiendo en las urnas qué hacer con el modelo económico vigente.

En diciembre pasado lo hizo Chile, que optó por darle otra oportunidad de gobernar el país al empresario Sebastián Piñera y se negó al cambio de modelo que representaba el sociólogo Alejandro Guillier, candidato de la izquierda.

En abril tocó a Paraguay, que eligió al también empresario Mario Abdo Benítez, candidato del oficialismo, por encima del abogado y aspirante opositor Efraín Alegre, quien había cerrado su campaña diciendo que sus conciudadanos debían decidir entre “la mafia y la patria” y prometiendo que él no sería “el presidente de los ricos”. 

En lo que queda del año tocará el turno a Colombia, México y Brasil someter el modelo económico a la prueba de las urnas.

En vísperas de la primera vuelta de los comicios presidenciales, que se celebró el domingo, los colombianos habían recibido la noticia de que su país había sido admitido en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos como el miembro número 37 y apenas el tercero de América Latina, junto con México y Chile.

La noticia significa un reconocimiento a la persistencia de Colombia en una ruta económica radicalmente distinta a la de sus vecinos Venezuela y Ecuador, que han abrazado el llamado “socialismo del siglo XXI”.

Por voluntad del electorado, dicha ruta, apegada al liberalismo económico –y uno de cuyos resultados ha sido duplicar el ingreso per cápita de los colombianos en un lapso de 20 años–, se pondrá en juego en la segunda vuelta, el próximo 17 de junio.

Ese día se enfrentarán en las urnas las opciones representadas por Iván Duque, candidato del partido Centro Democrático, y Gustavo Petro, de Colombia Humana. Se trata de dos opciones electorales que, como sucedió antes en Chile y Paraguay, representan visiones encontradas del desarrollo nacional.

Duque obtuvo el primer lugar, con 39% de la votación, en la primera vuelta del domingo, mientras que Petro sorprendió con 25%, un porcentaje inaudito para una opción de izquierda como la suya.

En tres semanas volverán a encontrarse en las urnas para definir si Colombia prosigue por un sendero económico abierto al mundo o cambia por uno que propone medidas endógenas para hacer frente a las desigualdades sociales.  

Por supuesto, hay otros temas que dividen a la sociedad colombiana que estarán en juego el 17 de junio –como el proceso de paz, que Petro apoya y Duque desea modificar–, pero las distintas visiones del desarrollo que defienden uno y otro candidato destacan por encima de cualquier otro.

Las trayectorias de Duque y Petro ayudan también a percibir las diferencias.

Abogado, de 41 años de edad, Iván Duque estudió dos posgrados en Washington, DC, uno en derecho económico en la American University y otro en gestión de políticas públicas en Georgetown. Trabajó en el Banco Interamericano de Desarrollo y mientras ahí se desempeñaba, conoció al presidente Álvaro Uribe, quien ha impulsado su carrera política. La cercanía entre ambos ha llevado a los críticos a señalar a Duque como “títere” de Uribe. En 2013 dejó el BID para ser candidato al Senado.

Su campaña electoral ha girado sobre tres ejes: legalidad, emprendimiento y equidad. Ha prometido que recuperará la seguridad del país combatiendo la corrupción y la criminalidad.

En el plano económico, Duque se ha comprometido con la reactivación económica mediante la reducción de impuestos y la elevación de los salarios de los trabajadores.

Por su parte, Gustavo Petro, el candidato de la izquierda, tiene 58 años de edad. A los 17 años ingresó en la guerrilla del M-19, lo cual lo llevó a estar preso dos años. Con el acuerdo de paz firmado en 1990, entró en la escena política, donde ha ocupado varios cargos, como diputado y senador.

Participó en las elecciones presidenciales de 2010, cuando terminó en cuarto lugar. Luego, fue alcalde de Bogotá, entre 2012 y 2015.

Sus críticos lo acusan de hablar de una política de “amor” mientras fomenta, según ellos, la tensión entre clases sociales y se muestra permisivo con quienes se brincan la ley. También le achacan su incapacidad de resolver el caos en el transporte público de la capital cuando fue alcalde.

Son las dos opciones en la boleta. Si usted encuentra similitudes con las disyuntivas electorales que han enfrentado en meses recientes Chile, Paraguay, Brasil y México, usted no está solo.

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