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Macron en Berlín, nuevo optimismo para Europa
Mar, 16/05/2017 - 11:08

Christoph Strack

Audiencias con el Sumo Pontífice: diplomacia al servicio de la paz
Christoph Strack

Christoph Strack es corresponsal político de Deutsche Welle.

Es algo que no suele ocurrir durante las visitas de alto rango a la Cancillería Federal alemana. Esta vez, al estacionarse la limosina de Enmannuel Macron, recibido por la canciller Angela Merkel, los espectadores aclamaron con entusiasmo: "Macron, Macron", repetían algunos. Se trata de una visita de trabajo, pero el ambiente es uno que muy pocas veces se observa aquí.

"Todo comienzo tiene su hechizo". Con esta cita del poeta Hermann Hesse, Merkel resumiría luego ante la prensa este desacostumbrado estado de ánimo. Apenas para retornar enseguida a su natural pragmatismo, al explicar que tal "hechizo" solo perdura si hay resultados que le acompañen. No obstante, por ahora, ahí está el hechizo. En su orgulloso país, Emmanuel Macron enfrenta problemas enormes y grandes expectativas. También en Bruselas, pero más que todo en Berlín.

Macron visitó dos veces Berlín como candidato. En enero se presentó en la Universidad Humboldt, donde solo algunos antiguos grandes políticos ecologistas, Joschka Fischer y Daniel Cohn-Bendit fueron a verle. Luego, en marzo, apareció en un vento de la Hertie School of Governance, en presencia del imponente político socialdemócrata Sigmar Gabriel. En ambas ocasiones, el francés acaparó la atención de su joven audiencia con una mezcla de sobrio realismo y confianza en Europa, y no tuvo miedo de expresar sus críticas y expectativas en relación con Alemania.

Europa es un "tesoro"

También en la reunión de este lunes (15.05.2017) con Merkel, Macron ha asegurado que apoya un "proyecto claramente europeo", que "siempre he defendido la idea y el proyecto de Europa, así como también la cooperación franco-alemana". ¿Cuándo fue la última vez que se escucharon semejantes palabras aquí? Merkel lo disfruta.

En medio de la avalancha euroescéptica, llega una señal de optimismo. Tras el encuentro con el cuarto presidente francés con el que le ha tocado trabajar, Merkel habla del "tesoro" que representa Europa y pasa vinculante y desacostumbradamente a la ofensiva: se muestra abierta a reformar los tratados de la UE, a reforzar la unión monetaria, a armonizar las leyes tributarias, a intercambiar sobre educación e integración.

De ese modo, ambos fomentan las expectativas y se comprometen. En tiempos de en que tantos populistas anti-europeos se han sibido al carro de la política y apuestan por la exclusión, en tiempos en que tanta gente se lanza a laa calle para defender la "fortaleza Europa", es hora de que los gobernantes recuerden y revivan el gran "proyecto Europa".

Macron se arriesga

Su enfoque y su cercanía a Merkel no son un riesgo despreciable para el nuevo presidente francés. Francia celebrará nuevamente elecciones en junio. Los compromisos y gestos de solidaridad de Berlín pueden resultar productivos, pero también peligrosos para la nueva campaña.

Sería tentador para él criticar abiertamente al país vecino, exigir dinero europeo y alemán. Pero no, Macron sabe (y lo dijo ya en enero) que Francia debe afrontar enormes retos para los que necesita a sus socios regionales,  Alemania incluida.

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