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Sanciones a la prensa francesa
Mar, 08/05/2012 - 18:39

Hernán Pérez Loose

Fujimorato judicial
Hernán Pérez Loose

Hernán Pérez Loose es analista político ecuatoriano.

El Partido Socialista regresa al Palacio del Elíseo luego de 17 años de gobierno de la derecha francesa. Durante ese lapso la tendencia conservadora en Francia puso a dos presidentes: Jacques Chirac, elegido en 1995 y reelecto en 2002, y Nicolás Sarkozy, elegido en 2007, y quien acaba de perder. Hollande será el segundo político socialista después de François Mitterrand que logra llegar la presidencia durante la Quinta República. Fue una campaña electoral bastante dura.

De existir en Francia una disposición legal como la que se aprobó meses atrás con la reforma al llamado “Código de la Democracia”, el principal diario francés Le Monde habría sido sancionado. Le Monde durante la campaña no ocultó sus simpatías por el candidato socialista. Las simpatías a favor de los postulados de ese partido no solo fueron visibles en esta elección en sus reportajes e editoriales, sino que responde a su línea de décadas. Algo que no ensombrece su prestigio. 

En cambio, el diario Le Figaro tuvo una posición a favor de Nicolás Sarkozy y por tal razón habría sido sancionado también por nuestro Código de la Democracia. Le Figaro ha sido un rotativo de línea conservadora desde su fundación. Y qué decir de Libération, el órgano del Partido Comunista y uno de los diarios más conocidos de Francia, fundado en 1973 por el filósofo y literato Jean Paul Sartre. En la primera vuelta apoyó rabiosamente al candidato comunista; y durante la segunda, a Hollande. En Ecuador Libération habría sido sancionado en nombre de la democracia.

Y esto no solo sucede en Francia y otros países de Europa. En Estados Unidos -que algo de democracia conocen- todos los diarios, grandes y pequeños, recomiendan a sus lectores que voten por tal o cual candidato el día de las elecciones. Y para que no quede duda de que esa es la posición del diario, dicha recomendación la hacen y la fundamentan en su editorial. A nadie se le ocurriría proponer una ley, menos aprobarla, que sancione a esos diarios por el hecho de tener una línea editorial, o por pedir a sus lectores en sus editoriales que voten por un candidato.

Es explicable la reacción de asombro e incredibilidad que causa en Europa o en Estados Unidos y en otras naciones cuando leen el texto de nuestro Código de la Democracia reformado. Simplemente les parece inconcebible que en el Siglo XXI se sancione a un medio por tener una línea editorial, sea esta liberal, de izquierda, de derecha o anarquista si uno quiere. Y lo peor es que esta censura entraría en vigencia durante la campaña electoral, es decir, durante aquel periodo en que los ciudadanos más necesitan gozar de libertad de expresión.

El presidente Sarkozy le ha deseado suerte a Hollande. Sin embargo, la verdad es que ya tienen ambos bastante suerte por el hecho de hacer política en una nación que jamás aprobaría una ley, como la nuestra, prohibiéndole a los medios de comunicación expresar libremente sus preferencias políticas.

*Esta columna fue publicada originalmente en El Universo.com.

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