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TPP… ¿Te-Pe-Peno?
Lun, 12/10/2015 - 08:21

Vianey Esquinca

Diputado 007: licencia para espiar en México
Vianey Esquinca

Vianey Esquinca es consultora en comunicación e imagen, escribe la columna "La Inmaculada Percepción" en Excelsior (México).

El martes 6 de octubre el país amaneció con una noticia que tuvo un amplio despliegue mediático, México, junto con otros 11 países, había concluido las negociaciones del TPP. ¡Albricias! ¡Por fin! ¡Llegó el día! ¡Lo logramos!... esperen un momento ¿el qué?

Poco a poco se fueron dando detalles del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, conocido como TPP (Trans-Pacific Partnership Agreement), “es un tratado de libre comercio multilateral entre 12 países, Australia, Brunéi, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam, Canadá y México”. La buena, es que México se asocia con algunas de las más poderosas economías del mundo; la mala, es que México se asocia con algunas de las más poderosas economías del mundo; que Estados Unidos es su principal promotor y el gobierno federal y algunas cámaras empresariales han mostrado alegría, pero nadie más.

Pero si el amable lector aún no sabe los detalles del TPP, con qué se come, las ventajas y desventajas, no debe sentirse mal. Las negociaciones se mantuvieron tan en secreto que ni siquiera los medios lograron ponerse de acuerdo sobre cuántos años habían durado, se manejaron entre cinco y ocho. Incluso, algunos todavía le dicen TTP.

En el Senado tampoco tienen idea. La panista Gabriela Cuevas, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, denunció que esa Cámara legislativa no conoce ni el texto ni el contexto de lo acordado y que el gobierno eligió el aislamiento y la marginación en su negociación. Eso a pesar de que este acuerdo debe ser entregado a la Cámara alta en el primer semestre de 2016 y tendría que ser avalado o rechazado en su totalidad sin poder realizar cambios significativos.

Según dijo el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en el Senado, este pacto evitaría que cualquier socio del acuerdo manipule, “más allá de lo que justifican las condiciones macroeconómicas, los tipos cambiarios para generar una ventaja desleal en la competencia contra las exportaciones mexicanas”. El funcionario precisó que ese control es resultado de la preocupación de EU sobre los mecanismos cambiarios de los socios en Asia. ¿De verdad? ¿Eso es todo? ¿Tantos años de negociación para cerrarle el paso al país asiático? 

¿Por qué no haber socializado los detalles del TPP? Tal vez porque no quería levantar olas como cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Lo más probable es que no quisieran aguafiestas, los cuales empezaron a salir de inmediato. Por ejemplo, WikiLeaks publicó un supuesto capítulo del pacto en el que contiene cláusulas que amenazan la libertad de expresión en beneficio de las grandes corporaciones. También se señaló que los nuevos derechos de monopolio para grandes compañías farmacéuticas pueden poner en peligro el acceso a medicamentos en los países que concluyeron las negociaciones.

Como suele suceder en estos casos, en los detalles está el diablo y las letras chiquitas son las más complicadas. Si no se defienden los intereses del país, el TPP podría convertirse fácilmente en Te-Pe-Peno.

Así pues, el TPP se podría sumar muy pronto a las siglas que le quitan el sueño al gobierno federal, provocándole pesadillas como: CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), GIEI (Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes), ONU (Organización de las Naciones Unidas), CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) o CETEG (Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero) y las que se acumulen.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.

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