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Los beneficios económicos de construir ciudades caminables
Jue, 18/04/2013 - 08:50

Horacio Terraza

¿Qué es una ciudad emergente? ¿Cuántas hay en América Latina?
Horacio Terraza

Horacio Terraza se desempeña en la actualidad como coordinador, por parte de la Gerencia de Infraestructura y Medioambiente, de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Al mismo tiempo es Especialista Líder en Agua y Saneamiento de la División de Agua y Saneamiento. Su formación es en ingeniería, con 20 años de experiencia profesional en el campo urbano-ambiental, habiendo trabajado tanto en el sector privado como en organizaciones multilaterales de desarrollo. Anteriormente, Horacio trabajo durante once años para el Banco Mundial como Especialista Ambiental Senior, liderando la agenda urbana ambiental y coordinando las operaciones relacionadas con financiamiento de carbono en el Departamento Regional de América Latina. Terraza es ingeniero mecánico recibido en la Universidad Nacional de La Plata en Argentina y posee un master en Economía Internacional y Relaciones Internacionales de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad de Johns Hopkins.

Leí un estudio muy interesante de la Institución Brookings titulado “Walk this Way”, en el cual se hace un análisis del impacto económico que tiene la peatonalización (o tener áreas “más caminables” en los barrios) en distintos barrios de Washington, D.C. El estudio entrega como conclusión cuatro puntos fundamentales a tener en cuenta en la planificación urbana:

1).- los lugares “caminables urbanos” poseen una economía mucha más activa que los “no caminables”;

2).- los lugares o distritos caminables que se conectan entre sí tienen rentas y valores de vivienda más altos;

3).- los residentes de los lugares más caminables tienen menores costos de transporte, mayor acceso a la infraestructura de transporte, pero rentas más altas y

4).- los residentes de los lugares menos caminables tienen menores ingresos y niveles educativos que los residentes de las zonas más caminables.

Para una persona como yo, que vive en Washington, D.C., cerca del metro, con fácil acceso a varias líneas de autobús, y a un gran número de restaurantes y tiendas, me interesó saber cuál es el costo adicional que pago por mi estilo de vida “caminable”.

En el estudio mencionado, mi barrio cuenta con un índice de “caminabilidad” bueno. Concretamente, el estudio otorga una calificación de 4 en una escala del 1 a 5 (en donde 1 representa muy mala caminabilidad y 5 muy buena). El costo mensual adicional para las personas que cuentan con esta ventaja es de entre US$301 y US$3.621 más al año que aquellas personas que viven en comunidades con una calificación de 3, que representa un índice de caminabilidad regular.

Esto me llevo a pensar: ¿qué beneficios de la “caminabilidad” recibo por ese costo adicional? Para contestar esta pregunta, en primer lugar es necesario entender cómo el estudio definió la “caminabilidad”. El estudio de Brookings la define conceptualmente como aquellos lugares caminables urbanos que tienen una utilidad más allá de la ciudad misma: sirven a la región, tienen alta densidad, uso mixto, y una extensión de entre 50 y 400 hectáreas.

Para dar una definición más concreta, Walk Score, una organización reconocida dentro de la comunidad de planificadores urbanos y clasifica numéricamente el nivel de “caminabilidad” por las ciudades alrededor del mundo, indica que los lugares caminables tienen las siguientes características: cuentan con un centro del barrio y con el flujo de pasajeros suficientes para contar con un sistema de transporte público adecuado. Además, su diseño urbano está orientado a promover un buen flujo peatonal; calles y avenidas que permiten el flujo tanto de bicicletas como de automóviles, orientadas por bicicletas y el transito; construcciones de uso mixto; y otro tipo de equipamiento, como es el caso de parques y lugares recreativos.

Está claro que existen enormes beneficios al vivir, trabajar, o ser dueño de un negocio en un lugar caminable calificado como muy bueno. La tabla 1 del estudio muestra los cambios demográficos entre los lugares menos caminables y los más caminables. La comparación muestra que la población de los lugares calificados con un índice de caminabilidad muy malo tiene menos ingresos, mayor incidencia del desempleo, menor diversidad en su composición, menor educación formal, y viajan una gran distancia para trabajar, además que cuentan con menos espacios públicos recreativos.

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Dados los beneficios económicos, la caminabilidad debe ser una parte esencial de todos los planes de crecimiento estratégico, y el reto para planificadores, desarrolladores urbanos, y oficiales electos es asegurarse que esto se concrete. La Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) del BID está tratando de promover lugares “caminables” en América Latina y el Caribe, y las evaluaciones de las mejoras en los índices de caminabilidad se están llevando a cabo como parte de los estudios de movilidad básicos. En Mar del Plata, Argentina, el BID está haciendo esta evaluación y diseño de una intervención concreta con la empresa danesa Gehl Architects en tres áreas seleccionadas. Estén atentos a nuestro próximo post que describe este proyecto.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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