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Las multilatinas ante el paradigma de la sostenibilidad: fortalezas y oportunidades
Vie, 29/12/2023 - 16:22

Pablo del Arco

Pablo del arco
Pablo del Arco

Director América Valora Consultores.

Las empresas multilatinas venían con un crecimiento exponencial previo a la pandemia, tras las que han mostrado una enorme resiliencia, especialmente conectada con su carácter predominantemente familiar, que posibilita una toma de decisiones con compromiso de la propiedad y de la alta gerencia. La internacionalización ha jugado un papel muy relevante, conectada con el más fácil acceso que han tenido a al financiamiento, especialmente a través de sus subsidiarias en mercados maduros y de mayor seguridad jurídica, como España para el caso europeo. 

El desafío en este momento se encuentra en un contexto macroeconómico que se prevé modere su crecimiento, de 4,1% en 2022 a 2,3% en 2023 y estimaciones similares para 2024 (América Economía, 2023), así como otros factores como las altas tasas de interés, la elevada inflación y las ya sistémicas inestabilidad política y social. Entre las palancas de crecimiento serán clave la innovación y el uso de la tecnología, maximizando el potencial de los datos y la eficiencia. De fondo seguirá siendo relevante disponer de operaciones diversificadas. Tanto si solo son de ámbito iberoamericano, como si corresponden también al mercado europeo, la adopción de una gestión sostenible será también especialmente trascedente. No solo porque va de la mano con la citada eficiencia, por ejemplo, en el consumo energético, sino también con la atención de las preferencias de los clientes y el cada vez más exigente desarrollo normativo de los gobiernos. 

Desde el punto de vista normativo, están especialmente expuestas aquellas compañías públicas, que son emisoras de valores en los mercados. Esto, porque las regulaciones se están focalizando en la disposición de información sobre los riesgos y oportunidades conectados en sostenibilidad y cómo los está trabajando cada compañía, de manera que los inversionistas y fondeadores puedan disponer de una foto completa de la misma al momento de la toma de decisiones que involucran capital. Forma parte de la revisión de la Directiva Europea de reporte de sostenibilidad (CSRD, 2022), cuyo nuevo texto aplicará también a las empresas con base en terceros países a partir de 2028 (si tienen al menos una filial o sucursal con domicilio social en la Unión Europea o cuentan con un volumen de negocios neto de más de 150 millones de euros en la comunidad europea).

También formaba ya parte de disposiciones normativas en países como Chile (Norma de Carácter General 461 de la Comisión del Mercado Financiero de Chile) y Colombia (Circular 031 de la Superintendencia Financiera), ambas de 2021. La consolidación final vendrá con la adopción de las normas NIIF de sostenibilidad, en desarrollo por el International Sustainability Standards Board, ISSB) de la IFRS Foundation (ya publicados los dos primeros S1 y S2), de requerida aplicación en los países que funcionan con las NIIF contables para la presentación de los estados financieros y que son la mayoría de los países latinoamericanos.

Tradicionalmente las compañías en la región han estado más enfocadas en la generación de impactos positivos, incluso no conectados con sus negocios, desde la filantropía y la inversión social. Frente a sus pares con matrices internacionales, las multilatinas están más conectadas con el territorio, y la gestión familiar sigue bastante conectada con el paternalismo hacia los trabajadores, sus familias y el conjunto de las comunidades. Por el contrario, las multinacionales europeas, norteamericanas y asiáticas, generalmente aplican políticas y estrategias globales, pensadas desde la casa matriz y no conectadas con los stakeholders locales, se quedan en un enfoque filantrópico mínimo para la licencia social para operar, pero sin implicación desde el negocio (desafío en parte también compartido por las multilatinas), con falta de conocimiento y diálogo con las comunidades, y controversia en torno al aprovechamiento de los marcos legales más laxos, incluso con estrategias fiscales que reducen la contribución impositiva local. 

En este escenario, las multilatinas tienen la oportunidad de dar un paso adelante, desarrollando modelos de negocio más conectados con las necesidades sociales, en el marco de la región más desigual del planeta, y con el aprovechamiento sostenible de los recursos, en un entorno todavía rico pero con enormes riesgos de perder su potencial. Estos modelos, facilitados por la mayor innovación local de que disponen y el conocimiento de su entorno, les hará ser más competitivas, incluso en la atracción de capital conectado con sostenibilidad, como los bonos etiquetados (verdes, sociales, sostenibles, vinculados a sostenibilidad y de transición). 

Por otro lado, es crítico que integren en sus análisis de riesgos y planes de prevención y mitigación, aquellos de naturaleza ambiental y social. Esto no sólo por cumplimiento ante la evolución normativa ya señalada, sino para su resiliencia en el medio y largo plazo. Destaca especialmente el entendimiento de cómo el cambio climático puede afectar a la compañía y a su contexto de operación. Se señala incluso una pérdida de entre 2,1 y 3,7 puntos porcentuales del PIB tras desastres climáticos con alta mortalidad (datos del BID, 2021); asimismo costos fiscales del 0,2-0,3% del PIB (datos del BID para el período 2001-2019, más del 10% del déficit fiscal promedio del 2,6% en esos años).

Aprovechar la deuda etiquetada es una buena oportunidad por sus mejores condiciones financieras, al estar los inversores dispuestos a pagar más, siendo además instrumentos menos volátiles. Si bien la región sólo representa el 4,5% de las emisiones de deuda etiquetada global, la proporción del 25% sobre el total de emisiones de deuda está muy por encima del 5% global (CBI, 2023). 

Las compañías multilatinas se encuentran ante un momento clave para avanzar en competitividad, incluyendo en su internacionalización, construyendo sostenibilidad de largo plazo, desde la atención de los factores ASG (ambientales, sociales y de gobernanza), con su mayor conexión con el territorio y las comunidades. 

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