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Las enseñanzas de Mowat y el poder de la palabra
Vie, 23/05/2014 - 13:24

Esther Clark

¿Qué tienen en común la pesca y los negocios?
Esther Clark

Esther Clark es consultora internacional con experiencia en temas de estrategia y corporate governance. Su empresa, Hipona Consulting, trabaja con clientes en América Latina, EE.UU., Canada y la UE.

Hace dos semanas murió el canadiense Farley Mowat. Mowat era un escritor excéntrico, pionero de un nuevo género de literatura (no ficción creativa) y muy prolífico: 45 libros, 60 países, y alrededor de 15 millones de copias vendidas.

Algunos le conocen como el autor del famoso libro “Los Lobos También Lloran/Never Cry Wolf” (1963) que inspiró la película “Los lobos no lloran” de 1983. Tenía un ojo crítico y poco convencional en cuanto la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Se puede decir que Mowat es uno de los intelectuales que creó en Canadá el movimiento ecologista. Un movimiento que ahora, más que nunca, comparte ideas y metas con muchas naciones a través de acuerdos, alianzas y protocolos.

En los años 60 escribió: “hemos condenado al lobo no por lo que es, sino por lo que deliberadamente y erróneamente percibimos que es: una personificación mitológica de un asesino salvaje y despiadado -cuando en realidad esto es nada más que una imagen reflejada de nosotros. Hemos hecho al lobo el chivo expiatorio de nuestros pecados”.

Como sociedad -sea en Canadá, Europa, América Latina-,  y dentro de las organizaciones, buscamos el chivo expiatorio. Buscamos la persona o el porqué de algo que no funciona o el porqué tenemos reservas de no lanzar un proyecto, inventar una mejor manera de hacer las cosas o implementar una nueva innovación. Mowat tenía razón cuando decía que condenamos el lobo no por lo que es, sino por lo que percibimos y queremos que sea.

Mowat, como persona y legado, no está libre de controversia y de crítica. Sin embargo, creo que como innovador vale la pena pensar lo que nos dejó después de sus 92 años de vida. Mowat nos enseñó el poder de la palabra y de cómo una buena historia puede generar cambio, empatía y entendimiento. Hoy día muchas organizaciones se están dando cuenta del poder del “storytelling” (contar historias) a través de palabras, imágenes y medios de comunicación. Algunas lo hacen de manera muy efectiva: construyendo una comunidad compuesta por personas, fiel a su marca y la razón de ser de la empresa.

Mowat nos hizo ver que la “no ficción” puede ser creativa y no tiene que ser solo un compendio de hechos, números y fechas. América Latina tiene muchos periodistas con el don de escribir con creatividad y con hechos; son fieles a la realidad con una voz  encantadora y personal. Además de contar historias sobre la naturaleza, Mowat también escribió sobre la Segunda Guerra Mundial y cuentos de humor como “The Boat Who Didn’t Float” y “The Dog Who Wouldn’t Be.” Mowat no era una persona unidimensional, sino una que buscó entendimiento entre seres humanos, y entre los humanos y el mundo animal, a través de las historias.

En los años 70, Mowat invitó a mis padres a cenar con él mientras que ellos estaban viajando en barco por la costa este de Norte América. Según mis padres, Mowat tenía una gran esperanza en las futuras generaciones; yo espero que su legado -en literatura y en la protección de la naturaleza- viva a través de nuestras propias historias. ¡Que el llanto de los lobos no se quede en el olvido!

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