Pasar al contenido principal

ES / EN

Manual mexicano del perfecto político sobreviviente
Vie, 05/07/2013 - 14:23

Vianey Esquinca

Diputado 007: licencia para espiar en México
Vianey Esquinca

Vianey Esquinca es consultora en comunicación e imagen, escribe la columna "La Inmaculada Percepción" en Excelsior (México).

Los políticos han desarrollado múltiples estrategias de supervivencia con las que buscan mantenerse vigentes, distraer a la opinión pública o de plano recobrar el reflector perdido. Todo ello se encuentra documentado en el famoso “Manual del perfecto político sobreviviente”. En este documento de cabecera se enumeran las tácticas a utilizar dependiendo de la coyuntura en la que vivan. Algunas de las herramientas más usadas son las siguientes:

1. El perseguido político es la táctica a la que recurren todos aquellos personajes públicos que se sienten acosados por la justicia. No es que se hayan enriquecido ilícitamente, que hayan robado o lavado dinero, tampoco que estén vinculados con grupos criminales, no, lo que quieren hacer creer a los ciudadanos es que son una especie de Nelson Mandela región cuatro cuyas ideas revolucionarias y progresistas provocan que el gobierno local o federal del momento los persiga.

Algunos de los políticos que han utilizado esta bonita argucia son: el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier; Julio César Godoy, ex diputado perredista acusado de tener vínculos con el narcotráfico, en este caso, además se dio una licencia poética y se dijo “un instrumento para que el gobierno federal golpee a su partido, el PRD”. El ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva, quien acaba de ser condenado en EU a 11 años de prisión, también se dijo perseguido. El ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, le dio a este método su toque personal y cuando se le acusó de presunto lavado de dinero y recibir sobornos del Cártel del Golfo, dijo que él era “un botín político”.

2. La víctima de la guerra sucia. Este procedimiento es usado principalmente por los candidatos en época electoral. Cuando en elecciones aparecen los trapitos sucios, los contendientes se acusan mutuamente de ser un mártir de las negras intenciones del partido de enfrente. En Baja California por ejemplo, salió a la luz una grabación del coordinador de los diputados del PAN en el Congreso de la entidad, Rubén Alanís Quintero, teniendo una conversación telefónica con contenido sexual con un joven menor de edad. A pesar de la gravedad del hecho y de que algunos personajes del propio Acción Nacional pidieron que se investigara al diputado, lo que optaron por decir es que era parte de la guerra sucia contra el candidato de Acción Nacional a la gubernatura del estado.

Es muy común que en las elecciones, los partidos utilicen todo lo que tengan en sus manos para golpear al contrincante, pero no sería posible la guerra sucia si los políticos no tuvieran cola que les pisaran.

3. Para volver a recuperar el reflector perdido nada como retar al Presidente de la República. Los políticos no se andan con nimiedades. Marcelo Ebrard, quien aspira a ocupar la dirigencia de su partido, necesitaba quien le echara un lazo debido a que andaba muy desaparecido. La oportunidad se le presentó cuando el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, trajo al debate público el tema de la reforma energética y la apertura de Pemex a la iniciativa privada. Entonces el ex jefe de Gobierno al ritmo de: “Declaro la guerra en contra de mi peor enemigo que es Enrique Peña” pidió que se pusieran a debatir la apertura del sector. Lástima Marcelitooooooo le dijeron en el PRD y le dieron un tate quieto, eso sí, hay que reconocer que logró el cometido de que todos hablarán de él demostrando que Marcelo no estaba muerto, andaba de parranda.

4. Pero si de distraer la atención se trata, ¿por qué no hablar de un tema polémico que mueva el reflector hacia otro punto? El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, hizo un quiebre magistral y para evitar que le siguieran echando en cara el caso de los jóvenes desaparecidos en el bar Heaven de la Zona Rosa, señaló que en el Distrito Federal no se tenía miedo a debatir la legalización de las drogas, moviendo el foco mediático hacia otros temas menos espinosos.

Los políticos no salen de su casa sin repasar algún capítulo del “Manual del perfecto político sobreviviente”, por eso no resulta extraño que todos los políticos apliquen los mismos trucos y estrategias cuando se ven en problemas.

* Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.

Países
Autores