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Los venezolanos y la OPEP
Mar, 28/09/2010 - 16:30

Moisés Bittán

Al fin del día... un acuerdo entre Colombia y Venezuela
Moisés Bittán

Consultor internacional, Magíster en Ciencias Económicas, presidente de la Cámara de Comercio e Industria Venezolana Peruana (CAVEPERÚ), y presidente de la comisión de Cámaras Binacionales de Fedecámaras.

Es un recurso natural no renovable que aporta el mayor porcentaje del total de la energía que se consume en el mundo. La importancia del petróleo no ha dejado de crecer desde sus primeras aplicaciones industriales a mediados del siglo XIX, y ha sido el responsable de conflictos bélicos en algunas partes del mundo (Medio Oriente).

La alta dependencia que el mundo tiene del petróleo, la inestabilidad que caracteriza al mercado internacional y las fluctuaciones de los precios de este producto, han llevado a que se investiguen energías alternativas, aunque hasta ahora no se ha logrado una opción que realmente lo sustituya.

Consciente de las imperfecciones en el mercado trazadas por algunas transnacionales durante muchos años y considerando el petróleo como un producto agotable y hasta los momentos sin una opción clara sobre su sustitución, nacería la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en 1960, con sede en Viena, teniendo como origen de su creación las reuniones celebradas en Bagdad, entre los países árabes productores y exportadores más Venezuela, con la idea de agruparse y establecer una política común a la hora de fijar un precio y unas cuotas de producción para el petróleo. Desde hace tiempo, la OPEP controla aproximadamente dos tercios de la exportación mundial de petróleo.

Aunque en sus comienzos no tuvo la fuerza suficiente para hacer frente a la política de las multinacionales, a partir de 1971 la organización decidió nacionalizar las empresas de explotación situadas en su territorio, y en 1973. A partir de entonces, ocupó el primer plano de la actividad económica mundial, porque sus decisiones comenzaron a incidir en los precios del hidrocarburo, lo que afectó directamente a las economías occidentales.

Hoy en día la OPEP está integrada por doce miembros: Angola, Argelia, Ecuador, Irak, Irán, Kuwait, Nigeria, Qatar, Arabia Saudí, Libia, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela.

Fondo OPEP. Es una institución intergubernamental de financiamiento para el desarrollo, establecida en enero de 1976 por los miembros que entonces integraban el bloque de países productores. Promueve la cooperación entre sus países miembros y otros países en desarrollo, como expresión de solidaridad Sur-Sur. En particular, apoya el progreso económico y social de los países de bajos ingresos

El Fondo OPEP adopta un enfoque integrado y participativo del desarrollo y hace hincapié en actividades que permitan mejorar directamente las condiciones de vida de las personas más pobres del mundo.

La mayor parte de sus trabajos se llevan a cabo en zonas rurales e incluyen iniciativas que no se limitan al sector de la agricultura, sino que además abarcan los sectores de salud, abastecimiento de agua y saneamiento, educación, energía, transporte, telecomunicaciones, industria y desarrollo de la empresa privada. Ha forjado sólidas alianzas con los países con los que coopera y trabaja con ellos para abordar cuestiones de máxima necesidad.

Todos los países en desarrollo pueden recibir asistencia del Fondo, con excepción de los Estados Miembros del Fondo OPEP. Desde el comienzo de sus trabajos, en 1976, el Fondo OPEP ha comprometido más de US$7.600 millones para financiar actividades de desarrollo, incluidos US$6.300 millones en préstamos destinados a más de 1.000 programas y proyectos.

Hasta el presente, cerca de 125 países de África, Asia, América Latina, el Caribe, el Medio Oriente y Europa se han beneficiado de sus mecanismos de financiamiento.

Alianza y trabajo para el desarrollo agrícola. Creado para responder a la crisis alimentaria mundial que a mediados del decenio de 1970 asolaba a numerosos países en desarrollo, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, como organismo especializado del sistema de las Naciones Unidas, representa un reconocimiento, por parte de la comunidad internacional, de la necesidad de forjar una alianza mundial con el objetivo común de erradicar la pobreza y el hambre. El establecimiento del Fondo OPEP fue un importante gesto de solidaridad de los Estados Miembros de la organización para con el mundo en desarrollo.

La creación de ambas instituciones en el mismo período refleja el amplio reconocimiento de que las alianzas son esenciales para abordar los problemas mundiales urgentes.

La labor de ambos organismos es esencial para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Aproximadamente, 75% de las personas más pobres del mundo viven en zonas rurales y dependen de la agricultura y las actividades conexas para su subsistencia. Para alcanzar las metas de reducir a la mitad, para 2015, el porcentaje de personas que viven en la extrema pobreza y padecen hambre, la agricultura y el desarrollo rural deberán ocupar un lugar primordial en los esfuerzos de desarrollo.

La OPEP, en 50 años, ciertamente ha facilitado la generación de riqueza y la distribución del ingreso a escala planetaria, empero sus países miembros deben hacer un ejercicio reflexivo para que este progreso económico sirva para el avance y la consolidación de libertades civiles, especialmente en cada uno de sus países donde aún la relación entre bienestar económico y los derechos políticos distan considerablemente.

Los venezolanos debemos tener un papel más activo en la OPEP, pues otra forma de cultivar la riqueza petrolera es generando mecanismos de afianzamiento de la democracia en lo interno y en aquellos países donde tenemos intereses.

*Esta columna fue publicada originalmente en ElMundo.com.ve.

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