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Pronóstico reservado en Venezuela
Lun, 09/04/2012 - 08:35

Susan Kaufman

Por qué Grecia nos  tiene que importar
Susan Kaufman

Susan Kaufman es directora del Centro de Política Hemisférica de la Universidad de Miami.

La contundente victoria de Enrique Capriles en las primeras elecciones primarias de Venezuela implica que la reelección de Hugo Chávez está lejos de ser un hecho. Más de 3 millones de venezolanos acudieron a las urnas, muchos más de lo que se esperaba. En contraste con comicios anteriores, la oposición mantuvo su compromiso de unidad en torno al ganador de las primarias. Capriles también está mejor posicionado que anteriores candidatos para enfrentar una elección competitiva contra Chávez. Atractivo, dinámico y carismático, Capriles es el gobernador de centro-izquierda del segundo estado más importante de Venezuela y, por su edad, no se le puede acusar de las falencias de los políticos de la era prechavista. Y Capriles se ha dado cuenta de que, para ganar el voto popular, debe asegurar la continuidad y la expansión de los beneficios sociales, deshaciendo al mismo tiempo los daños que Chávez le ha provocado a la economía venezolana. Dicho de otro modo, Capriles se está presentando a sí mismo como un seguidor del modelo de desarrollo económico de Lula, en vez del modelo fallido y derrochador de Chávez.

De hecho, debido a los fracasos de Chávez, los pobres en Venezuela ya no se encuentran de manera abrumadora del lado del gobierno. Sus políticas económicas han generado una inflación de casi un 30%, una de las más altas de América Latina y del mundo. Muchos analistas ya predicen una tercera devaluación de la moneda local después de las elecciones. La escasez de alimentos básicos y los apagones, así como el creciente desempleo, han llevado a muchos antiguos seguidores del líder bolivariano a quitarle el voto. Más aún, la producción de petróleo ha caído de 3,1 millones de barriles diarios a 2,1 millones. Con los precios del petróleo en casi US$ 100 por barril, la menor producción le está costando a Venezuela miles de millones de dólares al año. Muchos pobres en Venezuela resienten también que Chávez gaste parte de la renta petrolera en el extranjero.

Si Chávez y Capriles compitieran en igualdad de condiciones en las elecciones presidenciales, y si Capriles logra hacer una campaña que lo conecte con los sectores populares, sus chances de triunfar el próximo 7 octubre serán altas. Pero en Venezuela competir en igualdad contra el gobierno noresulta posible. Hugo Chávez controla los medios, que comenzaron a lanzar duros ataques contra Capriles apenas éste ganó las primarias. El gobierno controla además las instituciones de la así llamada democracia bolivariana, así como la todavía significativa riqueza petrolera del país. Ésta será usada para incrementar el gasto en un año electoral donde el apoyo popular es clave.

La combinación de todos estos factores es una elección que, por primera vez desde que Chávez llegó a la presidencia, resulta demasiado estrecha como para vaticinar un resultado. Si las encuestas cercanas al día de la elección favorecen a Capriles, existe una posibilidad real que Chávez posponga o incluso cancele las elecciones, o termine manipulando los resultados. En este escenario, no se puede descartar que estallen protestas masivas como las de Europa del Este o la Primavera Árabe. Desafortunadamente esto podría generar violencia, dado que muchos seguidores de Chávez están armados como resultado de sus iniciativas para crear milicias que defiendan en su momento a su revolución. Tampoco se puede descartar un golpe militar.

La gran interrogante es, por cierto, la salud de Chávez. Si, contra a sus afirmaciones, todavía padece cáncer, y uno agresivo, su debilidad podría impedirle hacer campaña. En este caso podría designar a su hermano como candidato, o incluso como su sucesor en caso de muerte. Es un tema de debate si el chavismo es posible sin Chávez. Cuba ha podido hacer una transición razonablemente ordenada de Fidel a su hermano Raúl, en parte por el largo deterioro de Fidel y porque la revolución cubana, después de años enfrentando obstáculos, está a su manera mucho más institucionalizada. Tampoco queda claro que los secuaces de Chávez, cada uno a cargo de una facción de seguidores, permanezcan unidos si Chávez muere.

La elección de un candidato único de oposición para competir contra Chávez en los comicios de octubre próximo es sólo el comienzo de un largo proceso. Uno que puede llevar al país en varias direcciones, algunas buenas y otras malas.

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