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Lo que dejó el acuerdo Argentina-FMI a los inversores
Mar, 12/06/2018 - 14:07

Diego Martínez Burzaco

¿Fin del amor con la Argentina en Wall Street?
Diego Martínez Burzaco

Diego Martínez Burzaco es Jefe de Estrategia / MB Inversiones.

El jueves último por la noche, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del BCRA (Banco Central de la República Argentina), Federico Sturzenegger, anunciaron en conferencia de prensa un mega-acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un monto de US$50.000 millones. Dicho anuncio puede resultar algo viejo, ya que mucha información sobrevino luego del mismo.

No es mi intención analizar los puntos macroeconómicos de ese entendimiento, sino estudiar el impacto del acuerdo en dos variables clave que afectan al manejo del portafolio y las inversiones de cada uno de nosotros: el dólar y las Lebac (Letras del BCRA).

En los dos días hábiles posteriores al acuerdo con el organismo multilateral, el dólar a nivel mayorista pasó en la Argentina de los 24,85 a los 26 pesos. Esto implica una suba del 4,62%. Considerando la fuerte relación positiva entre el dólar y la inflación en nuestro país, este movimiento es realmente importante.

¿Por qué se disparó el dólar?

Básicamente porque el Banco Central se “retiró de la cancha”. Es decir, dejó de poner su oferta de 5.000 millones de dólares a la venta para dar lugar a una flotación libre del dólar estadounidense. Es un arma de doble filo: por un lado, sabemos de la necesidad de un dólar más elevado para poder comenzar a solucionar ciertos desequilibrios macroeconómicos del país, como el déficit de cuenta corriente; pero hacer el ajuste sin tener ciertos parámetros o valores objetivos puede llegar a ser contraproducente para la Argentina en el corto plazo.

En primer lugar, porque el argentino se pone muy nervioso cuando el dólar sube 2% o 3% diariamente. Segundo, por el impacto inflacionario que esto puede traer. Y tercero, porque paraliza cualquier plan de consumo o inversión, como consecuencia de la gran presencia que tiene la divisa estadounidense en la mente de todos los agentes económicos.

Si bien el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, indicó que “no necesariamente la autoridad monetaria no intervendrá de aquí en adelante”, lo que realmente hay es una incertidumbre grande sobre cuál es el valor de equilibrio que consideran los hacedores de política monetaria.

Por otro lado, sabemos que quien dominará la oferta de dólares en las próximas semanas será el Tesoro argentino. Tras la aprobación final del pacto con el FMI, que se espera para el 20 de junio, inmediatamente se desembolsará el 30% del monto, es decir unos US$15.000 millones, que no pasarán por el BCRA sino que quedarán depositados en el Banco Nación a favor del Tesoro nacional. Será éste quien decida cuándo va ir vendiéndolos y utilizar esos fondos para cubrir el déficit fiscal.

Esto implica que prontamente existirá una potencial oferta de dólares de hasta US$15.000 millones, aunque es cierto que no la totalidad se volcará al mercado de cambios ya que parte se utilizará para pagar deuda en dólares. Más allá de esto, ¿será suficiente para mermar la presión cambiaria? Eso está por verse.

Desarmando la “bomba” de las Lebac

El segundo aspecto que pega de lleno en los inversores, y que se desprende el acuerdo del FMI, es el Fin de las Lebac.

¿Cómo es esto…? Trataré de ser claro al respecto.

Durante la época de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, cada vez que le sacaban las “reservas de libre disponibilidad al BCRA”, se le entregaba una Letra intransferible por la cual nunca se le pagaron intereses, no se le pagaría el capital y le quitaba flexibilidad a la autoridad para hacer política monetaria.

Ahora, se busca reforzar la autonomía del BCRA y sanear su balance. El ministro de Finanzas explicó que el Tesoro saldrá a colocar deuda en pesos o dólares en el mercado, cuando fuera posible; con ese dinero le irá cancelando dichas Letras intransferibles a la entidad que dirige Sturzenegger, y éste irá aplicando estos recursos para pagar las Lebac y disminuir el stock. De esta manera, el BCRA bajará su activo (letras intransferibles), su pasivo remunerado (Lebac) y el efecto monetario será neutro. Es una forma elegante de cambiar de acreedor: sale el BCRA y entra el Tesoro.

Claro está que bajo las condiciones actuales de tasa de interés y la escasa profundidad de mercado, es difícil hacerlo rápidamente. Luis Caputo, ministro de Finanzas, consideró que todo el proceso (cancelar Letras intransferibles por hasta US$25.000 millones) podrá tomar hasta tres años.

También se especuló que esto apunta a que las Lebac sean solo un instrumento de regulación monetaria y no de inversión, por lo que en algún momento, los inversores minoristas no podrán invertir en Lebac nuevamente.

Esto no será inminente, al menos aún no ha habido ningún anuncio ni postulación al respecto, pero es la idea de fondo que subyace. De esta manera, habrá que buscar un sustituto de las Lebac para la cartera.

Allí, aparecen como alternativa los bonos soberanos a tasa fija (Bontes), las letras en pesos argentinos de las provincias, como las de Buenos Aires, o las nuevas Letras en pesos que emita el Tesoro Nacional.

Y para los más arriesgados, ¿acciones locales?

Medido en dólares, desde 2002 a la fecha, entramos en el período del año más prolífero para las acciones argentinas:

Durante los últimos 16 años, los meses de julio, agosto, septiembre y octubre han sido los de mejor rendimiento promedio mensual en dólares, con un retorno del 1,53%, 0,8%, 6,31% y 4,34%, respectivamente. Estamos en un momento de mercado delicado, aunque podría representar una real oportunidad si la situación se estabiliza y encarrila.

Solo es una cuestión de asumir la dosis de riesgo y de que la política argentina entienda que llegó el momento de pensar en un país serio y viable para el largo plazo.

¿Se podrá?

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.com.

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