Durante años, la narrativa tradicional del mercado inmobiliario colocó a la figura masculina como cabeza del hogar y principal tomador de decisiones en la adquisición de una vivienda. Hoy, esa historia ha cambiado. En Perú, más del 30% de los hogares son liderados por mujeres, asumiendo un rol transformador: el de constructoras de patrimonio.
Cada vez más mujeres acceden a créditos hipotecarios, analizan propuestas con rigor financiero, comparan ubicaciones, negocian condiciones y lideran con determinación el camino hacia la casa propia. En Menorca lo vivimos de cerca: una proporción creciente de nuestras compradoras son mujeres y en su mayoría madres que, además de sostener a sus familias, toman decisiones patrimoniales con visión a largo plazo.
¿Por qué es relevante este cambio? Porque no se trata solo de una tendencia comercial, sino de una redefinición profunda del concepto de hogar. Para muchas familias, una vivienda no es únicamente una inversión: es protección, es estabilidad y, sobre todo, es legado. La casa propia representa un punto de apoyo vital para sus familias y un símbolo de autonomía en su historia personal.
En los últimos cinco años, hemos registrado un crecimiento sostenido del 8% en la participación de mujeres como compradoras principales —es decir, propietarias que firman el contrato— y una parte significativa de ellas son madres. Este nuevo perfil de compradora prioriza factores esenciales: formalidad y respaldo de la inmobiliaria, acceso a educación, conectividad, áreas verdes y espacios recreativos, desde una mirada más estratégica.
Pero hay una segunda reflexión necesaria: el sector inmobiliario no solo debe venderle a más mujeres, también debe estar conformado por más mujeres. En Menorca Inversiones estamos convencidos de que la diversidad fortalece al sector. Por eso, promovemos activamente la participación femenina en todos los niveles de la organización. Hoy, casi la mitad de nuestras posiciones administrativas están ocupadas por mujeres, y ellas también lideran el 30% de nuestras jefaturas y gerencias. Este no es solo un dato: es una apuesta por un futuro más equitativo, inclusivo y competitivo.
Este mes de mayo, pensamos en las madres de nuestro país que no solo sueñan con un hogar para sus hijos: lo construyen con determinación. No solo celebremos su rol en el hogar: reconozcamos su impacto en la economía, en el desarrollo de su familia y de nuestro país.